Mónica Delta: “A Vizcarra le queda grande el puesto” | ENTREVISTA
Bienvenida, Mónica. Pasas ahora de ser la entrevistadora televisiva, a la entrevistada que está obligada a responder…
Nadie está obligado a responder. A veces, estar al otro lado del micrófono siempre es más difícil porque quien empuña el micrófono siente que tiene el poder de fiscalizar, de preguntar, y eso es algo que hago permanentemente. Pero, sí, no suelo dar muchas entrevistas.
Tu programa ha sacado constantes reportajes que cuestionan la idoneidad de Edgar Alarcón cuando fue contralor de la República. ¿Te preocupa, a la luz de lo todo lo revelado, verlo juramentar como congresista?
Me preocupa todo el que jure por una representación y que no haga bien su trabajo. Si hay algo que denunciar, como lo hemos hecho a través de los reportajes, no es algo que tiene que ver con la persona. Es una circunstancia, es una investigación que encabeza cada reportero de Punto Final y, evidentemente, yo confío en ese trabajo. Me queda en evidencia que cada vez que se genera una denuncia, se dice que se trata de una campaña o que hay una intencionalidad detrás. No es que haya nada en contra de alguien, lo que hay son denuncias argumentadas.
Alarcón ha dicho que son los corruptos quienes tienen una campaña contra él y también afirma que Martín Vizcarra es como el director en las sombras…
[Risas] estamos tan acostumbrados a ubicar a la gente en un lado y en el otro que nos hemos olvidado de lo que es la aspiración permanente: llegar a la verdad. Si el señor Alarcón tiene una denuncia contra Vizcarra, en su momento y con los argumentos necesarios, saldrá en Punto Final, saldrá en EXPRESO, saldrá en todos los medios.
¿Qué tan importante es el periodismo en una sociedad cada vez más digital y en la que existen muchos más escándalos de corrupción?
Corruptos han existido en todos los tiempos. Lo que pasa es que ahora se ponen en evidencia mucho más rápidamente. Lo que para mí es importante es un periodismo reflexivo, el periodismo que no esté motivado solamente por la denuncia, sino que esté motivado por la aspiración a la verdad, porque uno tiene que trabajar para llegar a la verdad y hay verdades que se han alcanzado después de 20 o 30 años. Pero, es importante que todo se sepa en cualquiera de los niveles y uno puede utilizar todos los medios para finalmente hacerte una idea real de lo que verdaderamente está pasando. En el Perú han cambiado muchos gobiernos, pero lo que no ha cambiado es el sistema permeable.
Cuando dices que no se ha cambiado el sistema, ¿estás sugiriendo un cambio de modelo?
No me refiero al modelo económico. Me refiero a que los peruanos tenemos que tener una forma o un contrato social distinto en donde haya mejores oportunidades para mayorías, donde no haya discriminaciones, donde la Ley sirva para todos, donde la Justicia no sea selectiva, donde la Política no esté solamente motivada por intereses subalternos. Tenemos que ver la manera de que haya una nueva posibilidad para más gente. A esto me refiero con cambiar el sistema, no el modelo. Yo no me defino de izquierda ni de derecha, soy una persona que cree en la democracia, que cree en la institucionalidad y creo en el coraje que puede tener un grupo humano para cambiar las cosas.
Alguna vez, una primera dama dijo “¿tan difícil es caminar derecho?”, y ahora la vemos a ella junto a expresidentes, exgobernadores, exalcaldes y líderes políticos, con un pie en la cárcel. ¿Qué tan podrida está la clase política?
Por eso te digo, la sociedad política está estructurada de tal manera que uno puede alardear de moralidad y, finalmente, sucumbir ante la corrupción. Creo que en los casos que mencionas [Nadine Heredia, Ollanta Humala, PPK, Keiko Fujimori y Susana Villarán], tenemos que pasar de las prisiones preventivas a las acusaciones. Ya tendríamos que haber llegado a ese nivel.
¿Se ajusta a la realidad y a la gravedad de los hechos aprisionar a todos estos investigados o es acaso un abuso?
