Gustavo Adrianzén y su valiente defensa del Perú en CIDH: expuso violencia en protestas contra Gobierno
Exposición del diplomático peruano sobre las muertes durante las protestas sociales probó que no hubo violación sistemática de DDHH ni ejecuciones extrajudiciales.
Gustavo Adrianzén y su valiente defensa del Perú en CIDH: expuso violencia en protestas contra Gobierno.
En medio de la audiencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), donde se abordaba la investigación sobre las muertes ocurridas en el Perú durante las manifestaciones de diciembre del año pasado y enero de este año, el embajador de Perú ante la Organización de Estados Americanos (OEA), Gustavo Adrianzén, hizo una sólida defensa del Estado peruano y a la vez fue víctima de agresiones verbales por activistas ajenos a los actores de las dos partes en dicho proceso.
Fue paradójico que la figura más visible de las ONG de derechos humanos en este evento fue la abogada Gloria Cano, recordada por haber acusado con mentiras a los comandos Chavín de Huántar de ejecutar extrajudicialmente a terroristas del MRTA, quien en esta oportunidad volvió a enfrentarse con Gustavo Adrianzén.
Y es que este letrado había sido procurador precisamente en ese caso, y en ese entonces logró demostrar que todos los delincuentes emerretistas habían muerto cuando trataban de matar a inocentes. Ahora precisaba que el sistema de justicia del Perú estaba cumpliendo con investigar lo sucedido en las manifestaciones posteriores al golpe de Estado del 7 de diciembre del 2022.
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Para Adrianzén, en esta controversia se trataba de “determinar el móvil y circunstancias de cada uno de estos decesos, identificando a los responsables, asegurando la reparación a las víctimas, y la no repetición (…)”, dijo.
“Es absolutamente importante indicar que sobre estos hechos, la propia Comisión ha considerado casos concretos. Al decir esto, señora presidenta [Roberta Clarke], queda absolutamente desterrada cualquier posible insinuación de que estemos frente a una política sistemática violatoria de los Derechos Humanos”, precisó.
Esta era una respuesta no solo a Cano y otras ONG presentes, como CEJIL, WOLA, Amnistía Internacional, Human Right Watch y otras de factura peruana, como la Coordinadora Nacional de DD.HH., Aprodeh, IDL, etc., sino a un sector de la prensa nacional que hablaba de “crímenes extrajudiciales contra civiles desarmados”.
Toma distancia
“Nuestra férrea adhesión con los compromisos internacionales que mantenemos con el sistema interamericano, no es óbice, señora presidenta, para criticar en forma decidida y firme, pero a la vez respetuosa, algunas decisiones de vuestra Comisión con las que no estamos de acuerdo, pues han significado la concesión de beneficios a líderes de movimientos terroristas, o en otros casos el cuestionado otorgamiento de medidas cautelares a personajes de la vida pública”, agregó.
Le dan la razón
En el ínterin, la presidenta Roberta Clarke admitió que el representante del Perú tenía la razón respecto al tiempo que se debía otorgar a cada parte. Fue en ese momento que las descontroladas personas que no pertenecían a delegación alguna empezaron a insultar en inglés y en castellano a Adrianzén y a otros funcionarios.
“El Estado está mintiendo”, “Dina Boluarte tiene que irse, tú también. Ellos [las familias de las víctimas] dicen la verdad”, fueron las palabras menos insultantes de la norteamericana Marylou Kaplan, la misma que, junto a otros, vociferó contra la presidenta Dina Boluarte cuando esta acudió a Nueva York, tratando de hacer aparecer que el Perú vive una “dictadura”.
“La delegación del Estado peruano se va a tener que retirar, señora presidenta”, alertó Adrianzén, a quien se le pidió confiar en que los guardias de seguridad harían su trabajo, pero los airados agitadores intentaron acercarse a la delegación peruana, elevando el tono de sus agravios.
“¡Ellos son los violentos. Ellos son los que ocasionaron las muertes, señora presidenta!”, reclamó el embajador peruano, recordando que esta misma actitud irracional sirvió para que manifestaciones que iban a ser pacíficas, degeneraran en ataques físicos a personas y lugares en el Perú.
En ese momento, el comisionado colombiano Carlos Bernal Puli, trató de poner paños fríos. Esta conducta “no se puede dar en el contexto de expresiones de violencia, ni de insultos, ni de reclamos que están por fuera del objeto de esta audiencia. A todos los presentes hago ese llamado a mantener las formas diplomáticas y las formas del diálogo. Las audiencias son espacios de intercambio de diálogos, y no de gritos, violencia o ataques personales o institucionales”, solicitó.
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