Puno es tierra de nadie: gobierno de Dina Boluarte no controla ni Ilave

Puno y buena parte del sur, como Madre de Dios, son territorios «liberados» de los que Jorge Chávez Cresta, ministro de Defensa, ni se acuerda.

Diario expreso - Puno es tierra de nadie: gobierno de Dina Boluarte no controla ni Ilave

Este 7 de junio, la ciudad de Puno amaneció con una evidente atmósfera de tensión. La ceremonia de la Jura de la Bandera en el nuevo aniversario de la batalla de Arica, como se estila todos los años en el territorio nacional, estaba en juego en la capital altiplánica.

La noche del día anterior, la Policía Nacional y soldados de la Cuarta Brigada de Montaña de Puno, comandada por el general EP Manuel Alarcón, habían tomado el lugar no se sabe si por precaución o temor de que fracasase la actividad a causa de un nuevo desborde popular que termine no solo por impedir la ceremonia sino con izar un pabellón negro, como era el objetivo de activistas aimaras y dirigentes políticos y magisteriales de izquierdas.

Bandera negra que ahora lo usan como el símbolo de duelo y de reclamo de justicia por los 18 puneños fallecidos en las movilizaciones entre diciembre de 2022 y marzo de 2023, dicen por culpa de la “asesina” Dina Boluarte, presidente que constitucionalmente sucedió al golpista Pedro Castillo Terrones.

A resultas del control de la plaza de armas de la Ciudad del Lago, ayer la ceremonia se realizó a primeras horas de la mañana y concluyó a las 10:25 a.m., sin la participación de las principales autoridades locales, como el titular de la región, Richard Ancco Soncco, y del alcalde Javier Ponce Roque, no obstante que cada uno de ellos envió a sus representantes a la ceremonia.

Según los reportes de la zona, tampoco llegó al lugar el gobernador regional, Luther Vilca, a diferencia de la máxima autoridad de la Iglesia, el obispo de Puno, Jorge Carrión, que sí estuvo presente, junto a un grupo de pobladores.

Aunque, según información de la ONG SER, financiada por la fundación Open Society del magnate George Soros (que acaba de retirarse del Perú), “en el día de la bandera, se cercaron todos los ingresos a la Plaza de Armas de la ciudad de Puno y solo se permitió el acceso a quienes serían parte del acto protocolar”.

En Puno ciudad no se dio luz verde al izamiento de banderas negras, contra la directiva de los sediciosos tipo Alexander Pilco Ticona, secretario general del Sutep-Puno, quien advirtió que en el Día de la Bandera todas las movilizaciones deberían portar banderas negras, las que deberían ser izadas a media asta en señal de luto.

¿Qué pasó en Juliaca?

En Juliaca también hubo ceremonia de juramentación en la tradicional Plaza Bolognesi, que está en dirección a la salida a Puno, como todos los años, con la peculiaridad de que ciudadanos de organizaciones populares y de sectores pro violentistas hicieron un conato de izamiento en la plaza de armas, ante manifestantes, pero con bandera negra.

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Por “la falta de una soguilla no lograron consumar sus pretensiones [de izar la bandera negra]”, informó el corresponsal de Exitosa, que también dio cuenta de la participación de integrantes de la Asociación de Mártires y Víctimas del 9 de Enero de Juliaca, que “llevaron consigo fotografías de sus familiares fallecidos en las manifestaciones mientras duró el evento”.

La concentración de un grupo de manifestantes inicialmente estuvo controlada por un cuerpo de 30 miembros de la Policía Nacional, número que creció a unos 300 efectivos. “Estos en su mayoría se colocaron en el frontis de la Iglesia Santa Catalina, mientras recibían una serie de insultos de los ciudadanos”, señala el reporte.

Ilave: dos banderas

En el distrito fronterizo de Ilave, de la sureña provincia del Collao, la situación sí que fue diferente. Los pobladores aimaras, la mayoría vestidos de luto, izaron la bandera negra sin permitir la presencia militar ni policial, en memoria de los muertos en las acciones de violencia, señalaban.

Luego también izaron la wifala, supuesta bandera del Tawantinsuyo y de los pueblos originarios que los historiadores peruanos, encabezados por María Rostworowski, dicen que nunca existió dicho pendón en el incario y que en todo caso es una creación reciente.

En Huancané, una provincia al norte de Puno, “se suspendió el izamiento debido a la presencia de manifestantes”, informó la citada ONG SER.

Estas ciudades y distritos son las más gravitantes en términos políticos. Y está graficando que el Gobierno no tiene el control del territorio nacional, en especial en el sur peruano, como hemos venido insistiendo desde este diario.

Por Plinio Esquinarila

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