Misterios ocultos en el lago Titicaca, el pueblo que vive sobre las aguas
El navegable más alto del mundo y compartido por Perú y Bolivia, está registrando una preocupante disminución en sus niveles de agua.
Misterios ocultos en el lago Titicaca, el pueblo que vive sobre las aguas.
El Titicaca (en dialecto aymara y en quechua sureño) es el lago navegable más alto del mundo, ubicado en los Andes centrales, dentro de la meseta del Collao, a una altitud media de 3812 m.s.n.m. entre los territorios de Bolivia y Perú. Posee un área de 8300 km², de los cuales el 56% (4996 km²) corresponden a Perú y el 44% (3304 km²) a Bolivia, su profundidad máxima se estima en 281 m y se calcula su profundidad media en 107 m. Su nivel es irregular y aumenta durante el verano austral.
Está formado por dos cuerpos de agua separados por el estrecho de Tiquina; el más grande situado al norte, es denominado lago Mayor o Chucuito y tiene una superficie de 6450 km², estando en esta parte su mayor profundidad (283 m), cerca de la isla Soto. El otro cuerpo más pequeño llamado Menor o lago Huiñaymarca, situado al sur, tiene una superficie de 2112 km², con una profundidad máxima de 45 metros.
El lago Titicaca se encuentra entre las cordilleras andinas en una cuenca de alrededor de 58 000 km².
Es el lago navegable más alto del mundo y ocupa el lugar 24 del mundo por superficie.
El 20 de enero de 1997 fue designado sitio Ramsar para el sector peruano y el 11 de septiembre de 1998 para el sector boliviano. En el 2023 registró el descenso de las aguas a mínimo histórico, más de medio metro descenso hasta llegar a los 3.808,05 metros sobre el nivel del mar.
Desde tiempos coloniales, el nombre del lago ha sido establemente “titiqaqa”, que significa “Peñón del Sol”, tanto en aymara como en el quechua collavino, ingresado al castellano como ‘titikaka’. En términos de sus formas escritas, la más antigua y estable hasta hoy es (Titicaca), mientras que ciertas publicaciones en español de inicios del siglo XX, como el conocido Boletín Titikaka, escribían ‘Titikaka’ siguiendo la ortografía quechua-aymara de la época en que el fonema uvular 'q' se escribía con ‘K’. Guamán Poma llama al lago 'laguna de Poquina', que algunos interpretan como reflejando el nombre original del lago. Por su parte, el jesuita Bernabé Cobo lo llama 'laguna de Chucuito' y otras fuentes coloniales, “laguna de los Collao”. En adición, el lingüista Alfredo Torero propuso que el término ‘Viracocha’ Wiraqucha haya significado originalmente 'lago de Huari' y haya sido originalmente un nombre del Titicaca.
Historia
La historia de la creación de algunas ciudades de Perú está acompañada de leyendas mitológicas incas. Una de las más conocidas es aquella que cuenta el origen del lago Titicaca, cuyos protagonistas son los habitantes de Puno.
Según cuenta la leyenda, antes de que existiera el lago Titicaca, en este lugar se encontraba un valle fértil. Sus ciudadanos eran felices con lo que los dioses les otorgaban: luz y lluvia para las cosechas y tierra para conseguir comida.
Los habitantes de este valle no necesitaban nada más: los apus, dioses de las montañas, les protegían y no conocían sentimientos negativos como el odio y la ambición. Los apus les daban libertad absoluta a los ciudadanos del valle con una única excepción: tenían prohibido subir a la cima de una de las montañas, ya que aquí se encontraba una hoguera con el fuego sagrado.
De esta manera, los humanos vivieron durante muchos años sin ningún problema y en absoluta paz. Pero un espíritu maligno que habitaba en la zona prohibida para los hombres, estaba totalmente celoso de que estos vivieran con tanta felicidad. Por eso, hizo lo posible para conseguir que las personas desobedecieran a sus dioses y siguieran el camino de la curiosidad.
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Con las artimañas del espíritu maligno, los humanos se sintieron, como nunca, tentados a escalar la montaña, descubrir los secretos que allí aguardaban y, así, demostrar su valentía. Los apus, furiosos al ver la actitud de sus ciudadanos, los detuvieron a mitad de camino sin que pudieran escapar: mandándoles a cientos de miles de pumas y estos animales devoraron a las personas que habían desobedecido a sus dioses.
Al ver esta terrible imagen, Inti, el dios Sol, se estremeció y comenzó a llorar sin parar, hasta tal punto que el valle en el que habitaban estas personas quedó totalmente inundado.
Así, la población fue exterminada, excepto por un hombre y una mujer que, subidos en una barca de junco, lograron salvarse y contemplar todo lo que había pasado: su fértil valle era ahora un enorme lago y los pumas que habían sido mandados por los dioses se habían convertido en rocas.
Origen tectónico
El Titicaca es un lago de origen tectónico. Se formó aproximadamente durante la era terciaria debido al hundimiento de una parte antigua de la meseta andina, formó parte, junto con el lago Poopó, del extinto lago Ballivián que se extendía por la meseta del Collao. Su área primitiva era mucho más extensa y en la actualidad es un lago residual.