Lo he dicho en varias columnas y en varia oportunidades: es un exceso la prisión preventiva cuando no va acompañada, en un tiempo determinado, de una acusación. Ya han hablado el coordinador del caso Lava Jato, Rafael Vela, y el fiscal José Domingo Pérez, que en poco tiempo van a acusar. En el caso de Keiko Fujimori, me parece que darle nuevamente una prisión preventiva y no acusarle inmediatamente si es que ya tienen el circuito cerrado, como lo tendrían con Alejandro Toledo y como eventualmente lo tendrían también con Ollanta Humala y Nadine Heredia, me parece que estamos redundando en esta circunstancia en la que finalmente tiene que ver con la libertad personal. Y al final, si estas personas son culpables, que se vayan a la cárcel todo el tiempo que determine la sentencia. Sin embargo, sí me parece que ha habido exceso y sigue habiendo exceso porque es un “dame tiempo para investigar, mientras tanto, te meto preso”.
Cuando diriges tu programa en la radio y abres los teléfonos para que la gente hable, ¿qué es lo que sienten los ciudadanos?
La gente, según lo que percibo, está asqueada, está cansada porque no recibe los servicios adecuados y no tiene las oportunidades necesarias. Nos marean un poco con las caídas de bandas y con un montón de videítos donde la Policía corre y dispara, pero finalmente la gente vive insegura. La gente no siente que le responden los servicios, no sienten una capacidad del Estado para representarlos. ¿Y la solución es la pena de muerte? Por esto tienen cabida estas ideas que cuando las piensas son barbaridades en el siglo XXI. ¿Te imaginas, con lo falible que es el Poder Judicial, situaciones de este nivel? Sería una cosa de locos.
Y sin embargo el partido que propone la pena de muerte, Unión por el Perú, tiene a uno de sus congresistas electos con serios cuestionamientos. Y me estoy refiriendo, una vez más, a Edgar Alarcón.
Creo que lo primero que va a hacer el nuevo Congreso es levantar la inmunidad de cualquier congresista que esté inmerso en alguna acusación de ese calibre, más allá de los nombres. Que no sea puro blablablá porque la gente está cansada de las promesas incumplidas. ¿Por qué crees que el presidente Vizcarra ha sintonizado con la gente? Por eso lo han respaldado con la disolución del Congreso. Será un político huérfano de partido, pero sintoniza con la gente. El detalle es que va a necesitar más que eso porque no solamente conectar con el pueblo va a hacer que la vida de ellos mejore.
La gente está harta de problemas, sin embargo, fue Vizcarra –y lo recordarás bien– quien prometió en tu programa la construcción de una cifra casi irreal de escuelas y hospitales…
Prometió 1,000 colegios y yo dije en ese entonces “bueno, este señor va a hacer una cosa impresionante”, pero lo que ha habido son remodelaciones en algunos colegios y algunas obras incompletas. Pero, es su palabra y finalmente la realidad va a darle o no a la cara. Va a tener que pasar de esa sintonía, de ese titular, a algo que efectivamente haga. Hay un problema de gestión. Hay un problema de medianía. Hay un problema de querer sintonizar en lo inmediato pero perdiendo perspectiva de qué cosa voy a hacer en este año y medio para dejar un país viable para el bicentenario. Yo estoy preocupada porque creo que va a ser un gobierno muy mediano y va a entregar la posta y ver qué cosa venga.
Me hiciste recordar otra promesa, no de este gobierno: ¿recuerdas el incendio de Cantagallo y la desfachatez de prometer que en un año se solucionaría todo, sin embargo, no se hizo nada? Qué fácil es prometer, ¿no?
Claro, eso fue con Pedro Pablo Kuczynski. Hoy, con Vizcarra, mira cómo dijo en una entrevista con Jaime Chincha que el Perú va a crecer 4% del PBI y el Banco Mundial acaba de bajar esa proyección porque los factores externos son importantes: China estornuda y a nosotros nos da pulmonía. Hay un problema muy grave porque China está en un problema económico y Estados Unidos no está en su mejor momento. Y en lo que respecta a factores internos, no hay inversiones y todo está paralizado, con los empresarios peruanos en una situación crítica porque Graña le ha hecho mucho daño a todo lo que representa el empresariado en el Perú. ¿Cómo vamos a crecer 4%? Salvo que tengamos una varita mágica. La ejecución de gasto también deja mucho que desear. El crecimiento no creo que llegue a eso.
Con todo lo que estamos comentando, ¿qué evaluación tienes el gobierno actual?
