En la PNP vuelan cabezas, pero no tocan al ministro: Víctor Torres sigue en el cargo pese a fracaso
Ejecutivo reconoce su derrota en la lucha contra la delincuencia y afirma que remoción se da porque no se ha logrado disminuir la criminalidad.
En la PNP vuelan cabezas, pero no tocan al ministro: Víctor Torres sigue en el cargo pese a fracaso.
La condenable agresión de la que fue víctima la presidenta Dina Boluarte en Ayacucho se convirtió en la excusa perfecta para destituir al comandante general de la Policía Nacional del Perú, Jorge Angulo, quien si bien es cierto no ha tenido una gestión destacable al frente de la PNP, finalmente terminó pagando las consecuencias del mal momento que vivió la mandataria que se dedica a regalar caramelos y vive de espaldas a la realidad.
Angulo y sus altos mandos fueron pasados al retiro y el ahora exjefe de la PNP fue reemplazado por el general Víctor Zanabria.
La decisión fue oficializada a través de dos resoluciones supremas promulgadas en una edición extraordinaria del boletín de normas legales del diario oficial El Peruano.
En el documento destaca un párrafo en el cual el Gobierno reconoce que ha fracasado en su intento por controlar la violencia y la ola de criminalidad en nuestro país: “Que, de la evaluación de los estados de emergencias decretados, se concluye que no han logrado disminuir la criminalidad que viene afectando gravemente a la ciudadanía a nivel nacional; resultando necesario tomar medidas para revertir tal situación a efecto de lograr una mejor planificación y ejecución de los planes operativos de la Policía Nacional del Perú al ejercer su comando”, se lee.
Contradicciones por la PNP
Estas afirmaciones van en sentido contrario a lo que se venía afirmando desde el Ejecutivo. Considerando que hasta algunos días desde el Gobierno aseguraban que la lucha contra la delincuencia estaba dando resultados, la remoción de Angulo y otros miembros policiales no tiene coherencia, salvo que la decisión sea política, tal como afirman muchos especialistas.
Inclusive, ayer mismo en la cuenta de X del Mininter se publicó que en dos meses de gestión del ministro del Interior, Víctor Torres, se habían capturado a 8,648 personas con requisitoria; se detuvieron a 35,547 personas (nacionales y extranjeros) por diversos delitos y se desbarataron 1,443 bandas delincuenciales.
El Mininter también precisaba que se desarticularon 20 organizaciones criminales y se incautaron 836 armas de fuego. Con estos números, resulta contradictorio que se haya decidido cambiar al comandante general de la PNP.
Ministro protegido
Sin embargo, algunos especialistas afirman que urge hacer un giro a nivel ministerial y, por qué no, en la mismísima cabeza del Gabinete. Remover a los mandos policiales bajo el argumento que las estrategias para combatir la delincuencia y la criminalidad no han dado resultados no es suficiente, hay responsables políticos de esta crisis de inseguridad que vive el país y que ya le tocó el timbre a la mismísima presidenta.
El principal cuestionado es el ministro del Interior, Víctor Torres Falcón, quien sería uno de los responsables del pésimo servicio de Inteligencia que se montó para la visita oficial de Dina Boluarte a la región Ayacucho donde asistió a los actos de colocación de la primera piedra de una obra de mejoramiento y ampliación del sistema de agua potable y alcantarillado.
Pese a ello, el premier Alberto Otárola ya dejó sentada la posición del Ejecutivo, defendió al titular del Mininter y descartó su salida del cargo: “El ministro del Interior goza de la confianza de la presidenta Dina Boluarte y del presidente del Consejo de Ministros. Tiene que ir a dar explicaciones, por supuesto debe ir al Congreso”, expresó el domingo pasado en programa Punto Final.
Alberto Otárola también destacó que con la gestión del ministro Víctor Torres se desarticularon muchas organizaciones criminales y hubo más de 13,000 intervenciones el año pasado. Sin embargo, expresó que no puede quedar impune la agresión a la mandataria por un principio de autoridad.
“Sí se tiene que mejorar esa seguridad porque nosotros no vamos a permitir que la presidenta pueda arriesgar su integridad en otro viaje sin tener las garantías de que la policía la va a cuidar… Evidentemente hay responsabilidades, aquí ha habido un descuido en lo que respecta a la seguridad de la presidenta. Este relajo en la seguridad no puede volver a ocurrir”, indicó.
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