Peruano abandonó sus sueños en Estados Unidos, volvió a Perú y su vida dio un giro inesperado
Diego Contreras Cerff es un joven peruano que, como muchos que buscan un mejor futuro, decidió emigrar a Estados Unidos. Sin embargo, recibió una noticia de su abuela, quien se encontraba mal y quería verlo. Ese episodio cambio su vida.
La abuela de Diego, amante de los gatos, le inculcó ese mismo amor a su nieto desde joven. Sin pensarlo dos veces, Diego decidió regresar a Perú. Al llegar a la casa de su abuela, encontró que estaba llena de gatos, lo que le recordó su verdadera pasión. Así, en 2016, con 33 años cumplidos, fundó un refugio para gatos en Urubamba, Cusco, al que llamó Mishi Washi.
El amor y la dedicación de Diego hacia los felinos motivaron un cambio significativo en su vida. Con arduo trabajo y loable dedicación, Mishi Washi se convirtió en el albergue para gatos más grande de Perú.
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Utilizando autobuses, refrigeradoras, contenedores de chatarra y cocinas recicladas, el peruano creó un espacio seguro y confortable para más de 70 gatos. Además, el refugio ofrecía hospedaje para personas que querían convivir con los felinos, generando ingresos adicionales para el albergue.
La pandemia de 2020 presentó un desafío, pero Diego supo aprovecharlo. Comenzó a subir contenido sobre el albergue a TikTok, logrando que muchos de sus videos se viralizaran. Hoy en día, cuenta con más de 1.9 millones de seguidores en esta plataforma, mientras que en Instagram cuenta con más de 1.5 millones de ‘catlovers’. “Aproveché una dificultad para generar contenido y hacerme conocido en redes sociales. Todo salió bien”, comenta Diego.
El peruano Diego Contreras y el albergue Mishi Washi siguen creciendo
La popularidad de sus videos atrajo la atención de la prensa nacional e internacional. Diversas entrevistas le permitieron recibir apoyo de más personas. Participó en eventos como meet & greet, donde conoció a cientos de sus seguidores, ganándose el apodo de ´señor Mishi Wasi´.
Su creatividad no se detuvo allí; diseñó mochilas transportadoras para gatos, llamadas ´Mishila´, y chompas con coloridos diseños de gatos para recaudar fondos adicionales para el refugio.
A pesar del éxito, Diego enfrentó otro desafío cuando los dueños del terreno le dieron tres meses para desalojar. Sin embargo, logró dar en adopción a todos los gatos del albergue. Ahora, con la ayuda de donaciones de sus seguidores de todo el mundo, está trabajando en la construcción de un nuevo megaalbergue en Chincheros, Cusco. Este proyecto, que se espera finalizar en tres años, contará con 1.500 metros cuadrados, convirtiéndose en el refugio más grande del Perú.
La historia de Diego es un testimonio de resiliencia y amor por los animales. Desde Estados Unidos hasta Perú, el peruano demostró que las adversidades pueden convertirse en oportunidades para hacer el bien a seres que, en muchos casos, sufren para sobrevivir.
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