El 54.8% de mujeres en el Perú fue víctima de violencia
En Lima el abuso sistemático se incrementó de 5% a 8%, según estudio del Instituto Nacional de Salud Mental Honorio Delgado Hideyo-Noguchi, del Minsa.
ANDINA
El 54.8% de mujeres en el Perú fue víctima de violencia psicológica, física o sexual alguna vez por su esposo o compañero durante el 2020, reveló la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes), lo que evidencia que estos ataques no se detuvieron ni durante la pandemia de la covid-19.
En Lima Metropolitana, el abuso sistemático se incrementó de 5% a 8%, según el estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud Mental (INSM) Honorio Delgado Hideyo-Noguchi, del Ministerio de Salud (Minsa).
machismo
El doctor Humberto Castillo Martell, director general del INSM, sostuvo que los resultados del estudio epidemiológico sobre el impacto de la pandemia en la salud mental son contundentes.
Explicó que la violencia contra la mujer deviene del machismo imperante en la sociedad, que se expresa erróneamente en el supuesto derecho de los hombres de corregir e incluso castigar a la mujer que no se ajusta a expectativas o ideales patriarcales.
En ese sentido, precisó que para cambiar esta situación considera necesario, pero no suficiente, castigar a los agresores y proteger a las víctimas. Además, seguir fomentando la equidad de género en todos los ámbitos de la vida e impulsar un programa intensivo y continuo de educación emocional y sentimental al menos a lo largo de toda la formación escolar.
“El cerebro humano tiene una instancia emocional donde se pueden activar impulsos agresivos, pero también tiene una parte racional con capacidad de reconocer, calmar y convertir estos impulsos en conductas apropiadas”, acotó.
sentimientos erróneos
El experto también resaltó que la cultura romántica machista refuerza sentimientos erróneos como los celos y figuras idealizadas como la del “príncipe azul” que distorsionan las relaciones de pareja.
Una adecuada educación sentimental permitiría a las personas tomar conciencia que los sentimientos nocivos y el amor idealizado provienen de experiencias dolorosas –rivalidades de hermanos o paternidad ausente– en la infancia y que requieren ser calmadas en una relación adulta, paritaria y saludable, advirtió.
Remarcó que muchas relaciones que terminan en violencia empiezan con ofertas y expectativas sobredimensionadas (como querer casarse apenas se conoce). “Más que reflejar amor o la intuición de compatibilidad revelan angustias o vacíos existenciales propios de fallas en los procesos de apego en la infancia”.
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