Pienso que es un gobierno mediano, que es un gobierno mediocre. Martin Vizcarra tiene olfato político para lo inmediato, lo cotidiano, lo doméstico, pero no lo veo como una proyección de estadista hasta el 2021. Ojalá me equivoque.
Y eso, considerando que es la primera vez que tenemos como presidente a alguien que trabajó en provincia como gobernador.
Valgan verdades, Moquegua es una región importante pero es una región pequeña. Saltar de gobernador de Moquegua y de ser parte de, por así decirlo, la ‘realeza moqueguana’ a manejar el país, yo creo que se encontró con la presidencia, ¿no? Fue una circunstancia que cogió porque quería estar en las grandes ligas, pero el puesto le sigue quedando grande, ¿no?
Cuando Vizcarra dice “no soy jefe de Estado, soy jefe gobierno”, ¿será acaso que no se siente realmente un presidente que continúa un mandato sino como un mandatario de transición?
Quizás él se siente efectivamente un jefe de gobierno y no de Estado y ahí está el problema porque, más allá de lo que diga el artículo de la Constitución, lo que tiene que tener es un peso político y estratégico necesario como para mirar el bosque y no el árbol y eso no está pasando todavía.
Dijiste en una columna reciente que Odebrecht es una caja de Pandora que nos toma el pelo a granel, ¿a qué te referías con esta frase?
Mira, en realidad, yo creo que Barata y Odebrecht han ido dándonos información a cuentagotas a cambio de muchas cosas. Creo que hemos conseguido demasiado y entiendo que las herramientas que ha usado el Ministerio Público es para poder lograr la mayor cantidad de información para acusar, pero hasta ahora no entiendo por qué se devolvió la plata de Chaglla, por qué no se esperó a que se soltaran documentos, por qué no se trabajó más estratégicamente, por qué se le ha librado a Odebrecht de cualquier investigación posterior. Esto me preocupa muchísimo. Entiendo las razones del MP que requiere y necesita herramientas, pero no entiendo por qué nos pasamos de ‘cojinovas’, como lo dije en mi columna.
¿A qué o quién te refieres con ‘cojinovas’?
Me refiero a los peruanos, me refiero a todos nosotros, en general, porque hemos aceptado demasiadas condiciones a favor de Odebrecht y hemos obtenido tan poco todavía.
Por eso, ¿no serían los ‘cojinovas’ quienes hicieron el acuerdo?
Quien hace el acuerdo es el procurador con equipo Lava Jato y una jueza que lo refrenda. Estamos hablando de varios involucrados. Podríamos involucrar hasta al Ejecutivo, quien marcó distancia por lo de Chaglla pero luego se replegó. ¿Qué estrategia estamos teniendo? ¿Estamos fregados? ¿No tenemos la capacidad para reaccionar? Y encima está esta empresa que ha corrompido a todos los políticos con un sistema corrupto y que sigue pasando piola.
Voces como la de Katherine Ampuero o Christian Salas critican duramente la labor del equipo Lava Jato, pero lo hacen para bien. Nadie apoya la corrupción, pero ellos y muchos otros creen que este acuerdo favorece demasiado a Odebrecht cuando quizás no era necesaria la colaboración sino más bien buscar otras formas de apoyo como la cooperación suiza…
Ciertamente, la denuncia original no provino del Perú, vino de Suiza y de Estados Unidos. Si nosotros no teníamos esas denuncias y esas investigaciones que vinieron de afuera, no se hubiera empezado la ola Lava Jato. Desde el año 2017 estamos en esto y yo sí creo que el acuerdo sí pudo haber sido mejor con Odebrecht y no terminar siendo tan “barata”.
Cuando mencionas el adjetivo “cojinovas” en otra de tus columnas, lo dices porque no existe en nuestro país un “liderazgo”, ¿te refieres al gobierno o a quién?
Yo me refiero, en general, en todos los estamentos. Yo creo en los liderazgos para hacer los grandes cambios y ahí tienes que pisar callos y ahí tienes que, también, perder popularidad. Me refiero al liderazgo del presidente y el de alguien específico que lleva a cabo investigaciones y finalmente las transforma en un resultado. No podemos pasar por tontos, a eso me refiero con cojinovas.
Cojinovas, tontos, y hace un rato dijiste que te preocupa la situación en la que estamos. ¿No te genera algún tipo de sospecha que haya algo detrás y no necesariamente que estemos siendo ‘cojinovas’?
