Cusco: Somos Perú quiere apropiarse de Machu Picchu y de la Dirección Desconcentrada de Cultura
Gobernador Werner Salcedo, somista, ya no apoya a Joinnus ni a la ministra de Cultura que destapó la corrupción en Cusco. Cambió de opinión de la noche a la mañana.
Cusco: Somos Perú quiere apropiarse de Machu Picchu y de la Dirección Desconcentrada de Cultura.
La paralización del ingreso de turistas a Machu Picchu desde el jueves 24 de enero a raíz de la venta de boletos de entradas a través de una plataforma virtual perdió fuerza ayer con el acuerdo de los ministros de Cultura, Ambiente y Comercio Exterior, junto con el Gobernador Regional del Cusco y el alcalde de Machu Picchu, de instalar una mesa de diálogo este 30 de enero, esto a condición de que se levanten los bloqueos y se reinicien las actividades turísticas.
Esta es la decisión que se tomó en la reunión llevada a cabo este domingo en el Centro de Operaciones de Emergencia Regional (COER).
También tomó relevancia el cambio de opinión del gobernador Werner Salcedo, quien ahora reclama que su gobernación se encargue de la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) del Cusco y del mismo Santuario de Machu Pichu.
Si bien ha bajado la intensidad de las protestas, originadas no tanto por el contrato digitalizado con Joinnus para la venta de entradas a la maravilla mundial, sino porque la ministra Leslie Urteaga (Cultura) destapó un desfalco de entre 7.5 y 12 millones de soles que al mes era el monto –según diversos cálculos- de boletos no registrados a Machu Picchu.
Esa contabilidad del año pasado sale de la misma DDC y de Consettur, que es la empresa de transportes de Machu Picchu Pueblo a la ciudadela inca, la misma que confirma ese desfalco o ese robo que las autoridades regionales del sector Cultura, en especial las de Control Interno, han permitido desde hace años.
MÁS INFORMACIÓN: Machu Picchu: Joinuss pide adelanto del fin del contrato
Dicho de otra forma, se ha venido tolerando que grupos políticos de izquierda ligados a un sindicato controvertido de dicha DDC y otros intereses del “mercado negro” de entradas tengan su cuota de poder o de tickets que les reporta, según los cálculos que hacen en el misma comunidad pro-turística, de entre 30 y 60 mil soles diarios que se van a este tipo de corrupción sui géneris.
Ante el desfalco continuado de los ingresos de Machu Picchu en favor de intereses político sindicales y de la informalidad turística (los llamados ‘puleros’), no había otra salida que digitalizar la venta de ingresos al citado destino turístico, como se hace en todo el mundo.
Es más, se sabe que intereses filo-mafiosos lograron diferir varias veces el inicio de operaciones de la venta digital hasta que finalmente se puso en marcha 19 de enero de este año.
Y, de inmediato, el día 24 del mismo mes, empezaron las protestas de los “autoconvocados”, y se intensifican desde el 25 de enero, obligando a que el tren cese sus operaciones de manera indefinida desde el 27, con todas las implicancias contra el esfuerzo nacional y regional, como el del alcalde de la misma Ciudad Imperial, Luis Pantoja, para recuperar el sitial del Cusco y de Machu Picchu como destino turístico top en el mundo.
Cuando el conflicto estaba en su fase embrionaria, como el primer día, las fuerza del orden del Ejecutivo pudieron contenerlo si actuaban en forma enérgica, pero no lo hicieron, es decir, no le dieron el soporte a la ministra de Cultura.
Entonces, a lo hecho, pecho, reza el dicho popular. Y en las nuevas circunstancias, la izquierda, en especial Juntos por el Perú (Verónika Mendoza y Ruth Luque) y Patria Roja, con Alfredo Cornejo Paredes y los boleteros del “mercado negro” tomaron la iniciativa con el cuento de la “privatización” de Machu Picchu, lo cual era falso.
Luego entró a tallar el gobernador regional Werner Salcedo, el mismo que apoyaba hace poco a Joinnus y que estuvo de acuerdo con el diagnóstico de los desfalcos, pero este domingo ha salido con que “la venta de boletos no debe tercerizarse ni darse en porcentajes ni utilidad a favor del privado”.
Con la retórica del “apoyo al Cusco”, ahora Salcedo exige al Ministerio de Cultura transferir el manejo administrativo y económico de la DDC y de Machu Picchu a su gubernatura que es manejada por el partido Somos Perú. Asimismo, propuso que la región cree su propio aplicativo para la venta de entradas a la maravilla mundial, previa expectoración del personal de la DDC y obviamente poner a su gente de confianza.
Población de Machu Picchu no acepta acuerdos. (Ver Pág. 19)
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