Anaís Quispe sobre ‘De calma y luz, el sonido de las cosas’: “Este poemario es una brújula en medio de la deriva de la vida”
Artista visual resalta su poemario, en el que se refugia en la naturaleza.

Anaís Quispe sobre ‘De calma y luz, el sonido de las cosas’: “Este poemario es una brújula en medio de la deriva de la vida”.
Anaís Quispe es artista visual y poeta. Ha participado en varias exposiciones artísticas y publicaciones como Formas soñadas (2018) y Cómo aprender a mirar el cielo (2017). En esta entrevista nos habla sobre su más reciente poemario titulado De calma y luz, el sonido de las cosas (2023).
¿De dónde nace la calma, la luz y el sonido de las cosas con el que titulas tu poemario?
Este poemario nació hace dos años mientras viajaba por México y República Dominicana. He escrito durante toda mi vida, pero este poemario era diferente, tenía una mirada más existencialista y filosófica. No solo escribía desde lo sensorial o lo sensible, sino que en ese momento estaba tratando de comprender algo más profundo. Me encontraba en un período complejo, marcado por el duelo y la incertidumbre, y buscaba refugiarme en la naturaleza como una forma de protección.
Este poemario es una brújula en medio de la deriva de la vida. El título surge de tres experiencias de viaje: la calma y la luz que encontré en la naturaleza mientras viajaba, y el “sonido de las cosas” en un sentido metafórico, porque comprendí que todo, incluso lo más insignificante, tiene algo que decirnos. Así fue como el nombre y el contenido del poemario se fueron configurando.
Tus versos hablan sobre la voz de las piedras y la quietud de las olas, ¿de qué forma tu poesía se mimetiza con la naturaleza?
Es un diálogo íntimo y esencial. La naturaleza siempre ha estado presente en mi práctica artística, ya sea como metáfora o analogía. Mi poesía se mimetiza con la naturaleza porque ambas comparten un lenguaje profundo, donde lo estático y lo dinámico, lo eterno y lo cambiante, coexisten. A través de imágenes visuales y sensoriales, intento expresar lo que las palabras a veces no logran, y la naturaleza, como un sistema completo y vivo, me guía en ese proceso, incluso viendo, solo contemplando puedo obtener respuestas o sensaciones que luego convierto en ideas. Es ella quien me enseña a ver y sentir de una manera más auténtica, lo que a su vez se convierte en poesía.
El mar es un eje transversal en tus poemas, ¿de dónde emerge esa conexión y qué significa para ti?
Sin duda, el mar es mi motivo. Nacer en una ciudad frente al mar, como lo fue Lima para mí, hizo que tanto mis veranos como mis inviernos siempre tuvieran la playa como escenario. Es curioso, porque Lima como ciudad, le da la espalda al mar, pero para mí, observarlo desde lo alto de un acantilado o desde la orilla me enseñó a contemplar su inmensidad. De adolescente, solía ir al mar caminando sola o con amigos, buscando siempre su compañía.
Otra conexión profunda con el mar fue mi padre. Fue marino mercante, gran parte de mi relación con el mar no solo viene de haberlo visto por mi cuenta o en familia durante los veranos, sino también de las historias de altamar que mi padre me contaba. Y en general, en películas, historias, poesía, en casi todo lo que he consumido el mar ha estado presente, incluso cuando empecé a estudiar fotografía y no sabía qué fotografiar, el mar era mi escenario, para mí presenta lo sublime, como la máxima experiencia.
Cuando he viajado a ciudades sin mar, su ausencia me ha tocado. Me considero una chica de mar y considero al mar como mi compañero silencioso, el que siempre me permite comprenderme mejor y hallar tranquilidad.
¿Cómo crees que la poesía ha impactado en tu forma de ver la vida?
Escribir ha sido una constante en mi vida. Antes de adentrarme en la poesía, me gustaba escribir haikus que acompañaban a mis fotografías. Con el tiempo, la poesía se ha convertido en un estilo de vida para mí. Mirar la vida desde lo poético me permite no solo amarla, sino también encontrar formas de escapar o trascender lo cotidiano.
Al mismo tiempo, mi poesía se nutre de experiencias autobiográficas y de preocupaciones estéticas, filosóficas y artísticas. Hablo sobre la condición humana y requiere una gran sensibilidad y una mirada casi filosófica de la vida todo eso se relaciona en mi interior y en mi arte. Para mí, es un lenguaje dual: no solo escribo lo que siento o pienso, sino que vivo de manera poética y lo llevo al papel.
Musicalización
Uno de los poemas de Anaís Quispe será musicalizado por el compositor Óscar Burgos, la soprano Jimena Calderón y el pianista Arbe de Lelis, en el cierre del Festival Internacional de Jóvenes compositores, este viernes 27 de septiembre, a las 7 p. m. en el Gran Teatro Nacional. Registro gratuito en Teleticket desde el 25 de septiembre.
Por Carlos Rosales Purizaca
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