La épica voz de Christian Chávez

Relatos escritos en tiempo presente y en tercera persona que cumplen con la función de ser bisagras en el tiempo.


Existe una voz que surge de la verde espesura, se mueve entre paisajes inhóspitos, recrea ocurrencias de animales exóticos, da vida a tribus extintas, y palabra tras palabra, formando un engranaje de encantamiento y misterio, se abre paso para recordarnos que “El mundo está lleno de aventuras para ser compartidas y de imaginación para ser vividas”.

Existe una voz comprometida con un pueblo y su cultura, que se rehúsa a dejar en el silencio leyendas arropadas por la tradición oral y el peso ancestral, y que a través de sus relatos nos hace recordar cuán importante es reconocer y tener presente que somos un país rico en diversidad étnica y rico también en mitología.

Esa voz es la del escritor cajamarquino Christian Chávez, quien recientemente ha publicado su segunda obra: “La reina del Amazonas” (2022), una fábula regionalista, envuelta en una ambiciosa producción visual, que tiene como protagonistas a una lechuza vieja y amargada y a una serpiente quisquillosa y olvidadiza.

Debido a la trascendencia de su temática: la tolerancia y la solidaridad para una próspera convivencia, “La reina del Amazonas”, desde su concepción en el año 2019, se ha ido adaptando hasta convertirse hoy en día en una pieza de comedia teatral interactiva, que acerca a sus lectores y espectadores, según la ocasión, a la selva peruana. Ha sido considerada como Libro revelación en el Evento Premios La Libertad y ha sido finalista del concurso de la Asociación Writer Capital Foundations como mejor libro de literatura infantil en idioma castellano.

Bien documentado

Es que para escribir como Christian Chávez lo hace, no solo hay que tener destreza y maestría en el oficio, sobre todo hay que investigar y estar que estar bien documentado. Y Christian lo demuestra desde su primer libro “Inexpugnables nudos” (2021), donde a través de siete relatos que tienen enlaces muy sólidos y parecen irrompibles, nos comparte episodios que atraviesan periodos importantes de nuestra patria como la etapa preinca, inca, el virreinato, la república, para luego hacernos presenciar un drástico desenlace.

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Relatos escritos en tiempo presente y en tercera persona que cumplen con la función de ser bisagras en el tiempo. Con vasos comunicantes donde la narración se sostiene con la presencia de chamanes, serpientes de dos cabezas, ranas doradas, tribus indomables, espíritus de los bosques, tesoros ocultos o reinos escondidos en la frondosidad de la selva, como en el caso de los cuentos: “La desdicha del curaca”, que marca el fin de una etapa y el principio de una nueva era, y en “El ocaso de los Yalahuari”, la tribu que sucumbió al hambre de las anacondas.

Recordando a palma

Con “El tesoro del portugués” y “Noche de enmascarados” el autor nos posiciona en el Perú colonial y aproxima su literatura a la tradición peruana, que nos hace recordar a su cultor don Ricardo Palma. Ya no es la leyenda amazónica la que motiva su escritura, es ahora la selva de cemento, la ciudad, las villas, los apellidos pomposos avalados por blasones o títulos enviados desde la madre patria, el palacio virreinal, los solares, las ciudades festivas en las que convergen todas las sangres.

En “Romance de barrio”, ambientada en plena república, recorremos los viñedos de Ica, las calles de Arequipa, la sombra desolada de Chorrillos y un amor en los tiempos vorágines de la guerra con Chile. Pero la pluma de Christian no se detiene ahí, con amplio soporte histórico nos participa de “El verdugo de Luis XVI”, acercándonos a la Francia de Robespierre y de la guillotina, que se debatía entre girondinos y jacobinos, con su protagonista que nos narra, en primera persona, cómo no es capaz de huir a su destino.

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Por otro lado, en “Un fantasma en el fuerte rojo” nos sitúa en el esplendor del Medio Oriente para sentenciar: “Alá objeta: “Tus culpas no son dignas de perdón, pero tu amor será capaz de comprensión, y cuando tus reflexiones y tus actos sean producto de tu meditación, podrás peregrinar por última vez hasta La Meca. Hubo un perpetuo silencio y la luz se apagó”.

Existe una voz con temple que viene abriéndose camino con luz propia, que se atreve a rescatar y a restaurar la magia de antiguos años, a la que hay que prestar atención, porque esa voz, la del joven escritor Christian Chávez, viene a contarnos historias que fueron tejidas a crochet, bajo el fogón del amparo ancestral, para quien la literatura es su soporte, su sueño hecho realidad, es el legado que viene construyendo para generaciones futuras, es su diálogo con el lector, “Inexpugnables nudos” y “La reina del Amazonas” así lo demuestran: “Desde que estaba en el colegio disfrutaba de largos ratos de lectura y dejaba llevar mi imaginación por los pasajes que contaban mis autores favoritos. Ahora, yo puedo aterrizar esa imaginación y transmitir emociones. Además, la sensación de estar omnipresente en la historia, jugar con mis personajes y expresar sensaciones que no son fáciles de entregar en la vida real, hace que este mundo literato sea una escapatoria a un mundo más cómodo del cual no pretendes escapar”.

Por Verónica Chú Saavedra

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