Carlos J. Aldazábal: “Ver cine o escuchar música también son modos de leer”

Es invitado de honor de la Cámara Peruana del Libro, en el marco de la Feria del Libro del Bicentenario.

Por Sixto Sarmiento

La poesía de Aldazábal es prolífica, es una voz que recorre lentamente, desde la Argentina, todo el continente, haciendo dúo, siempre con una canción de bienvenida.

La ventana de la literatura, ¿a dónde nos conduce?

Creo que la ventana de la literatura es la ventana de la imaginación, y esa ventana nos conduce a infinitos mundos. La idea del “multiverso”, tan presente hoy en el mundo del cine a partir de los cómics, estaba latente en las lecturas de la infancia, esas lecturas que te llevaban a Mompracem o al centro de la tierra.

¿Y qué rol juega la poesía?

La poesía juega el rol de las invocaciones, es el lugar de la magia y de la profecía, pero también el lugar del canto y la aventura. Eso ocurre, en la cultura occidental, ya desde la Ilíada y la Odisea.

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Provienes de Salta, una ciudad con poetas de la talla de Jacobo Regen, Walter Adet, Manuel J. Castilla, Leopoldo Castilla, Hugo Francisco Rivella, entre otros. La valla está alta, ¿verdad?

Para todos los hispanoamericanos, poetas como Vallejo, Lorca o Huidobro, nos pusieron en el desafío de hacer algo novedoso con lo que ellos conjugaron tan bien. Todos los poetas que me nombras tienen esa herencia vallejiana, no solo por el uso del lenguaje y su musicalidad, sino también por el vínculo con la cultura popular del lugar. En Vallejo, la cultura popular peruana está muy presente, y lo mismo pasa con la tradición de los poetas salteños. Venimos de un lugar donde la gente canta, y ese canto de la gente se traduce en coplas y en modos de nombrar el mundo. El desafío es alto, pero al mismo tiempo hay un orgullo por la pertenencia a esa tradición

¿Cómo te sientes ser catalogado como una de las voces fundamentales de la poesía actual argentina?

Desconocía esa catalogación. Toda catalogación es un poco incómoda, ya lo decía Borges cuando hablaba de la arbitrariedad de las listas y de los órdenes clasificatorios. Yo intento escribir del modo más honesto, sin preocuparme por las catalogaciones.

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