“Megapuerto de Chancay es una bomba de tiempo” por colapso de carreteras y servicios básicos, advierte Colegio de Arquitectos
Decano del CAP-Región Lima, Jorge Ruiz de Somocurcio, indica que la capital y el norte chico colapsarían por faltas de carreteras y servicios básicos.
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En pocos meses se inaugurará el megapuerto de Chancay. ¿Esto le genera entusiasmo o preocupación?
Ambas cosas. Permítame explicar. Chancay debería formar parte de Lima, y en buena medida, el megapuerto puede convertirse en un nuevo canal de Panamá. Es decir, Perú podría ser un nuevo canal de Panamá que conecte la cuenca del Pacífico con la cuenca del Atlántico a través de Brasil. Ese es el potencial que posee, y es el potencial que China ha identificado a nivel mundial y geopolítico. Perú debe alinearse con esta visión. Debe estar en sintonía con la idea de que puede convertirse en la puerta de un nuevo canal de Panamá, conectado con un mercado de más de 2,000 millones de consumidores en China, India y Europa, donde habrá una conexión directa.
Esta es una oportunidad que debemos aprovechar. Tenemos el privilegio de ser la puerta de entrada o de conexión; en otras palabras, Perú y Lima pueden ser el hub gracias a su ubicación geopolítica privilegiada. Desde aquí saldrán productos de Brasil, Argentina y Colombia. No olvidemos que la mercancía más preciada del futuro serán los alimentos, y América Latina es la tierra de los recursos naturales.
Esto es lo que China ha percibido: un continente con un enorme potencial en recursos. Esa es la perspectiva de China, y debemos alinearnos con ella. Debemos pensar en un desarrollo robusto del norte chico, y trabajar en las tres cuencas: la cuenca de Huaura, la cuenca del río Chancay y la cuenca del río Chillón al norte de Lima.
¿Y quién debería dirigir esta megaplanificación?
Actualmente, nadie sabe quién la dirige ni quién la dirigirá. Sin embargo, quien debe encargarse es una entidad que aún no existe, que podría denominarse una corporación de desarrollo. Esto porque ningún municipio está capacitado para asumir esta responsabilidad, ni tampoco el ministerio encargado de crear la infraestructura. Este es un programa multisectorial que requiere una gestión con visión de desarrollo y no con fines políticos.
En ese sentido, es fundamental la participación activa de los colegios profesionales, como el Colegio de Arquitectos y el Colegio de Ingenieros. Este desarrollo debe ser un modelo a nivel nacional, incorporando prácticas de reciclaje, sostenibilidad y urbanismo innovador. Justamente, venimos impulsando un colectivo denominado “Mesa de Trabajo del Puerto de Chancay”, el cual está liderando este esfuerzo. Este colectivo está formado por el Colegio de Arquitectos, el Colegio de Ingenieros, la Confiep, Capeco, ASEI, la Universidad de Ingeniería, y cuenta con la participación de los alcaldes de Chancay, Huaral y Aucallama. En esencia, los gremios más importantes nos hemos unido para recomendar al país y a Lima los pasos que deben seguirse.
Es preocupante que no estemos preparados para recibir semejante obra de infraestructura. En ese escenario, ¿es una bomba de tiempo la puesta en operación del megapuerto de Chancay?
Efectivamente, es una bomba de tiempo. Si no se realizan las obras necesarias, será un desastre. Esperemos que no sea así. Lo que debería estar trabajándose en este momento es, primero, la conexión con Lima. La conexión con Lima es crucial, ya que la carretera Panamericana Norte colapsará cuando lleguen 2,000 o más contenedores diarios. Será peor que la congestión en la avenida Abancay. Por lo tanto, se debe mejorar la conexión con Lima, ampliar la Panamericana y considerar el cabotaje.
En segundo lugar, es necesario prever viviendas para las personas que llegarán a vivir y trabajar allí. Se estima que en cinco a diez años, esa zona podría tener medio millón de habitantes. ¿Dónde estarán las viviendas para esas personas? Deben ser viviendas ordenadas, no construidas por traficantes de tierras. Asimismo, se debe trabajar en el suministro de agua y desagüe para estas familias, ya que Chancay ya enfrenta estrés hídrico, y esto se complicará con el inicio de las operaciones del megapuerto.
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