Peleas de callejón con pocas propuestas
Keiko Fujimori le dijo a Arana que es en cura fariseo que busca destruir la economía y crear violencia.
En los minutos finales del primer debate presidencial organizado por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) la pasión política se sobrepuso sobre la razón, no por el formato cursi de los organizadores sino porque era inevitable que las posiciones políticas colisionen, como las que se vieron entre los candidatos presidenciales Keiko Fujimori, de Fuerza Popular, y Marco Arana, del Frente Amplio.
“Marco Arana es un falso profeta que habla de honradez y transparencia, pero profesa lo contrario”, dijo Fujimori, tras sostener que la propuesta del líder del Frente Amplio solo busca “destruir la inversión y fomentar el caos y la violencia”.
Arana no se quedó atrás. Dio a entender, y así lo dijo, que políticos delincuentes no van a combatir a la delincuencia. “El fujimorismo abrió las puertas de la corrupción”, remató.
Fue al finalizar el debate que empezó ayer a las 6 de la tarde y culminó exactamente a los 8:20 de la noche en las instalaciones del Centro del Convenciones del Banco de la Nación ubicado en San Borja.
Más allá de estos y otros episodios crudos del debate, quien puso una voz sensata sin por ello dejar de lado una defensa abierta de la economía de mercado, en debate con Verónika Mendoza (Juntos por el Perú), fue el candidato del PPC, Alberto Beingolea, en mensaje a su citada contrincante.
“Si soy presidente, quisiera ser recordado como quien encabezó una gran campaña para recuperar los valores”, dijo el líder pepecista en el tramo final del debate.
Los otros candidatos, como César Acuña, fueron repetitivos en sus propuestas, como dirigiéndose a los oyentes y no a sus contrincantes, mientras que George Forsyth insistía en que era el único candidato que representaba lo nuevo, acusando que los otros eran sinónimo de lo viejo, es decir no eran parte de la solución sino del problema.
Más allá de estas contingencias, en el primer ítem de la jornada de ayer, sobre el tema de la pandemia, para Mendoza el país atraviesa momentos en que es necesario adoptar medidas de emergencia, las que implementará desde los primeros días en caso de ser gobierno.
Keiko Fujimori, entrando al fondo del debate, sostuvo que “esta pandemia desnudó el hecho de que los presidentes sean incapaces, lo que permitió que cientos de peruanos pierdan la vida”, no sin recordar que “las cuarentenas han sido un fracaso” y que los bonos que se entregaron durante la pandemia fueron gracias a la Constitución de 1993.
Esto fue en respuesta a Arana, quien ubicó la raíz del problema, incluso de la pandemia, en la Constitución del 93 que “ha permitido que se creen monopolios en el sector salud por lo que se necesita una nueva constitución”.
Fujimori puso énfasis en la necesidad de que “los emprendedores salgan a trabajar”, lo que fue reprochado por Mendoza, al sostener que causaría mayores estragos por contagios en la pandemia, aunque se afirme que deben actualizar y respetar protocolos antivirus.
“Mientras la señora Fujimori plantea sacar a la gente para que se contagien”, añadió Mendoza, “nosotros tenemos un Plan Chamba, con un fondo de 30 mil millones de soles”, y dos bonos, para ayudar a la población, incluida las mypes; además de reclamar con énfasis mayor gasto del Estado e inversión pública.
Beingolea estuvo de acuerdo en rescatar la economía nacional, sobre todo las pequeñas empresas que dan trabajo a los peruanos, las peluquerías y salones de belleza, por ejemplo, y darles crédito y facilidades en los pagos.
En otro momento sostuvo que en las actuales condiciones de pandemia la izquierda quiere asaltar al Estado, sin tener en cuenta que solo el trabajo crea riqueza.
César Acuña insistió en instalar una planta de oxígeno en cada distrito del Perú, para eso se tendrá presupuesto de mil millones de soles en los seis primeros meses de su gobierno, así como prometió duplicar las camas UCI.
George Forsyth fue por el lado sentimental al recordar que él vio a los victorianos morir en las calles y que no se borraba de su mente la figura de la arequipeña Celia Capira, que corría tras el presidente Martín Vizcarra en Arequipa para solicitar ayuda por su esposo con covid.
Y en respuesta a Mendoza, que blandió el Plan Chamba, dijo que eso era una copia de Hugo Chávez.
Acuña insistió en que “el compromiso contigo es mejorar las postas y centros de salud. En cinco años invertiré 7 mil millones de soles para las postas, más médicos, más enfermeras, priorizar la atención primaria, el Estado lo más cerca que podamos”.
Arana por su parte recordó que en el Perú hay dinero y se ha gastado mal, hay corrupción, y en esto tomó distancia de la derecha como el candidato Rafael López Aliaga, de Renovación Popular, que no participaba de la reunión. “No como López Aliaga que le tira cabeza a la Sunat…”.
Los moderadores Mónica Delta y Pedro Tenorio, en determinado momento, hicieron notar que no había planteamientos sobre de dónde sacar los recursos para afrontar al paquete de iniciativas de los candidatos, que sería largo enumerar.
El único que puso énfasis en la necesidad imprescindible del aporte del sector privado fue Beingolea, y de alguna forma Fujimori, con la necesidad de hacer funcionar el aparato productivo en plena pandemia.
“La izquierda acaba con la plata y viene con la maquinita, se tiene que convocar la inversión productiva que da trabajo. Solo la inversión crea trabajo, crea ahorro y salimos adelante”, subrayó el pepecista.
Forsyth, con base en su experiencia de La Victoria, habló de trabajos temporales para 850 mil trabajadores, pero no desarrolló cómo lo haría.
En cambio, Mendoza repitió la fórmula del impuesto a la riqueza, gastos del Estado, inversión pública, nuevos impuestos para los ricos, y lo reforzó Arana con la idea de cobrar más impuestos a los deudores de la Sunat y a otros corruptos que deberían estar en la cárcel.
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