Cuando la literatura se convierte en pasión

Destacado catedrático de la Universidad de Lima, Jorge Eslava, relata cómo ha sido su vida dividida por las letras y el deporte.


Si hablamos de cuentos e historias increíbles que se han dado lugar en la Lima de los últimos 45 años, el nombre de Jorge Eslava destaca por sí solo, es así que fuimos a la búsqueda de tan destacado profesor, para que nos cuente su leyenda.

Usted está dedicado a la docencia y a la literatura, ¿cómo mezcla estos dos oficios?

El escribir es un canto a la vida, es una historia que va atada a mi rol como profesor universitario. He pasado mi vida enseñando e investigando, así que he podido tener un amplio panorama del Perú, lo cual he plasmado en mis cuentos y otros libros.

Usted ha tenido la oportunidad de ser profesor de los tres niveles de enseñanza primaria, secundaria y superior. ¿Cómo ha sido la experiencia?

Me he enriquecido bastante de mis alumnos, he tenido la oportunidad de enseñar a jóvenes de primaria que están en sexto de primaria y como profesor te puedo decir que fui creciendo con la experiencia, así he podido usar lo aprendido para plasmarlo en mis libros.

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Usted también es conocido por tener afición al deporte. Cuéntenos esta experiencia.

El deporte es una sana aventura de vida, he sido arquero y hoy día practico el box, de hecho si el deporte es una parte importante de mi vida, ya sea como arquero de fútbol o boxeador, debemos ver al deporte como parte de una formación de vida.

¿Es hincha de Universitario de Deportes?

Sí y he podido ver el crecimiento del equipo, de la U destaco que desde la década de los 90 ha habido buenos entrenadores que han dejado escuela, como por ejemplo Osvaldo Piazza y hoy Jorge Fossati, también está en la historia de la U, Ricardo Gareca, quien nos llevó al Mundial de Rusia. Es interesante hablar de fútbol, más aún tengo literatura dedicada al deporte rey.

Usted enseñó en los Reyes Rojos, ¿tuvo la oportunidad de ser profesor de Jefferson Farfán o Paolo Guerrero?

No, pero como padre de familia de los Reyes Rojos tuve la oportunidad de verlos jugar en la cancha del colegio, ello fue un lujo, así destaco lo logrado por Jefferson y Paolo, más aún destaco la fortaleza de Paolo Guerrero.

En otro plano, ¿cómo define usted al amante de los libros?

Los libros son un lujo que está al alcance de todos, podemos recorrer lugares como Amazonas donde uno puede estar horas y encontrar libros en buen estado, no piratas, que son joyas que esperan ser descubiertas.

¿Cree que internet ha cambiado la sensibilidad del lector?

Internet ha cambiado la forma de acercarse a los libros, por ejemplo, yo he podido conseguir libros de tapa dura a través de la búsqueda en Google; sí hay un cambio por el uso de la nube y ese cambio debe ser aprovechado en favor del lector.

¿Usted también ha ejercido el periodismo?

Trabajé en el diario La Prensa, el cual se ubicaba en el jirón de la Unión a tres cuadras de la plaza San Martín, estuve en el área de edición y también en el de diseño, donde tuve la oportunidad de tener trato directo con periodistas de la talla de César Lévano, quien tenía a su cargo el suplemento laboral del diario, una experiencia muy interesante que viví en los años 70.

Como profesor, ¿cree que se debe enseñar en los colegios la época que se vivió en el Perú en los años 80 y 90 con el fenómeno del terrorismo?

En ese punto ya ha habido un pronunciamiento del Ministerio de Educación, donde se señala que se debe enseñar esa parte de nuestra historia, para lo cual se debe usar la recopilación hecha por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación Nacional.

¿Usted también conoció a Julio Ramón Ribeyro?

Tuvimos amigos en común y disfruté con él (Ribeyro) de paseos por Barranco. Julio Ramón vino al Perú en sus últimos años de vida, él ya sabía que iba a morir y su obra ‘La palabra del mudo’ fue una forma de dar voz a quienes no tienen voz.

¿Trabajó usted con Jaime Bayly en La Prensa?

No, estuve con Federico Salazar, quien luego mi invitó a ser parte de la revista Mira! que venía con el diario El Sol, allí armé un equipo con grandes periodistas como Mario Ghibellini. Ahora que me lo preguntas he tenido la oportunidad de conoces grandes personajes que con el tiempo he referido en mis clases universitarias, pero si me preguntas por Jaime Bayly te puedo decir que él (Bayly) refleja en su obra una Lima convulsa que se gestó en los primeros años de los 80, así Jaime retrata una Lima “pituca”.

¿Qué debemos entender por pituca?

Una sociedad frívola que es hasta cierto punto indiferente, es un contraste con la aristocracia, que se vino abajo desde inicios de los años 70, es un contraste con la obra de Óscar Malca, en su libro ‘Al Final de la Calle’.

Por Vladimir Rendón Acat

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