Ley contra el sicariato es letra muerta en el Perú
Villa El Salvador lidera escalada de asesinatos por encargo, por supremacía en tráfico de drogas.
A las 10 de la noche del 11 de diciembre de 1929 sonaron disparos frente al 127 de Lotus Street, Chicago, y tres hombres se alejaron a prisa. Otros dos quedaron tendidos en la acera sangrando en abundancia. Uno era Walter Miller y el otro, Roger Touhy (a) “El Terrible”, quien acababa de salir de la cárcel de Illinois.
La orden vino de Al Capone (a) “Scarface”(“Cara Cortada”), quien -según la Policía- mandó a asesinar a más de 500 gangsters enemigos de su imperio del juego, prostitución y drogas.
Medio siglo después, la comunidad internacional se conmovió. A las 7.15 de la noche del 11 de abril de 1984 fue acribillado a tiros Rodrigo Lara Bonilla (35), ministro de Justicia de Colombia, en el cruce de las calles 125 y Boyacá. La víctima iba en el asiento posterior de su Mercedes Benz cuando una moto Yamaha se acercó a su vehículo, burlando a la escolta, e Iván Guizado (18) lo ametralló, destrozándole el cráneo. Iván Byrón Velásquez confesó que se cumplió una consigna de Pablo Escobar, jefe del cartel de Medellín.
Lara Bonilla fue el impulsor de la Ley de Extradición que después el expresidente Belisario Betancur puso en vigencia.
Hechos similares suceden cada vez con más frecuencia en el Perú a partir de esta década, desde que en Trujillo bandas especializadas en robo de vehículos exigían cupos a sus propietarios. Para evitar las capturas en pleno asalto, los delincuentes optaron por extorsionar a sus víctimas para no robarles y darles “protección”. Si no cumplían con sus exigencias venía el “ajuste” de cuentas. Sin embargo, el fenómeno del sicariato recién hizo reaccionar a las autoridades cuando fue ultimado a tiros, en Huacho, Ezequiel Nolasco, exconsejero de la Región Áncash y tenaz crítico del exgobernador César Álvarez, actualmente entre rejas.
DECRETO FANTASMA
En julio de 2015 el Gobierno peruano promulgó el Decreto Ley N° 1181, incorporando el delito de sicariato al Código Penal. Pero los resultados no son nada convincentes en relación al índice de criminalidad por sicariato. Conforme al Registro Nacional de Condenas del Poder Judicial, de esa fecha a septiembre de este año solo hay 10 sentencias condenatorias por ese delito en el Perú. En todo ese tiempo el Ministerio Público investigó 152 casos por sicariato y solo 12 fueron judicializados.
Al respecto Daniel Espichán Tumay, exprocurador contra el terrorismo, sostiene que debe enmendarse el dispositivo antisicariato. “Antes -afirma- los autores de asesinatos de esa índole iban a la cárcel por homicidio calificado por lucro, al comprobarse que el móvil había sido obtener dinero, figura que aún está vigente”.
Según Espichán, la Ley del sicariato “confunde a los jueces y favorece a las organizaciones criminales”.
Como se sabe, el autor de un homicidio calificado por lucro recibe 15 años de prisión y el sicario no menos de 25.
“El sicariato debe perseguirse con el mismo ímpetu con el que se persiguió el terrorismo, dando especial protección a los operadores de justicia para que no teman a la hora de sentenciar”, agregó el exprocurador.
CIFRAS DE MUERTE
Según el Comité Estadístico Interinstitucional de la Criminalidad (CEIC), en los años 2015, 2016 y 2017 se registraron 97, 102 y 93 casos de sicariato, respectivamente.
En cuanto a los lugares con mayor índice de casos figuran Lima, con 110; La Libertad (58) y el Callao (40).
En cuanto a zonas específicas sobresale el Cercado del Callao, con 19 casos; seguido de Trujillo (17) y El Porvenir (14), ambos en la capital de La Libertad. Luego siguen San Martín de Porres, con 12; San Juan de Lurigancho, con 10; Barranca (7) y Villa María del Triunfo (4). En lo que va de este año Villa María del Triunfo y Villa El Salvador se han convertido en los blancos preferidos del sicariato.
De acuerdo con estadísticas del Distrito Fiscal de Lima Sur, en ambos distritos hubo un total de 32 personas asesinadas.
En Villa El Salvador los crímenes se deberían a una guerra interna entre comercializadores de drogas, quienes han sectorizado ese populoso distrito y luchan por la supremacía. Uno de esos “sectores” lo integran el ámbito comprendido entre las avenidas Mariátegui, El Sol y Los Ángeles. Otro es la zona “Chavín de Huántar” y un tercero se ubica en las faldas de Lomo de Corvina (Oasis), conocido como “La Favella”. Allí recientemente se halló el cadáver de Leo Marba.
En Villa María del Triunfo los crímenes por encargo son por conflictos originados en la usurpación de terrenos. El 22 de agosto dieron muerte a Bertoni Garibaldi Dueñas y días después se encontró el cuerpo de una mujer completamente calcinado, causando conmoción en todo el distrito.
ACCIÓN POLICIAL
En 1995 tuvo lugar en Costa Rica el “Seminario de Reflexión Científica sobre el Delito y la Seguridad”. Se aprovecharon una serie de principios relacionados a la Seguridad Ciudadana en los que “se considera necesario promover políticas más efectivas e integrales delante del delito y no continuar reaccionando solamente por la vía de los sistemas de justicia penal. Se imponen diagnósticos y programas que integren la acción de las diferentes agendas responsables en cada caso”.
José Páez Warton, estratega del desaparecido Comando Operativo del Frente Interno (COFI) del sector Defensa en su tratado “Defensa y Seguridad Integral del Perú”, señala que la evaluación ciudadana de la Policía y los Serenazgos es desfavorable a escala nacional .
Sólo el 29 % de la población tiene una buena opinión del accionar policial, el 63 % califican su labor de mala y muy mala. Un 8 % no responde.
Los distritos que evalúan mejor a la Policía son San Isidro, con un 58 % de aprobación; Miraflores y Jesús María, con 57 %; San Borja (54 %) y Lurín (53 %). Obtienen menor aprobación el Rímac (12 %), San Juan de Miraflores y Villa El Salvador (17 %) y La Victoria, con 16 %.
“La encuesta no es reciente pero dado el índice delictivo se mantiene vigente”, dice Páez.
FACTOR SORPRESA
Otra de las características de los sicarios es que se valen del factor sorpresa. Sin restricciones de ninguna clase durante el ataque a sus objetivos, no respetan a ancianos, mujeres ni niños. En el caso de Ezequiel Nolasco el móvil fue político y causó temor colectivo en Huacho.
SICARIATO POR DENTRO
Los hechos demuestran que el sicariato fija diversas tareas a sus integrantes, de tal forma que al momento de operar lo hacen con total seguridad. Dispone de sistemas de respuesta rápida -como lo hacía Sendero con sus grupos de contención-, que son los que enfrentan a la Policía y evitan que los cabecillas sean detenidos. Además posee una capacidad organizativa, como lo expuso Vladimiro Montesinos ante altos mandos del Departamento de Administración de Seguridad (DAS) de Colombia en 1992.
POR: CÉSAR REÁTEGUI
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