La temperatura promedio anual del lago es de 10 °C en tanto que el clima en la región del lago es de naturaleza extrema, con grandes variaciones de temperatura que se acentúan en función a la lejanía del lago y aumento de altura. En ocasiones pueden registrarse trombas de agua en el lago Titicaca. Las pluviometría aumenta en los meses del verano austral (diciembre a marzo) y cae drásticamente en los meses de invierno (abril a noviembre). En verano son frecuentes las tormentas sobre el lago y la zona circundante, así como las inundaciones en zonas de nivel 0 sobre el lago.
Gran parte del agua se pierde por evaporación y las sales que han entrado con los ríos se quedan. Solo un 5% del agua se va por el río Desaguadero y desemboca en el lago Poopó que es mucho más salado. El agua finalmente se pierde en el salar de Coipasa donde los ataques de los Incas, los collas y los tiahuanacos.
Los uros todavía viven en sus islas flotantes y gracias a ellos podemos desentrañar parte de los misterios del lago Titicaca.
¿Cómo se mantienen a flote?
Las islas, se trenzan a partir de raíz de totora, una planta acuática. Sus raíces son más densas cerca de la orilla. Los hombres de la tribu recolectan raíces limpias de tierra y las trenzas en grandes plataformas que duran años.
El mantenimiento se hace cada 20 días, cuando se añade una nueva capa de raíz en la superficie. Así, la totora que se deteriora con el agua se separa de la isla, pero la misma sigue intacta.
Para que no floten a la deriva, las islas flotantes se anclan con estacas, cuerda y piedra. El ancla se hunde hasta unos tres metros de profundidad.
En cada una de estas plataformas flotantes viven entre cinco y siete familias. Cada unidad familiar colabora en el mantenimiento de la isla y todas ellas cazan y pescan. El fruto de dichas actividades se vende o cambia en el mercado de Puno, en Perú. De hecho, la mayor parte de los asentamientos en islas flotantes del lago está en la bahía de Puno. Además, los turistas que acuden a las islas a desentrañar los misterios del lago Titicaca pueden comprar los bordados de bellos colores que también elaboran los uros. Así como artesanía tradicional peruana.
Aunque el modo de vida de esta comunidad apenas ha variado, sí que emplean algunos adelantos tecnológicos. Por ejemplo, paneles solares que les dan electricidad durante la noche. Además, tienen hornillos de gas que usan en el interior de la casa cuando llueve. Sin embargo, la mayor parte del tiempo cocinan al aire libre para no poner en riesgo las plataformas de totora.
Es cierto no obstante que las nuevas generaciones de uros tienden a abandonar las plataformas. Muchos estudian o trabajan fuera. Por tanto, cabe la posibilidad de que esta valiosa cultura desaparezca.
Los niños de las islas flotantes del Titicaca están escolarizados. De hecho, van a la escuela en barco. En ocasiones los llevan los hermanos mayores. Otras veces, es el profesor o profesora quien los recoge en un barco comunitario.
Bolivia y Perú son países de una gran riqueza paisajística y cultural. Maravillas como el Salar de Uyuni te pondrán en contacto contigo mismo. Olvida el miedo al mal de altura y adéntrate en el altiplano. Conocerás modos de vida completamente nuevos para ti y verás lugares con los que no te habías atrevido a soñar.
Es una ruta turística alternativa que ofrecen las comunidades indígenas que viven a orillas del lago navegable más alto del mundo. Es una alternativa económica que permite a las poblaciones administrar los beneficios entre las familias y preservar su patrimonio histórico ancestral.
Los misterios del lago Titicaca van más allá del nacimiento de la Isla del Sol y del Imperio Inca. O, en realidad, deberíamos decir no que van más allá, sino que comienzan mucho antes. En un momento indeterminado. Cuando los componentes de la tribu de los uros, procedente de Bolivia, decide asentarse en la superficie del agua.
Los misterios del Lago Titicaca
Estamos hablando del lago más grande del planeta. Y además el que se encuentra a una mayor altitud, su superficie mide 8562 Km2 y que se encuentra a más de 3.000 m sobre el nivel del mar.
De toda esta inmensidad de agua, la mayor parte pertenece a Perú; y algo menos de la mitad a Bolivia. Funciona por tanto como una frontera natural. Pero los misterios del lago Titicaca, o puma de piedra, poco tienen que ver con su posición geográfica. Existen multitud de leyendas que sitúan en él el nacimiento del Imperio Inca. Así, en la Isla del Sol, nacería Viracocha, el propio Dios Sol. Y sería él el encargado de enviar a Manco Cápac, el fundador de la increíble cultura Inca.
Existen otras leyendas sobre el origen del nombre del lago Titicaca. Por un lado, unos apuntan que el origen del nombre viene de la Isla Intikjarja. En este caso deriva de las lenguas aymaras y quechuas, con un significado de Inti (sol) y kjarka (peñasco). Este nombre podría haber dado lugar a lo que hoy conocemos como Isla del Sol, en la parte boliviana del lago Titicaca. Y existe aún otra leyenda muy popular en el lago Titicaca. Se trata de la existencia de sirenas. Cuenta la leyenda que en el lago vivía al menos una sirena, a la cual los niños podían pedir un deseo cuando la viesen. Los adultos del poblado obligaron a los niños a pedirle oro y plata.
Viendo que estos deseos se cumplían, los pobladores decidieron tender una trampa a la sirena. Consiguieron sacarla del agua, donde necesitaba estar, y la amenazaron para que les contase de donde sacaba tanto oro y plata.
Con la sirena fuera del agua, su cuerpo empezó a cambiar y su cuerpo de sirena se convirtió en el de una mujer normal, desapareciendo así la sirena del lago Titicaca.
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