Julio César Gutiérrez Barba resalta que los juguetes son nuestro refugio: Una muestra de cultura

El juguete no existe por sí mismo, pues, para adquirir el valor de juguete debe ser utilizado para jugar. Los juguetes artesanales de Julio César Gutiérrez Barba están conformados por historias rotas, pues son hechos con materiales reciclados, que traen historias ajenas al juego.

En ese sentido, su taller de juguetería es un centro de rehabilitación. Por otro lado, en él, construir juguetes es una de las formas de la búsqueda de la felicidad.

¿Cómo ha influenciado tu infancia y tu adolescencia en Pacasmayo, y tu experiencia vital en general, en tu formación artística?

Mi familia es de Pacasmayo y San Pedro de Lloc. Eso hizo de nuestras vacaciones un obligado pasar en el norte. Saltábamos como leche hervida para atravesar las puertas de la casa hacia la libertad. Nos infectábamos de esa libertad pueblerina, sin adultos aullando por seguridad y la leche en porongos. Pequeña travesura era reventarse petardos en los dedos. Así pues, los palos, con elásticos, las chapas chancadas, los pabilos, las piedras, etcétera, se transformaban en objetos de diversión masiva. Éramos los infantoterrucos. los runrún. ¿Quién no tuvo la motosierra que despilfarraba sonidos infernales que infligían terror, la reportera cacera que nos ayudaba a cazar lagartijas para hacer ceviche en San Pedro, el camioncito de madera que vendían en cada pueblito de cada viaje que hacíamos? Esos juguetes eran los que me llamaban más la atención, los caseros, los que uno podía hacer, y eso que mi colección de las guerras de las galaxias era amplia y buena, que tenía varios otros de buena calidad, pero, en mí, los juguetes caseros no tenían competencia.

Nací en 1973, en Lima. En 1992 nos mudamos a Argentina, donde estudie grabado y arte impreso en la Universidad Nacional de La Plata, en Buenos Aires. También estudié un año de cine. Esa sería la parte académica, o escolarizada. Pero, asumí el consejo de que la vida debía ser sostenida por trabajo, así que hice trabajos de obra, de albañilería y pintura, de letrista, de maquetista, y, en una casa, de iluminación dentro del taller. Esta sería mi instrucción práctica, la que me enseñó todo sobre herramientas, materiales, electricidad. Tuve acceso a mucho material. Empecé a realizar juguetes con los materiales que traía del trabajo, aún no tenía herramientas, pero los juguetes se hacían. En el 2004 nos mudamos a la Patagonia, donde trabajé en el Taller Municipal de Cerámica de Trelew, posteriormente me incorporé como profesor de arte en la Dirección Provincial de Salud Mental y Adicciones por once años. Tuve una marca de tablas de skate, “Inzecto”, hacía los diseños. En Buenos Aires fabricaba e imprimía mis tablas, generé eventos, torneos, demostraciones, así que debía construir rampas, cosa que también hice. También viajé a localidades muy alejadas del interior del país para realizar estos eventos y entendí la importancia del trabajo social, como columna vertebral de la inclusión, que es lo que nos hace parte de una comunidad. Como artista, aprendí a mirar al otro, a extender la mano, a colaborar. Creo que así defino mi aprendizaje artístico, como nutrido de otros aprendizajes, como multiplicación de conocimiento. Para mí, ningún título te enseña todo, el entorno nos moldea.

Tú eres un gran constructor de juguetes. Para ti, ¿qué es un juguete?

Yo diría que un juguete es un refugio. Sé que es una respuesta abstracta, pero me pregunto, ¿acaso el juguete es algo concreto? El juguete debe ser usado para ser concreto. Los juguetes que hago ya traen historias ajenas al juego, un juguete está conformado por historias rotas. Digamos que no es una juguetería, sino un centro de rehabilitación. Claro que rehabilitar sí encaja en este caso. Tal vez pueda existir en mí algo de la búsqueda de la felicidad. Por eso también buscamos la infancia, porque solíamos jugar. Regresamos a los lugares de la infancia. El tiempo hace eso, con su capricho perverso. Pero, la felicidad no está en el lugar, es más, el lugar ya es otro. La felicidad está en los recuerdos, que, junto a los juguetes, son como amuletos reliquias para el refugio de nuestras infancias. Los juguetes son como los veladores de los momentos que el tiempo no supo ultrajar.

¿Qué juguetes has construido?

Suelo crear los juguetes reutilizando cosas, casi de manera ideológica. Uso casi cualquier cosa que no encuentre impedimentos físicos, ni alguna excusa que impida su reutilización, su reciclaje. Ocurre que, el objeto reutilizado no deja de ser lo que es, pues, solo sirve a otro propósito que se incluye en el objeto nuevo. Construyo juguetes repasando y tratando de ser fiel a tal historia. En mi haber, tengo aviones, naves espaciales, cohetes de agua, aviones a motor eléctrico y motor de goma, periscopios, paracaídas, cometas, barcos, autos, espadas, reporteras, juegos de mesa, monstruos, etcétera. Los planeadores de madera, las balsas, los aviones de motor a goma son otra historia, porque implican conocimientos sobre aeronáutica, ya que los principios se aplican al aeromodelismo. Los aviones de vuelo libre, de motor eléctrico, también es un reto. Los aviones son una locura. En fin, me divierto jugando al juguetero.

Hoy me dedico a jugar más con el proceso constructivo, para hacer pequeñas tiradas de juguetes, en resina epóxica y poliéster. Diseño el juguete, en función de que el original esté preparado para hacer copias, de moldes que hago con silicona, así que hago juguetes con técnicas y materiales utilizados en mis esculturas. El original, por lo general, está hecho de varios materiales.

¿Qué otro arte prácticas Julio César Gutiérrez Barba?

Para que sea divertido, también hago dibujo, pintura, escultura, fotografía, arte digital, aeromodelismo, y colecciono juguetes como aviones y autitos. No sé si entra en tu pregunta mi entretenimiento de hacer trabajos de construcción, y muebles de madera.

Por Juan Antonio Bazán

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