Jéssica Rodríguez: «Contar historias es una manera de soñar»

¿Cómo te decidiste por iniciar la aventura de dirigir tu propio sello?

Yo tengo varios años en el mundo editorial, soy profesora de formación y me he especializado en literatura latinoamericana. Como editora, he dirigido las líneas de algunas editoriales grandes y eso me ha llevado a conocer el espacio de los niños y los jóvenes. A raíz de la pandemia, hubo mucho empuje de las ediciones digitales, muchas reducciones en los departamentos, en fin, viendo todo ese panorama de cambios y oportunidades, decidí emprender un espacio dedicado a los libros infantiles y juveniles, inicialmente, porque quiero seguir abriendo el sello a otros públicos.

Llama la atención el nombre de la editorial, De Lirio, en dos palabras. ¿Cómo nace este nombre?

Quería algo que no sonara tan infantil, que no se dirigiera solo a ese público. De Lirio me gustó mucho, ya que el lirio es la flor que evoca muchas cosas, el arte, la cultura, pero por otro lado, con el sustantivo “de” por delante, evoca la locura. Puede ser un lugar común, pero en un país como el nuestro, apostar por este tipo de iniciativas siempre va a tener algo de locura.

¿Qué me puedes contar sobre 'La zona invisible', escrita por Carlos Garayar y tú?

Es una novela de ciencia ficción que pretende ser un proyecto de saga. La comenzamos a escribir en 2014 y la presentamos a un premio, ganamos este premio en la versión Perú y salió inicialmente una edición a fines de 2015. La edición cumplió su ciclo, entonces pensamos que ya era hora de que volara y la trajimos para De Lirio. La novela tiene cosas que no vemos mucho, especialmente para jóvenes. Es un libro de ciencia ficción, novela juvenil, aventura.

¿Cómo es la experiencia de escribir a cuatro manos?

Este es el segundo libro que escribimos juntos hasta ese momento. Para este libro, yo arranqué, Carlos, que es mi esposo, continuó, luego yo tomé la posta y así seguimos. Ha sido un proceso de escritura muy diferente. Hemos hecho más libros juntos, pero en los demás nos hemos repartido siempre. Aquí, hemos revisado juntos, hecho el trabajo de corrección juntos, lo disfrutamos mucho.

Has publicado, también, 'La niña que no sabía soñar', un libro ilustrado. ¿Cómo fue el proceso de ilustrar esta obra?

Para este libro, usé un formato que me permitiera lucir el texto y también la ilustración. Es la historia de una niña que no puede lograr algo, como muchos de nosotros, y para ella se trata de una cuestión de tiempo, de encontrar algo que haga que todo su mundo cambie. Contar historias es una manera de soñar, entonces dividí en tríadas las ilustraciones y encontré a la persona adecuada, Jessica Montés, quien le dio una delicadeza, un tratamiento a la paleta de colores, con esos aires morados, azules, que resultó muy artístico.

También han publicado 'Margarita' y 'Sonatina', clásicos de Rubén Darío. ¿Qué te motivó a hacer este lanzamiento?

He enseñado poesía varios años y esos años me han enseñado a tenerle mucha fe. Yo creo que la poesía crea lectores. Para este libro, trabajé con el ilustrador Eduardo Masías. En un principio, pensamos que un libro muy ilustrado puede cortar la imaginación de los niños, pero puede ser que a un niño o muchacho que no está tan familiarizado, si le ofreces esta visión ilustrada, él puede encontrar algunos ganchos para hacer lo que toda poesía te obliga, que es completar el signo.

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Darío es el primer gran poeta latinoamericano y hace algo que es esencial para la poesía, que es no seguir una corriente. Cuando uno habla de poesía, Darío siempre está ahí, porque es fácil de memorizar, tiene muchas ganas de comunicar. Siempre nos va a dejar algo resonando y, hasta ahora, con la experiencia que hemos tenido con los lectores, funciona, ya que los mayores lo recuerdan y los nuevos lo sienten accesible.

La lectura

La lectura nos permite muchas cosas, abre muchas puertas, pero creo que la principal es que nos amplía el horizonte, la mirada. Uno puede estar en cualquier lugar, tener cualquier edad, tener las circunstancias que sea, pero la lectura siempre nos regala una forma de ser, de estar en el tiempo, que muy pocas otras cosas permiten.

Cuando uno se mete en una lectura, uno se pierde, se absorbe en el tiempo y espacio, leer brinda esa sensación de otro tiempo. También es importante, ya que brinda vocabulario, porque si uno no puede nombrar lo que lo rodea, lo que quiere decir, termina diciendo lo que puede y no lo quiere. Son muchos los beneficios de la lectura, sobre todo a temprana edad.

Por Sol Pozzi-Escot

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