Humangos: una vida de historieta peruana

Esta historia nos lleva de la mano de un historietista piurano a la cálida y tradicional tierra de Chulucanas en Morropón, tierra de excepcionales valles productores de mangos y limones, para mostrarnos un encantador lugar donde la tradición agrícola y el orgullo se transmite de generación en generación. Un adolescente de una familia de camioneros de limón tiene que hacer frente a esta inercia conservadora para hacerse escuchar y abrirse camino para poder desarrollar su vocación artística por la historieta.

Esta obra trae de vuelta un antiguo debate por la justa valoración y autonomía de la historieta como disciplina artística y narrativa, la cual se menosprecia en el ámbito académico y no se le entiende más allá de la instrumentalización de su uso. A esto hay que agregarle que, en la endeble escena editorial de producción nacional, la historieta tiene poco más de una década en la que su presencia es tomada en serio por las empresas editoras.

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Con su imaginación desbordada, Mauro Yamunaqué se debate sobre la importancia de ser uno mismo, en medio de un clima de desasosiego, intolerancia y tensiones familiares. La relación vertical con su padre y con la tradición familiar que este representa, lo llevarán a los momentos más intrincados de encuentros y desencuentros a lo largo del relato.

Martín Espinoza Díaz, renombrado historietista por su producción en el género de súper héroes desde que el 2008 ganó el concurso nacional de historieta “Buscando al Superhéroe Peruano”. En este concurso presento a “La Chola Power”, personaje emblemático de este género narrativo en el Perú y punto de partida del proyecto editorial que el autor ha desarrollado con su legión de superhéroes “La Raza”. Es importante precisar que su visión historietística sobre Piura también está presente en esta legión con su superhéroe piurano “Huako”.

Zona de confort

En “Humangos”, Martín Espinoza sale de su zona de confort narrativa, la súper heroicidad, y se vale de su origen piurano para en clave testimonial crear un mundo donde los habitantes no son humanos, sino antropomorfizaciones de mangos. Conoce la realidad de la región en la que creció con la misma suficiencia que las vicisitudes que tuvo que sortear para hacerse autor de historieta en el Perú y poder con esta obra homenajear su origen.

* Por Carlo Gonzales Ocampo

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