El colesterol alto en perros
El colesterol es grasa esencial que todo animal necesita para desarrollar su organismo y mantener un metabolismo adecuado. Durante muchos años, el colesterol ha ganado ‘mala fama’, debido a las consecuencias de sus niveles elevados, principalmente en el torrente sanguíneo.
Se trata de uno de los lípidos que el cuerpo produce naturalmente y está presente en casi todas las células; participando en la digestión, la sintetización de la vitamina D y la producción de las hormonas. Aunque el exceso de colesterol suele afectar con frecuencia a los seres humanos, los perros también pueden ser diagnosticados con este mal.
En el lenguaje especializado, se utiliza el término ‘colesterol alto’ para definir al cuadro clínico llamado hipercolesterolemia o hiperlipidemia, el cual se caracteriza por la constante presencia de niveles excesivos de grasa en la sangre. Por ello, es esencial diferenciar una elevación eventual o temporaria de un cuadro de hiperlipidemia.
Al alimentarse o experimentar situaciones complicadas, por ejemplo de mucho estrés o miedo, es habitual que los perros demuestren un aumento del colesterol. Sin embargo, estos niveles deberían normalizarse pasadas algunas horas de la alimentación.
Si hablamos de un caso de triglicéridos y colesterol alto en perros, los niveles de grasas en el torrente sanguíneo permanecen aún después de haber realizado pruebas de sangre en un contexto de ayuno de 8 a 12 horas.
CAUSAS
Como sucede con las personas, el colesterol alto en perros también puede tener diversas causas. Por ello, es primordial contar con el conocimiento de un veterinario que, con la ayuda de la tecnología, podrá evaluar la causa específica de la hipercolesterolemia en cada mascota.
Por lo general, los cuadros de colesterol alto en canes suelen estar asociados a anomalías congénitas, problemas metabólicos, una dieta inapropiada y un estilo de vida sedentario. Entre las causas encontramos:
El embarazo. Las perras embarazadas pueden ser especialmente vulnerables a desarrollar un cuadro de hiperlipidemia. Ante ello, es importante la atención de un nutricionista y el ejercicio apropiado para el periodo de gestación y lactancia.
Síndrome nefrótico. Se trata de una enfermedad degenerativa que afecta a los riñones y se caracteriza por un conjunto de síntomas complejos y, por lo general, se desarrollan a partir de una complicación de la enfermedad renal glomerular.
Alimentación desequilibrada. Con un exceso de alimentos ricos en grasas, carnes, lácteos o productos industrializados. Así como sedentarismo o actividad física deficiente, problemas en el funcionamiento de la glándula tiroides, diabetes, pancreatitis, colestasis y la vejez.
SÍNTOMAS
El colesterol alto en perros suele ser una enfermedad silenciosa, cuyas primeras señales resultan poco específicas y difíciles de reconocer en nuestros mejores amigos. Por ello, muchos canes solo son diagnosticados cuando sus síntomas ya son más avanzados. También es fundamental realizar consultas preventivas a un veterinario de confianza.
Entre los síntomas más recurrentes están los moretones, dolor abdominal, formación de bultos anaranjados o amarillentos en su piel (rellenos de grasa) y alteraciones en el sistema nervioso.
TRATAMIENTO
Sin duda, un profesional capacitado podrá realizar los exámenes necesarios para confirmar el diagnóstico de hipercolesterolemia, así como establecer un tratamiento adecuado según las necesidades de tu mascota. Es muy probable que el veterinario recomiende un cambio en la dieta y en la rutina de ejercicios de canino.
Dependiendo del estado de salud del perro y de sus niveles de colesterol, el experto evaluará la necesidad de administrar fármacos específicos o suplementos naturales que ayuden a reducir los niveles de grasas en la sangre y prevenir el desarrollo de enfermedades y complicaciones relacionadas con el colesterol alto en perros.
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