No tengo indicios para decir que sospecho. Puedo levantar una ceja, pero no estoy acostumbrada en decir que “me parece”, porque lo que tu percibes o te parece, no es. Yo creo que [los fiscales] han hecho lo que han podido, pero no ha sido el mejor trabajo que han realizado porque la desesperación de acusar corruptos, a unos más que otros, ¿para qué, para finalmente llegar a acuerdos? Barata y de Odebrecht no son gente a la cual desdeñar.
¿Te parece correcto que se haya dictado impedimento de salida del país contra Sepúlveda?
Yo no soy abogada ni funjo de serlo. Pero, si se ha dictado impedimento de salida del país para alguien que no vive en el país, bueno pues, esperemos que tenga algún efecto.
¿Qué postura tienes en torno a la tauromaquia y gallística a la luz del fallo que ha emitido el Tribunal Constitucional?
Yo estoy en contra de toda tortura animal. En todos los sentidos la violencia me parece horrorosa. Pero ponerme ahí a descararme frente a una tradición a la que hay gente que le gusta, yo lo lamento, no voy ni me gusta. Si el Tribunal Constitucional no pudo conseguir los votos para declararlo inconstitucional, es una realidad. Habrá que buscar otros argumentos y ver si efectivamente eso se puede erradicar. Yo no voy, no me gusta, detesto la violencia humana y animal, adoro los animales.
¿Cómo ves el Perú llegando al bicentenario? Pregunta en la que podemos pecar de responder de forma general, pero yo te la planteo a la luz de los hechos que hemos vivido en los últimos años.
Creo que los peruanos somos resilientes y nos recuperamos, el problema es que no hacemos grandes transformaciones y me parece que pudiéramos haber llegado mucho mejor. El Perú sigue teniendo una cultura de parches, muy poca institucionalidad, demasiada informalidad que a veces es una especie de antídoto frente a los desastres económicos de afuera. Pero, lo otro es que tenemos mucha gente con muy poca protección del Estado y al final somos un país muy fracturado, un país muy dividido, polarizado. Yo imagino y espero que haya opciones interesantes en el 2021 que hagan las reformas que de verdad necesitamos. Ahorita, no tengo la esperanza de que ocurra nada hasta el 21. Espero que me esté equivocando y espero que no tengamos una mirada radical.
Se me olvidaba una pregunta, ya que se viene el 2021, tenemos algunas preferencias en las encuestas como Daniel Urresti, Salvador del Solar, George Forsyth y una cada vez más debilitada Keiko Fujimori. ¿Tienes expectativa en alguno de ellos?
No. Creo que nos representan varios perfiles. En el caso de Urresti, representa al militar vinculado a la imagen de quien va a poner orden y es lo mismo que representaba Humala en su momento. Por otro lado, tienes a Salvador del Solar que, efectivamente, tiene buenas formas y una mejor formación democrática. Él quien se catapultó por haber ingresado al Congreso y plantear la cuestión de confianza. Esta acción lo respalda porque se enfrentó a lo que pudo ser el abuso del Congreso. Pero las cosas pueden cambiar en meses. George Forsyth perdió un apoyo muy grande que era Susel Paredes. Yo no creo que se trate solo de personas, y espero que detrás de ellos y cualquier otro candidato, hayan equipos de personas queriendo trabajar por el país.
Acabamos de celebrar elecciones congresales y entramos a un ‘año de calma’, es decir, que varias bancadas afirman que apoyarán la gobernabilidad, entonces no sé qué tanto van trabajar o va ser, para usar sus términos, un trabajo mediano.
Sí, yo creo que va a ser un trabajo de maquillaje porque, claro, ahí hay grupos políticos que aunque no puedan los mismos congresistas ir a la reelección, están trabajando para una plataforma política. Entonces, Acción Popular, APP, el mismo Podemos con Urresti a la cabeza, hay varios grupos [que trabajarán para las elecciones del 2021], e incluso, Fuerza Popular tratará de salir de esta situación de haber perdido todo su capital.
¿Podríamos decir que no hay mayor crisis de legitimidad que la que tienen Fuerza Popular o el Apra?
En el caso del Apra, parecieran que desaparecieron del radar y eso es algo que, sabrá dios, no sabemos si podrán recuperar. Ojo que en el Perú no hay muertos hasta que estén debajo de la tierra y podrían pasar muchas cosas o depende de muchos factores.
