Delincuentes casi dejan «ciegos» a víctimas
Alias 'Joelito' lidera una banda que capturaba a incautos pasajeros y les rociaba spray tóxico en la vista.
Más de cuarenta pasajeros quedaron con secuelas en los ojos tras ser rociados con un spray que sirve para limpiar el carburador de los carros por un falso taxista, que fue capturado junto con dos de sus cómplices en la zona de Cárcamo, en el Cercado de Lima, zona considerada como una de las más peligrosas por la constante presencia de delincuentes que asolan el sector.
Se trata de José Eduardo Herrera Fernández de 40 años, alias ‘Joelito’, señalado por la Policía como el cabecilla de la banda ‘Los Raquetas de Lima Norte’.
Según el programa ‘Domingo Al Día’, alias ‘Joelito’ tenía la función de rociar el spray en los ojos de sus víctimas junto con Jimmy Benites Bravo, de 42 años, quien se encargaba de cogotearlos y robarles sus celulares, billeteras y tarjetas de crédito dentro de un taxi de color negro.
Ambos sujetos actuaban en complicidad con Eloy Flores Álvarez de 31 años, quien los seguía a bordo de un auto plomo, hecho que evidenció que los delincuentes cometían sus atracos con la planificación que caracteriza al crimen organizado.
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Según el coronel PNP Marco Conde, jefe de la División de Robos, estos sujetos atacaron a sus víctimas durante dos años y en las noches en el Cercado de Lima, El Agustino y Lima Norte, personas quienes, además de la pérdida de su patrimonio, cargan también con secuelas en su salud visual y psicológica.
Un comerciante que compró mercadería en una galería de Las Malvinas el pasado 15 de mayo, abordó el taxi negro en la avenida Argentina. A los minutos, este vehículo se desvió e ingresó a una calle desolada, como se registró en las cámaras de seguridad; detrás de él, iban sus cómplices.
El automóvil se detuvo, el chofer abrió los seguros, y en segundos subió otro hampón por la puerta trasera. Después se llevaron a la víctima, recorrieron algunas calles mientras le robaban sus pertenencias y le rociaban el spray una y otra vez para evitar ser reconocidos.
El brutal ‘modus operandi’ de los delincuentes reveló el desprecio por la vida y el bienestar físico de las víctimas, quienes arrastran hasta hoy problemas de visión difícil de curar.
Se debe tener en cuenta que existen sustancias químicas que pueden llegar a dañar la salud visual, en la medida en que provocan más una simple irritación, incluso puede causar una quemadura en la córnea. La acción de los criminales debe, en tal sentido, ser considerada, además de robo y secuestro, ataque contra la vida y la salud.
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