«Adelanto de elecciones» repetiría tóxica competencia antifujimorismo-fujimorismo

Se está vendiendo a los peruanos abrumados por la violencia política planificada (y perpetrada por la extrema izquierda nacional y continental) que el «adelanto de elecciones ¡ya!» es la solución o la «válvula de escape» para la incitada crisis política nacional.

Este calculado afán —caprichoso y hasta infantil en algunos actores políticos «centristas»— es acompañado por un sector de la prensa y sus analistas políticos que han venido minimizando el accionar de terroristas y delincuentes provocadores del descarrilamiento de toda protesta legítima y pacífica.

Sin importar que sea Keiko Fujimori u otro el candidato de Fuerza Popular no hay nada más conveniente para el antifujimorismo profesional que se vuelva a repetir la tóxica competencia electoral del 2021. Este evidente redireccionamiento del conflicto del momento (que incluye a calculadores voceros del caviarismo morado) vía el «adelanto de elecciones» generales (no estipulado en realidad en ninguna parte de la Constitución luego de cualquier vacancia presidencial), achica la cancha de participación, de oferta y de competencia política. Es decir, solo favorece a quienes buscan seguir manteniendo una polarización latente (la cual ha dominado todos los contextos sobre todo desde el 2006 y que en 2021 tuvo a Keiko Fujimori y a Castillo-Cerrón como sorpresivos protagonistas) y usufructuando del pernicioso empantanamiento político entre estas fuerzas antagónicas: el antifujimorismo y el fujimorismo.

De concretarse el objetivo de un supuesto cambio «urgente» en la representación política «este año», el complot antiperuano —interno y externo— por parte de los extremistas violentos continuará sin pausa ya que el objetivo político mayor es la «refundadora» asamblea constituyente. Estas fuerzas se energizarán, no cesarán su violencia política coordinada.

Hacen bien entonces los congresistas que están resistiendo esta manipulación por imponer un proceso electoral adelantado y precipitado (este se realizaría además bajo el chantaje de los violentistas que incluye a Sendero Luminoso y asociados criminales como el narcotráfico) que no garantiza que el envenenado proceso político peruano pueda curarse.

Es por ello esencial instalar la prudencia necesaria para las reformas imperativas (¿cómo se impedirá por ejemplo la penetración de extremistas y hasta de prontuariados en las organizaciones políticas participantes?) que ayuden a montar una rampa de salida institucional, accesible y seria al planificado caos actual con fines políticos y delictivos.

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