Comandos peruanos ejecutan proeza militar del siglo XX

Los minutos corrían inexorablemente, todo parecía inalterable en la residencia japonesa. A la hora del almuerzo los rehenes celebraron el aniversario de las bodas de plata matrimoniales del embajador Morihisa Aoki y luego continuaron sus habituales actividades. Algunos hojear libros, otros entraron en momentos de meditación y los terroristas se alistaron para jugar fulbito. El almirante AP (r) Luis Giampietri lanzó el siguiente mensaje: "Este es "Mar" son las 14:11 horas en este momento en la habitación Golf hay un chanchito, "Salvador" y un lechón está en la ventana del pasadizo, en la primera ventana. Posiblemente baje "Salvador" a jugar fulbito (...)"
Nueve minutos después decía :(...) aún no están los chanchos en el corral. Repito aún no están los chanchos en el corral(...) "Salvador con un japonés huevón se ha metido a jugar ajedrez, esto no es un problema porque lo podemos hacer salir. Necesito que me indiquen claramente que es una corrida real. Mi punto de no retorno es como ya saben, abrir la puerta. El ingreso de ustedes tiene que ser rápido, pues siempre que juegan fulbito tienen un volante que a veces entra a nuestro cuarto (...) quisiera que esta información, después de conocerla, me den el acuse de recibo de inmediato".
El beeper y la hora "H"
Explica Vladimiro Montesinos - en uno de sus tratados - que " la parte más trascendente de una operación especial es la hora "H" Indica que dicha expresión militar designa el instante en que debe empezar la acción cuando aún no se ha fijado la hora " Cero". Narra que a las 2 y 30 de la tarde de ese día de gloria, los comandos estaban listos para actuar. y que el buen funcionamiento del beeper era clave para el éxito de la misión. Los mandos de las fuerzas armadas esperaban, el desactivado Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) estaba en Alerta Roja mientras en Japón dormían pues, en ese lado del mundo eran las 4 y 30 de la madrugada.
Minutos después el comandante EP Roberto Huamán Azcurra, desde el tercer piso de la casa N° 4 trasmitió al beeper del comandante EP Roberto Fernández que la hora "Cero" se acercaba y este informó de inmediato a Giampietri quien respondió :(...) solamente en el segundo piso hay un lechón, el chancho y los chanchitos están abajo. Todavía no ha comenzado el fulbito, pero se supone que lo harán dentro de algún momento. "Unos instantes más tarde avisaba :" son las 15:== horas. Han iniciado el partido de fulbito. Voy a certificar exáctamente quienes son los que están involucrados. Cerpa está jugando..."Tito" está jugando… terminado". En sus últimos reportes indicó: 15: 05 horas están los chanchitos en el corral, el chancho mayor, los tres chanchitos y cuatro lechones. Indicar cuenta regresiva (...) 15:10 horas. Arriba uno. Uno sólo en el pasadizo, por ahora abajo trece; cambio, ocho de ellos jugando fulbito, indicar si puedo ya iniciar los preparativos para la gente, para mandarlos a sus camarotes y no estén circulando por los pasadizos. Cambio."
Ya en libertad, Giampietri recordando esos momentos en que tuvo a la muerte muy cerca dice: "finalmente el escenario fue el apropiado: ocho de los emerretistas jugaban fulbito, tres miraban con las armas a un lado, otro permanecía sentado debajo de la escalera y las mujeres vigilaban la puerta principal, mientras el último de ellos continuaba vigilando el segundo piso. Vladimiro Montesinos que al parecer escuchó mi última trasmisión llamó al presidente".
Fujimori da la orden
Eran exactamente las 3 de la tarde con 18 minutos cuando Montesinos se comunicó con el edecán de servicio que acompañaba a Fujimori a una diligencia que tenía lugar en el Primer Juzgado en lo Civil de Lima como consecuencia de una demanda que le había entablado su exesposa Susana Higuchi. El edecán en principio se mostró reacio a pasarle el teléfono, pero finalmente cedió. El diálogo fue como sigue: M: Señor presidente. Chancho, chanchitos y lechones abajo. Arriba sólo un lechón.
F: Repita... repita.
M: Sí, señor, chancho, chanchitos y lechones abajo. Arriba sólo un lechón.
F: Proceda.
M: Proceda.
F: Proceda, reiteró con energía.
Montesinos inmediatamente llamó al general Hermoza Ríos y textualmente le dijo: “mi general, acabo de comunicarme con el presidente y por orden suya, proceda". A lo que el general respondió: "muy bien Vladimiro. Algo, que el asesor presidencial lleva muy presente. Todo fue cuestión de valiosos minutos. "Confieso que esa tarde viví los momentos más delicados de mi vida,, tal vez los de mayor responsabilidad como hombre de inteligencia ¿por qué? porque mezclaban una serie de sentimientos(...) los terroristas jugaban fulbito, sin saber que ese partido lo perderían", señala. en uno de sus análisis.
En esos momentos de reflexión cuando Montesinos recibe la llamada del ex mandatario:
F:¿Ya se está procediendo?
M: Ya...ya se está procediendo.
F: ¿Está todo en regla?
M: Sí,sí...ya está todo en regla. No hay absolutamente nada. Todos están abajo.
F: ¿Y el hombre solo?
M: Sí, están abajo toditos.
F:¿Quién en el segundo piso?
M: Un lechoncito nomás.
F: ¿Varón?
M: Sí, chancho y chanchitos abajo.
F: Ya perfecto.
