Andrea Cabel: «La Amazonía ha hecho grandes aportes a nuestra cultura»

Doctora en literatura latinoamericana es enfática en señalar la importancia de la selva en la historia de nuestro país.

Diario expreso - Andrea Cabel: «La Amazonía ha hecho grandes aportes a nuestra cultura»

Andrea Cabel es docente del Programa de Estudios Generales de la Universidad de Lima, que ha destacado el rol de la literatura amazónica en nuestro país, e incluso, también remarca en esta entrevista el trabajo de Francisco Izquierdo Ríos, quien fundó la revista Trocha.

Órgano mensual del magisterio del Bajo Amazonas (1941-1944), una propuesta que llegó a tener 60 páginas y que reunía prioritariamente artículos de índole educativa con el fin de colaborar con la actualización y capacitación de los docentes de la Amazonía.

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‘Izquierdo ríos’ fue uno de los más importantes narradores peruanos del siglo XX. Proveniente de la selva amazónica peruana, recreó en su obra el paisaje y la vida de los hombres de esa región (narrativa regionalista). Su obra literaria es muy nutrida. Su género preferido fue el cuento. El vigor y la sencillez son las cualidades de su prosa. Su estilo tiene una gran fuerza evocativa. Compuso además poesía y ensayos de crítica literaria. Cultivó la literatura para niños, siendo este su mayor logro. Uno de sus cuentos más conocidos es ‘El Bagrecico’.

¿Qué significa la revista Trocha dentro del trabajo literario del Amazonas?

Francisco Izquierdo Ríos, su fundador, fue un narrador y docente, un hombre muy activo que en su momento fue jurado de un premio en Casa de las Américas (1977), y también fue jefe del Departamento de Folclore, que fue creado en la Dirección de Educación Artística y Extensión Cultural del Ministerio de Educación.

Así Trocha no sale solamente como una revista de literatura, sino que se consolidó como  un espacio a partir del cual los docentes podían actualizar sus conocimientos y formar parte de una red intelectual. Trocha nace en un momento en el que era necesaria una publicación nacionalista (recordemos el conflicto limítrofe con Ecuador en 1941) y es, desde su título, una publicación que metafóricamente alude a un camino hecho por ellos mismos, por los docentes que como trocheros buscaban generar sus propios caminos. Por todo esto, la revista Trocha tuvo un impacto relevante en su momento. Permitió además que participaran mujeres como Juana Ubilluz, quien además de ser docente y artista, fue diputada electa por Loreto.

¿Qué debemos entender cuando hablamos de literatura amazónica?

La literatura amazónica no ha pasado por los mismos procesos económicos e históricos que la literatura del resto del Perú. De hecho, tampoco es tan conocida ni leída en nuestro país. En los colegios no suele ser incorporada y en los exámenes de admisión para las universidades, cuando uno resuelve la parte de literatura peruana, o se prepara para ella, nota que no se evalúa la producción amazónica. Nuestras aproximaciones más cercanas han sido a partir de algunos títulos de Ciro Alegría o de Mario Vargas Llosa, pero de autores, incluso, indígenas amazónicos, no.

Creo que actualmente cuando hablamos de “literatura amazónica” estamos hablando de diversos géneros y de diversas “amazonías”, no de una única homogénea y compacta. Encontramos una gran oferta de poemarios, testimonios, novelas, novelas históricas, fantásticas, y compilaciones de textos periodísticos de la época del caucho (i.e. ‘La sanción’ y ‘La Felpa’ del poeta y también militar Benjamín Saldaña Rocca). Todo esto, junto con abundante material crítico que se está produciendo en la actualidad, es parte de lo que podemos incluir en la literatura amazónica. Ahora encontramos también poemas publicados por indígenas amazónicos como Dina Ananco y Bikut Toribio Sanchium.

Entonces, si bien la literatura amazónica podría periodizarse -como se ha intentado desde diversas propuestas- y acorde a cada periodo proponer algunos grupos como Bubinzana o Urcututu, considero que la literatura amazónica siempre ha incorporado al sujeto indígena, al tema del espacio (o a la lucha contra este), al contacto con el Otro, y actualmente a la pandemia, y las consecuencias de los abusos contra la  naturaleza.

¿Entonces el abismo que nos separa de la Amazonía es bastante extenso?

Hay distancia emocional con la Amazonía que no nos permite incluirla en nuestra narrativa nacional con la complejidad que merece. Si apelamos al concepto de Benedict Anderson, podríamos decir que la Amazonía no ha sido incluida como parte de la “comunidad imaginada” que sería el Perú.

Dicho de otro modo, se ha pensado a la selva como un conjunto de representaciones, en muchos casos, estereotípicas para justificar diversas conductas poco coherentes. Por ejemplo, el exgobierno de Belaunde no tuvo problemas en bombardear con bombas de Napalm a tres clanes mayorunas. ¿Por qué hacer algo así a una comunidad desarmada? Antes y después de él hubo otros gestos de violencia hacia la Amazonía y por ende hacia su gente. ¿Por qué en la Amazonía la violencia tiene un ciclo que nunca termina y se repite a pesar de las normativas, convenios y demás tratados que se realizan?

Nuevamente: los paradigmas de que es un territorio siempre virgen, abundante, opuesto a la civilización, de que los indígenas amazónicos son únicamente de tal o cual modo, simplifica la realidad al máximo y “justifica” ese voluntarismo de querer “conquistarla” para hacerle un bien a ellos y por extensión al país. Veamos sino lo  que sucede con el petróleo, la madera.

Por Vladimir Rendón Acat

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