Crónicas y retratos | Éxito frente al mar
La Punta mantiene ese encanto de balneario antiguo, medio suspendido en el tiempo, que guarda testimonios de épocas en las que doña fortuna fue generosa y algunas veces no tanto. Pero en todas ellas dejó ejemplos de arquitectura llena de estilo y vivencias que bien valen un paseo. Si lo da, piense que el mejor remate de su jornada puede ser un exitoso restaurante en que no se presume de insospechadas fusiones y recetas, por el contrario, su éxito radica en ofrecer una atractiva carta tradicional con que se sostiene con una variada selección de piqueos fríos y calientes, parrillas de pescado, mariscos y carnes; en los platos de fondo, especialidades en pescados y mariscos.
Entre sus postres tiene suspiro de limeña, y los de fruta de la estación, como ahora la Coccotte de chirimoya, que se ha convertido en un favorito. Quienes lo conocen, saben, y quienes vienen por primera vez, tal vez usted, descubren, que El Mirador, en el Club Náutico del Centro Naval, es el restaurante perfecto para premiar su paseo por La Punta y disfrutar de un almuerzo en la agradable y acogedora elegancia, confort sin almidón, que se completa con la vista al mar desde una perspectiva diferente. Si a estos valores usted añade la cordial atención de un personal formado para atender sus pedidos y ofrecer sugerencias sabrá por qué El Mirador tiene la fama, justa fama, que lo ha puesto en la lista de los restaurantes que debe conocer.
En el segundo piso del malecón Figueredo 110, frente a la Escuela Naval del Perú, El Mirador le ofrece esa carta que tiene un tono familiar con un toque en la innovación, platos de esmerada preparación con la justa sazón en sus porciones bien servidas con una cuidada presentación. Sólidas razones que cautivan a su fiel clientela. Durante la semana básicamente ejecutivos del área y muchos cruzan la ciudad; los fines de semana se vuelve más familiar. Abierto al público desde 1982, en estos dos últimos años, con Carlos Montero Ortega en la gerencia administrativa, ha recibido los cambios, adecuaciones y ajustes necesarios que lo convierten en un referente de gestión exitosa.
Para lograr su cometido, usando experiencia y estudios ha ensamblado el tema gastronómico, manejo de la cadena de insumos, preparación del personal y la atmósfera del local; por ser parte del Centro Naval y su cercanía al histórico mar del Callao puso atención en detalles como la nomenclatura de los platos, el estampado de los manteles y la presencia de piezas de bronce de antiguos navíos.
Daniel Alvarado Medina, con veinte años de experiencia, incluida su larga temporada de estudios y trabajo en Estados Unidos, es el chef y el otro puntal que hace posible el éxito de El Mirador ofertando su carta que con sabor a mar y acierto le propone cebiches, muchiame de atún, aguadito de choros, una estupenda causa de cangrejo, el oloroso chupe de langostinos, también estrellas en la buscada lasagna; el pomodoro náutico, fettucini con mariscos. Qué decir de los piqueos marinos que llevan nombres de embarcaciones ligeras de vela; Snipe, Optimist, J/24, recordando su eslora es el tamaño de la porción. El lomo saltado y las parrillas son para recordar.
En su tarea de mejora Carlos Montero Ortega usó una pizarrita para recoger sugerencias de los clientes y salió ese listado de makis, que los lunes tienen la oferta del 2×1. Para maridar estas propuestas tiene una escogida selección de vinos blancos y tintos nacionales, españoles, italianos y argentinos, el recomendado Conde Villar, famoso vino verde portugués. El Mirador lo espera en Malecón Figueredo 110, segundo piso, de lunes a domingo desde la 1.00, cierra a las 5.00 pm. Tiene menú de lunes a miércoles de 1.00 a 3.00.
Puede hacer reservas corporativas y familiares, en el 5190402 anexo 116; o en el 952 639 842. Cuando vaya, mientras espera su pedido cómodamente disfrutando de la vista no olvide que en el bar tiene el trago ideal para iniciar su paseo en la cubierta de El Mirador.
POR ROBERTO CORES
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