Al descubierto conjura de ronderos para cerrar Congreso
Caviares se suman con el cuento de “que se vayan todos” para perpetuarse con Dina Boluarte. Nativos traicionados por el chotano amenazan con tomar Palacio si no reconoce sus beneficios por combatir el terrorismo.
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Por Plinio Esquinarila y Harold Salinas
El 30 de junio fue un día clave para la escalada que se viene armando contra el Congreso para perpetrar su cierre. Y es que en el cono norte de Lima, entre Comas y Carabayllo, tuvo lugar una reunión de coordinación de ronderos de todo el país, en especial de Cajamarca, para confluir en una ola de violencia el 26 de julio en la Plaza Bolívar cuando se elija la nueva Mesa Directiva del Poder Legislativo.
Bajo la batuta de los principales operadores del castillismo, como Sergio Muñoz Sánchez, un veterinario jefe de los ronderos de la comunidad de Cuyumalca, ubicado en Chota, Cajamarca, y de cuadros de similar factura, se afirma que coordinan con anticipación una escalada que irá creciendo en agresividad y violencia conforme se acerquen las fiestas patrias, esto bajo directivas del presidente Pedro Castillo, además de la convocatoria a una asamblea constituyente para elaborar una nueva Constitución.
Se trata de crear las condiciones para ese zarpazo anticonstitucional y golpista al estilo de Martín Vizcarra, en las horas previas del mensaje a la Nación en que el mandatario ya anunció novedades que darán que hablar.
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La meta es el desplazamiento de miles de ronderos de todo el país y activistas de todo tipo que puede desembocar en la toma del Palacio Legislativo con conatos de incendio, por ejemplo, o declararse en huelga de hambre en su interior pidiendo el citado cierre.
En otras palabras, se trataría de repetir la asonada de noviembre de 2020 contra el gobierno de Manuel Merino de Lama en cuya algarada murieron los jóvenes Inti Sotelo y Bryan Pintado.
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