Si yo, como Congreso, quiero garantizar la gobernabilidad, no voy a salir en una conferencia de prensa a decir que vamos a apoyarla, ¿no? Más bien, lo que debería proclamar un Congreso recién electo es que ayudarán al gobierno mediante una fiscalización que empuje las labores de los ministerios.
Sí, claro. Es más: fiscaliza, pero fiscaliza bien. También hay que decirlo: hay algunas voces que tienen experiencia en el Congreso, pero esas van a ser las menos. Yo tengo mis serias dudas para analizar lo que vendrá en el Congreso: habrá grupos radicales que quieren cambiar la constitución, pero hay otros que pensarán cómo colocar mejor a su partido para las próximas elecciones. Van a tener que hacer modificaciones para hacer cambios constitucionales necesarios, pero tiempo van a tener muy poco. No veo el tiempo ni las ganas de hacer grandes transformaciones.
¿Se puede saber por quién votó Monica Delta en las últimas elecciones?
No se puede saber porque yo no voté.
¿Estuviste muy ocupada en el canal?
No y voy a ser sincera: no cambié mi DNI y no pude votar. Quizás lo hice apropósito [risas].
Hay quienes dicen que el Congreso será mejor que el anterior; otros, dicen que será peor…
Da lo mismo si es mejor o peor, pero lo que yo digo es que no va a haber una fuerza mayoritaria. Sí me parece que el anterior Congreso se compró todos los tickets para que la gente termine aborreciéndolos, pero este Congreso está súper fraccionado.
Vicente Zeballos ya cumplió su tiempo
¿Más ha golpeado al gobierno las crisis postdisolución del Congreso que con el Congreso obstruccionista?
Lo que pasa es que en política tienes que buscar tu cuco. Cuando tienes tu cuco en frente, lo golpeas, lo golpeas y terminas siendo un superhéroe. Pero cuando no tienes cuco, te golpeas a ti mismo. Vizcarra tiene la característica de rodearse de gente en la que confía plenamente pero que no brilla per se. A Vizcarra no le gusta tener ministros que tengan un perfil propio. Yo pienso que al país le debería interesar, en este momento, tener un primer ministro con un perfil más propio, más contundente, con una proyección nacional e internacional y que pueda poner al Perú en una situación distinta, pero prefiere dispararse a los pies. Lo que ha pasado en los últimos meses han sido cosas de forma más que de fondo, pero lo que vemos es que se mueren de miedo porque cuando hay un periodicazo de por medio reculan rápidamente y sacan al que molesta…
…Como para insinuar que “aquí no pasó nada…”
…que no pasó nada. Pero no es así porque en política tiene que hacer control de daños y manejar las cosas de una manera adecuada. Y si crees que estás haciendo bien, persistir, pero no sacas de encima a ese que apareció en el medio en una circunstancia complicada.
Y más aún cuando no se entienden los cambios de ministros como Flor Pablo.
Es lo que menos se sabe. Quizás es porque prometieron 1,000 colegios y solo hubo remodelaciones. ¿Quién sabe?
Entonces, ¿me dices es que se necesita otro primer ministro, que Zeballos ya cumplió su tiempo?
Vicente es un malabarista semántico, o sea, habla. Y habla rápido, responde, responde y responde, pero a mí me parece que un primer ministro, en este momento, sería crucial que sea alguien que tiene mucho más vuelo nacional o internacional, una persona que entienda mucho mejor todo lo que es gestión, todo lo que es reforma y no solamente en la coyuntura pequeña o en lo doméstico, sino que tenga un entendimiento mucho mayor.
¿No hubiera sido mejor que se cambie el gabinete completo?
Tú estás buscando el titular… [risas]
Realmente, no estoy buscando el titular, solo digo que si aprovechas en cambiar ministros, cambia también a los que están fallando.
Me parece que Martín Vizcarra se siente mejor en su zona de confort. Y su zona de confort son su patas, pues. Son su gente en la que siente confianza. El presidente Vizcarra desconfía mucho de lo que él no conoce. Y ¿qué cosa conoce? Algo muy cercano que lo circunda. Una de esas personas es Zeballos que, más o menos, tiene una trayectoria parecida a la del presidente.
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