Sector eléctrico superó década del terror y avanza hacia un desarrollo moderno

Desde que la empresa minera Tarijas construyera en 1884 la primera hidroeléctrica, el sector venció increíbles retos, entre ellos la década del terror entre 1983 y 1992.

El avance fue tan sorprendente y notable, que en los últimos 30 años el Perú construyó un sector energético muy sólido. En la fase inicial de la industria, que es la generación de energía, la inversión privada jugó un papel determinante.

La segunda y tercera fases, la transmisión y distribución en manos del Estado, tuvo problemas por las limitaciones en la inversión.

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La mayor parte de las distribuidoras son del fisco y no existe la agilidad necesaria ni la decisión política inmediata para resolver problemas.

Durante un corto periodo, entre 2006 y 2012, coincidente con el 'boom minero' se permitió que la inversión privada interviniera en las tres fases de la electricidad. El sector tuvo un importante crecimiento.

En esa etapa se respetó las condiciones de los sectores empresariales: estabilidad, predictibilidad y simplificación de trámites.

Once ministros de Energía en tres años

En los últimos años, signados por la corrupción de los gobernantes, se dio el caso de 11 cambios de ministros de Energía y Minas en tres años. No obstante, estos últimos años de retroceso, el sector eléctrico superó también los avatares políticos.

A su vez, los empresarios reiteraron que mantendrán su apoyo al Perú por la importancia de la energía en todos los sectores económicos.

Las páginas más negras: el terrorismo

El 7 de mayo de 1980, cinco encapuchados quemaron las ánforas y los votos en Chuschi (Ayacucho) que iban a utilizarse en las elecciones del siguiente mes.

Para varios investigadores, este suceso marcó el inicio de los más sangrientos ataques de Sendero Luminoso contra el Perú. En los años sucesivos unas interminables cadenas de ataques con coches bomba tuvieron en jaque a los peruanos.

Sendero puso en la mira las torres de transmisión eléctrica, en especial la víspera de Navidad y Año Nuevo, dejando en tinieblas a las principales ciudades del país.

Los apagones eran pan de cada día, pero también se alternaban con terribles detonaciones con coches bomba, como el ocurrido en Tarata (Miraflores) o con el bus lleno de efectivos de la Marina (Barrios Altos).

Hubo también vehículos cargados de dinamita en la plaza de armas, prefectura, residencia del embajador de EE.UU. y otras importantes sedes. El número de personas asesinadas por Sendero asciende a 30 mil, mientras que los daños resultan incalculables.

Sólo en destrucción de torres de transmisión y en reparación de las mismas, se gastó aproximadamente 35 mil millones de soles.

El 12 de septiembre de 1992 se cerró esta oprobiosa historia con la captura de Abimael Guzmán, cabecilla de la agrupación. Un día de septiembre de 2021 murió enfermo y olvidado.

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