Javier Ponce, escritor: «La izquierda no hizo nada por nosotros»
Conversamos con Javier Ponce, autor de 'Crónicas maricas', un libro que ilustra, de manera muy amena y provocadora, la historia de la comunidad gay en el Perú durante el siglo XX.
Javier Ponce, escritor: «La izquierda no hizo nada por nosotros».
Javier Ponce es autor de 'Crónicas maricas', un libro que ilustra, de manera muy amena y provocadora, la historia de la comunidad gay en el Perú durante el siglo XX y cómo, poco a poco, se fue ganando un espacio en la sociedad de nuestro país.
¿Por qué no se ha contado la historia de lo que pasó durante el siglo XX?
Efectivamente, es una historia o parte de la historia que ha sido dejada de lado por la academia. Ha sido un trabajo bastante difícil, encontrar los rastros y los datos de toda esta historia, que permanecía escondida bajo la alfombra. Pero como yo siempre he tenido una obsesión por el documento y el documental, grabé a mucha gente mayor en los años 80, que me contó cómo fueron los inicios del siglo, cómo fue ser gay en los 30, 50. Tengo toda esa época documentada y luego en los 70, 80, esa es la época que yo he vivido, los 70, 80, hasta los 2000. En este libro, abarco el siglo XX.
¿Cómo descubriste lo que narras sobre la experiencia gay a inicios del siglo XX?
Hay algunos reportes policiales de inicios del siglo, de algunas incursiones policiales en casas, en fiestas, en las cuales la gente estaba en fiestas privadas, travistiéndose en su casa, algo que no representaba ningún delito. Sin embargo, la policía se sentía con el derecho de entrar e irrumpir y lo que yo hago es una reflexión de cómo comienza el siglo XX y cómo terminamos en el siglo XXI, con un personaje como la Chola Chabuca, que sale en la televisión y con la reflexión de Mario Vargas Llosa, diciendo: “¿Cómo estará el Perú, que la mujer más famosa es un hombre?”.
¿Qué pasó, entonces, para que las cosas cambiaran?
Hay una generación bisagra, que es entre los años 70 y los años 90. Hay varias cosas que ocurren en ese momento, un poco tarde, por la dictadura militar, que nos aísla 12 años de los cambios que se estaban dando en el mundo a nivel gay, incluso de Stonewall, que fue en 1969, Toda esa olla de presión revienta en los años 80. Estábamos bastante hartos y creo que el país estaba medio desconcertado con la democracia. Sucede, también, el fenómeno del terrorismo, Sendero Luminoso y el MRTA, por lo cual la policía estaba ocupada en otros asuntos. Igual seguía entrando a las discotecas y abusando de nosotros. Sin embargo, también hubo una necesidad de ejercer nuestra libertad, nuestro derecho a divertirnos y nuestro derecho a existir. Fuimos una generación que estuvo plagada de gestos individuales, gestos grupales. Puedo citar la aparición de Coco Marusix o de la novela de Jaime Bayly, “No se lo digas a nadie”, como momentos claves.
¿Cómo entiendes que hoy la izquierda se quiera hacer la abanderada de las luchas por los derechos y hayan tomado a la comunidad como una bandera?
Es un abrazo hipócrita, el de la izquierda. La izquierda no hizo nada por nosotros. Es más, nos atacó y nos asesinó. Tanto Sendero Luminoso, como el MRTA, tenían como una de sus banderas moralistas, ser homofóbicos y asesinar homosexuales, asesinar travestis. Pero en el año 1989, cuando cae el Muro de Berlín y cuando se hace evidente el fracaso de la receta comunista, la izquierda decide travestirse de colores, inventa esta sigla impronunciable, inventa esta bandera colorida y se apropia del feminismo, se apropia de los gays, los animalistas, la ecología y ahora toda la juventud cree que la izquierda hizo algo. No hicieron nada. En este siglo, han bloqueado muchas de las iniciativas de unión civil y otras, porque ellos viven de las ONG, viven de la victimización, viven de que las cosas no se resuelvan para seguir recibiendo fondos desde afuera.
¿Qué otras ideas equivocadas existen dentro de los más jóvenes que tu libro podría aclarar?
El libro está ahí para que la gente que vivió en esa época se sienta identificada y la gente que no lo vivió entienda que el suelo que ahora pisan, muy aplanado, no estuvo siempre así. Que hoy tengan la libertad que tienen es el producto de una serie de personas que nos sacrificamos para que hoy puedan tener la libertad que ellos creen que siempre fue su derecho. Esto no es para heroizarnos…yo lo hice porque tenía que hacerlo. No concibo la realidad de otra manera. Siempre peleando por ser libre y si alguien se beneficia, fantástico.
¿El humor resulta terapéutico?
Sin humor yo ya me hubiera tirado por la ventana (risas). Lo primero que hice, fue comenzar a reírme de mí mismo y a darme con palo y a partir de darme con palo a mí, tengo la libertad de darle con palo también a los demás. Creo que el humor te puede salvar de cualquier tipo de desastre y es el humor el que nos ha permitido sobrellevar todas las cosas.
Por Sol Pozzi-Escot
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