Ricardo Sumalavia, escritor: «Toda visita a la memoria implica un ajuste de cuentas»

Sus libros se publican en América Latina y España, además de otras lenguas.

Diario expreso - Ricardo Sumalavia, escritor: «Toda visita a la memoria implica un ajuste de cuentas»

El escritor Ricardo Sumalavia recuperó su novela “Mientras huya el cuerpo” (Planeta, 2023), novela que fue finalista del Premio Internacional Las Américas. Ahora también la editorial chilena Los Perros Románticos hace lo propio en una edición que será presentada en la capital del país vecino.

Es el segundo libro que publica con Los Perros Románticos. También se publicará la novela “El dolor de la sangre”, de Kathy Serrano. En los últimos años, además de las grandes editoriales, las independientes de muchos países latinoamericanos se están interesando en publicar a autores peruanos.

A la luz del tiempo transcurrido, ¿qué significa reencontrarte con tu novela?

Este año ha sido un periodo de reencuentros. Primero fue la reedición de mi libro “Habitaciones” (1993) bajo el sello Personaje Secundario, para conmemorar sus treinta años de aparición. Luego fue el reencuentro con una novela aparecida en 2012, “Mientras huya el cuerpo”. Parece que estuviera viajando en el tiempo para visitar los Ricardo Sumalavia que fui y escribió esos libros. ¿Cuánto de mi ha quedado? ¿Cuánto ha cambiado? En un primer momento, fue como abrir un álbum familiar. Luego me di el gusto de intervenir ese pasado. Es decir, intervine en la edición de la novela. Le pedí a la editorial que lo trabajáramos como si fuera un manuscrito inédito. No es que se haya corregido mucho, pero sí hubo la disposición de hacerlo. La actitud creativa persistió en todo momento. En casi todas sus páginas, las palabras pueden ser las mismas que las de la primera edición, pero ahora se han resignificado. Como ves, sigo la estrategia del cuento de Borges, “Pierre Menard, autor del Quijote”.

La novela empieza con un crimen: una mujer acuchillada por su marido. Esas acciones no han cesado. ¿Es que ahora las leemos de otra forma?

La lectura de los crímenes ha sufrido cambios. En estas dos décadas hemos deconstruido los móviles de estos asesinatos. El vocabulario policial cambió. Ya nadie habla de “crimen pasional”, por ejemplo. Estos adjetivos fueron una suerte de maquillaje, una sublimación del asesinato. El crimen que inicia mi novela es leído ahora como un feminicidio. Es un punto claro. Y todo lo que pasa en adelante surge de esa matriz. Se convierte en el eje principal de la novela. Sin embargo, debo precisar que, así como hay un eje, paradójicamente, la novela se sostiene también en la digresión.

Exacto. El texto inicial de la novela es un cuento. Un cuento escrito por Ricardo Sumalavia. Y luego viene un desmontaje alucinado del texto. Hablas de las motivaciones íntimas e intelectuales de cada pasaje. Es algo poco convencional para una novela peruana, ¿no crees?

Ya asumí que todo lo que escribo es poco convencional. Más aún en el Perú. No es algo que buscara expresamente. Por suerte no soy el único y me siento bien acompañado con estas nuevas generaciones de escritores peruanos. Por otro lado, si aceptas esta personalidad creativa, te permite escribir con mucha más libertad. Por ejemplo, para esta novela, partí de una pregunta simple: ¿por qué se me ocurrió este cuento inicial? ¿qué motivó la escritura de cada pasaje? Estas tentativas de respuesta me permitieron realizar un viaje, en realidad muchos viajes, a la memoria, tanto a la personal como a la colectiva. Y toda visita a tu memoria implica, finalmente, un ajuste de cuentas.

En lo colectivo, destaquemos que una franja de tiempo corresponde al gobierno de Alberto Fujimori. ¿Hiciste un ajuste de cuentas con ese momento de la historia peruana?

Era inevitable. Aún no terminamos de entender lo que nos pasó durante la década de los noventa. Tampoco está claro lo que pasó antes y después. Pero ese periodo, en particular, estuvo cargado tergiversaciones y manipulaciones. Tuvo muchas capas. Es por lo que esta novela también tomó una impronta de novela policial, de pesquisa. Esta estrategia se me hizo necesaria porque, sobre todo porque a la sociedad parece no importarle el destino de las víctimas. Solo se preocupan por el espectáculo alrededor de criminales e investigadores.

En tu novela no solo está el Perú. ¿Cómo integras esos otros tiempos y espacios?

La novela la escribí mientras vivía al Sur de Francia, en la ciudad de Burdeos. De alguna manera busqué articular mi presente, lo inmediato de mi vida, con el proceso mismo de escritura. Era como si todo tuviera que ver con mi novela. Veía cuchillos por todos lados. Llegaban a mí muchas historias relativas a mi búsqueda sobre crímenes. Es así como Burdeos se suma al escenario de la novela. Lo mismo sucedió con el París de principios del siglo XX y sus crónicas policiales, o el París que transitaba el escritor Samuel Beckett cuando fue apuñalado. Cada tiempo y lugar giraron en esta ruleta llamada novela.

Por Harold Alva

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