Beto Ortiz: «Crucificamos al que roba una cartera y a Vizcarra no le pasa nada»
Periodista dice que hay voces populistas que quieren un ‘plan Bukele’, pero en un país con justicia salvaje como el Perú, van a acabar ahorcando o fusilando a inocentes.
Beto Ortiz: «Crucificamos al que roba una cartera y a Vizcarra no le pasa nada ».
De las innumerables entrevistas que has estado, me ha llamado la atención la metodología que usaste con los presos, a quienes le dijiste que leyeran sobre los temas que les interesara. Debería replicarse en los colegios porque se obliga a leer textos inmamables.
Sí, toda la educación peruana está orientada a que los jóvenes odien la lectura, y a mí me hubiera pasado lo mismo si no hubiera sido porque yo leía desde antes de entrar al colegio. Yo crecí en un colegio estatal, donde mi madre era profesora, y, como tenía que esperar que acabara todo su día de trabajo –porque en esta época no había nana–, yo leía libros desde los 3 años. Entonces, creo que me pude dar el lujo de escoger leer lo que a mí me gustaba desde chico porque tenía a mi disposición la biblioteca de este colegio de Breña. Los que no han leído nunca, llegan al colegio y los obligan a leer ‘La Ilíada’, ‘La Odisea’, ‘El Cantar de Mio Cid’, ‘Tradiciones peruanas’ o ‘Paco Yunque’. Lo más digerible de todo esto es quizás ‘Paco Yunque’, porque todo lo demás es horrendo. Y, como a ellos les sonaba aburrido leer, básicamente las primeras sesiones conversábamos sobre qué les gustaba hacer, qué tipo de películas veían y o qué música escuchaban, y por ese lado íbamos encontrando qué libro podía enganchar con cada lector.
Con esta experiencia, ¿crees que todos podemos agarrarle el gusto a la lectura?
No tengo ninguna duda. Los que dicen que no les gusta leer es porque nunca se han encontrado con el libro que estaba escrito para ellos. Yo creo que todos tenemos libros que han sido escritos para cada uno de nosotros y solo es cuestión de encontrarlos. He sentido, por ejemplo, que la novela ‘Seda’, de Alessandro Baricco, estaba escrita para mí, que ‘Antes que anochezca’, de Reinaldo Arenas, estaba escrita para mí, que ‘Montacerdos’, de Cronwell Jara, estaba escrita para mí, y así sucesivamente. Así pasa con todos, lo que pasa es que los libros son caros y no están al alcance de todos. Casi siempre, la gente más pobre accede a la literatura más pobre también, porque, cuando yo hablaba con mis alumnos, decían que habían leído ‘¿Quién se ha robado mi queso?’, ‘El hombre más rico del mundo’, etc.
‘Padre rico, padre pobre’…
Claro, autoayuda. La mayoría cree que es aburrido leer, que te tiene que servir o que te tienes que aprender los libros. Nos han engañado. Muchos de los chicos decían: “¿todo esto me lo tengo que memorizar?”. Les han enseñado todo mal.
En mi experiencia, hay cierto temor de dejar de leer un libro si no te gusta, por ejemplo, nunca he acabado ‘Cien años de soledad’. Cuando pude vencer ese temor, encontré obras que sí eran para mí.
No hay razón para someterse a la tortura de que tener que terminar los libros. La vida es muy corta para tener que terminar algo que no te gusta.
Cuando recién empezabas a promocionar la película ‘Corazones vándalos’, Martín del Pomar te preguntó si no tenías miedo de humanizar a los presos.
Sí, me dijo eso y yo me reí porque me parece alucinante que hay gente que piense que los presos necesitan ser humanizados, como si fueran animales, vegetales o minerales. Por eso le dije que lo difícil sería mineralizarlos porque ya son humanos, y no hay nada más humano que cagarla.
Se me viene a la mente lo que le dijo Faúndez a Varguitas en “Tinta Roja”: la única diferencia entre tú y un asesino es que tú lo pensaste y él lo hizo.
Se parece mucho a una frase que yo les dije a ellos: la única diferencia entre ustedes y yo es que a mí todavía no me agarraron.
Por Aaron Salomón
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