Comandos avanzan
Cuando el comandante EP Williams Zapata recibió la orden, se colocó el casco, tomó su arma y apresuradamente bajó del tercer piso de la casa N° 4 rumbo a la salida. A las 3 y 23 de la tarde tres explosiones subterráneas (cuatro kilos de C-4) en la sala,( cuatro kilos de C- 4) en el comedor y (tres kilos de C-4) en la biblioteca fueron la señal para que los comandos echaran abajo las salidas de los túneles y rápidamente abrieran con cargas explosivas los nueve accesos hacia el interior de la mansión y la asaltaran.
A los 90 segundos de las primeras detonaciones se dieron otras seis explosiones en el ámbito de la residencia una tras otra. Los comandos estaban abriendo las brechas para hacer su ingreso. Williams ingresó por el sector sur con el equipo N° 6 del grupo "Delta" y llegó al pie de la escalera de la terraza, desde donde dirigió el desarrollo de la misión de rescate. El coronel EP Luis Alatrista Rodríguez con el equipo N° 7 lo hizo por el lado norte, mientras el comandante EP llegó hasta donde se hallaba Williams.
El ataque fue simultáneo, por disposición de Montesinos se aplicaron los principios operacionales del Closet- Quarter Combat o Combate en recintos cerrados. Según explica el ex asesor presidencial "porque la distancia entre atacantes y terroristas sería generalmente de dos o tres metros de longitud y a veces menos".
Los subversivos fueron sorprendidos jugando fulbito y lejos de los cautivos. Los comandos ingresaron a la residencia por nueve puntos al mismo tiempo. Puertas, ventanas, balcones y paredes.. Los túneles hicieron posible la maniobra envolvente subterránea minimizando los tiempos de acuerdo al objetivo sin que los militares fueran descubiertos. Al respecto, durante una reunión de estrategas internacionales, Montesinos afirmó: " la rapidez de la maniobra fue un elemento esencial. La preparación física de los comandos les dio agilidad y coordinación. La obtuvieron de los continuos ensayos, se acortaron los tiempos y ello neutralizó la capacidad de maniobra de los terroristas. Ese día como nunca la llamada " niebla de la guerra" de la que habló el sempiterno Clausewitz fue muy densa en ese escenario"
Cae Valer
El equipo "Delta N° 6 salió de la casa N° 4 e ingresó por el túnel "Pera I" con el apoyo del grupo de seguridad a órdenes del comandante EP Juan Valer Sandoval. Su misión era llegar a las habitaciones "Eco", "Delta" y "Charlie" por la terraza del segundo piso y liberar a los rehenes. Y mantener bajo control las escaleras desde el pasadizo central y tener el control de la segunda planta.
"Al salir del túnel principal se apostaron en las gradas de la escalera de la terraza, pero al subir se vieron obligados a detenerse debido a que recibieron fuego desde el cuarto "Delta". Al ingresar el comandante Juan Valer Sandoval es impactado por uno de los disparos, pero los comandos no respondieron porque los rehenes estaban en la línea de fuego y rampaban hacia la terraza. El emerretista ubicado en dicho cuarto arrojó una granada de mano que no explotó porque tenía asegurada la espoleta, los comandos respondieron lanzando granadas al interior y aprovecharon la situación para ingresar " narra Montesinos en uno de sus tratados.
Ese mismo momento fueron heridos Francisco Tudela y el mayor EP Renán Miranda Vera. "Al producirse tres explosiones subterráneas por efecto de la onda expansiva se abrió la puerta de metal y en ese instante el doctor Tudela (...) observa que la reacción de los rehenes fue salir a la terraza gateando y por instinto el sale corriendo detrás de ellos... Luego, indica, se tiró al suelo y comenzó a rampar junto al muro; fue entonces que escuchó la explosión de una granada en el aire, granada que había sido lanzada por uno de los terroristas y sintió que le caían las esquirlas sobre la espalda, como si fueran arena. En ese momento, según su propia versión, no sintió dolor alguno y más bien continuó rampando, avanzaba cuando un primer balazo le cayó en el brazo y la sangre marcó los orificios de entrada y salida en la camisa", narra Montesinos.
Como se sabe el ex canciller continuó avanzando, mientras el terrorista continuaba disparando con la intención de asesinarlo., uno de esos tiros le quebró el peroné.
De allí que solo pudo dar cuatro pasos cuando llegó al primer piso y tuvo que seguir rampando y al ser visto por un oficial de la Policía (también rehén) le aplicó un torniquete y evitó que muriera desangrado. Nadie olvida que al ser rescatado alzó una de sus manos e hizo la "V" de la victoria. Otro de los tiros hirió de gravedad al subteniente EP Raúl Jiménez Chávez. Otro impactó en el capitán EP Oscar Vargas Ramos quien pese a ello condujo rampando al teniente Jiménez a un lugar seguro. En el trayecto la explosión de una granada los dejó aturdidos unos instantes.. Una esquirla en el cuello mató al teniente. Por su parte, el comandante EP Hugo Robles del Castillo ordenó a los tenientes EP Nelsón Castañeda Sánchez y Jean Jáuregui Robinson que ingresen a la segunda planta colocando una escalera por el costado de la chimenea e ingresaron a una de las habitaciones evitando que un terrorista asesine a unos cautivos. De otro lado, miembros del equipo "Delta" rescataron a Idaka Ogura primer secretario de la embajada japonesa.
Aquella tarde memorable todos vimos a través de las cadenas de televisión como los rehenes del MRTA salían agazapados bajo la protección de los comandos hacia el jardín y, muchos eran colocados en camillas para de inmediato ser conducidos al hospital Militar Central
A la casa N° 1 fueron llevados los cautivos japoneses y los magistrados. Luis Serpa Segura y Marco Urrelo Alvarez, el coronel José Garrido Garrido y Carlos Isuboyama Matzuda, entre otros. El doctor Carlos Giusti Acuña falleció en el trayecto al nosocomio.
POR: CESAR REÁTEGUI