Iglesia Católica en crisis: Obispos politizados no pagan impuestos
Es hora de acabar con los privilegios de estos señores del alto clero que lo único que hacen es pervertir el ideal democrático y pintan de rojo la religión cristiana que no practican.

Iglesia Católica en crisis: Obispos politizados no pagan impuestos.
Instituciones que no son objeto de ningún tipo de control de parte del Estado peruano, no obstante que reciben recursos públicos, como la Conferencia Episcopal (CEP), han salido en las últimas horas a cuestionar al Congreso de la República porque este poder del Estado va a investigar a la Junta Nacional de Justicia (JNJ).
Ante los argumentos de la CEP de que la JNJ es un organismo autónomo, cuyos miembros gozan de garantía para el ejercicio de sus funciones con independencia e inamovilidad de sus cargos mientras observen conducta idónea, los constitucionalistas más caracterizados del país han subrayado que todos somos iguales ante la ley y nadie tiene corona en la administración pública como para no ser investigados o fiscalizados.
Si todos somos iguales ante la ley, los obispos de la Conferencia Episcopal y por ende la Iglesia católica, deben pagar impuestos. Esto porque hasta hoy vienen haciendo uso de un privilegio por el cual no pagan ni el impuesto predial, lo cual es de dudosa constitucionalidad.
No tributar...
¿Qué dice el artículo VIII del Concordato entre la Santa Sede y la República del Perú en que se basan las relaciones con la Iglesia Católica? “El sistema de subvenciones para las personas, obras y servicios de la Iglesia Católica seguirá como hasta ahora. Las asignaciones personales no tienen el carácter de sueldo ni de honorarios, por tanto no constituyen renta sujeta a tributación”.
Ninguna otra Iglesia tiene beneficios semejantes, máxime si el Concordato no fue ratificado por el Congreso. Fue rubricado el 19 de julio de 1980 por el canciller peruano Arturo García García y Mario Tagliaferri en representación del Vaticano, en las postrimerías del gobierno de facto del general EP Francisco Morales Bermúdez.
Se puede decir, a tenor de lo que subraya el Concordato, “en reconocimiento a la importante función ejercida en la formación histórica, cultural y moral del país, la misma Iglesia recibe del Estado la colaboración conveniente para la mejor realización de su servicio a la comunidad nacional”, pero todo tiene un límite en el tiempo y el espacio.
Estado laico
Claro que –y eso hay que reconocer– la Iglesia Católica es la que más aportó entre las religiones, en siglos pasados, como se vio en la guerra contra Chile (1879-1883), pero los tiempos cambian y los credos libertarios y la fuerza de otras religiones ha obligado en las últimas Constituciones políticas a establecer que el nuestro es un Estado laico.
Si esto es así, obviamente que los ciudadanos no cristianos podrían considerar como injusto e increíble que, además de no pagar impuestos, el Gobierno les pague sueldo a los obispos católicos y a instancias inferiores, con dinero de todos los peruanos, sean católicos o no.
Una lectura liberal tiene legítimo derecho a hacerse estas preguntas: ¿Reciben ese privilegio de no pagar impuestos y percibir sueldo del Estado los pastores evangélicos? ¿Tal vez los rabinos judíos? ¿O el mullah árabe de la mezquita de Magdalena?
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“Hay que acabar con esta malversación de fondos grotesca. El Gobierno no tiene por qué pagarle sueldos a estos curas que en su cúpula cruzan la delgada línea roja para entrometerse en la política. Que trabajen y ganen su dinero pagando sus impuestos”, reclaman desde las otras religiones, sin hablar de los ateos, con quienes por cierto no comulga este diario.
Como la cúpula de la Iglesia –que por cierto no representa a los verdaderos cristianos y religiosos que trabajan en sus curatos ni a las sacrificadas monjas en sus conventos, sirviendo a los desposeídos– ese alto clero se entromete en temas que no le competen, como lo hacía en forma recurrente el arzobispo de Huancayo, Pedro Barreto Jimeno, en apoyo a Pedro Castillo y el Acuerdo Nacional, presentándose como una bisagra política en la crisis que terminó en el golpe del 7 de diciembre de 2022.
Esa conducta también se ha visto en la última homilía divisionista y provocadora del Te Deum de Fiestas Patrias protagonizado por el arzobispo de Lima, Carlos Castillo Mattasoglio, de izquierdas en su juventud en la Universidad Católica.
En consecuencia, para un buen sector de la tecnocracia, sobre todo economistas, se escucha cada vez más las voces de protesta ante los privilegios de los hijos de Curia Romana: Si todos somos iguales ante la ley, entonces, la Sunat debe proceder a acotarles los impuestos correspondientes para que estos señores cumplan con sus obligaciones ciudadanas. Si quieren criticar, que paguen sus impuestos”, señalan.
Por Plinio Esquinarila
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