José Domingo Pérez, ‘El Verdugo’ de fiscales supremos

El fiscal José Domingo Pérez Gómez, desaforado, insubordinado, avezado y mediático, que ha marcado la agenda electoral en las últimas votaciones nacionales (referéndum y elección del 2021), en el balance de su gestión, luce los allanamientos a Fuerza Popular y a la oficina del fiscal de la Nación con más brillo que sus desprolijas acusaciones, presagiando un final sin mucha pena y con dudosa gloria.

Loado hasta el paroxismo por alguna prensa involucrada por angas o por mangas en el Caso Lava Jato (RPP, América TV y en general, el Grupo El Comercio), enfrenta el último tramo de su trayectoria en el Ministerio Público, ya que se descarta que la caviarona Junta Nacional de Justicia (JNJ) procederá a enfundarlo con la toga de juez de la Corte Superior Nacional el próximo 15 de diciembre.

El fiscal de los 12 rebotes deserta de su verdadera vocación por razones fenicias. Hace tres años juraba con pasión: “No tengo vocación de juez. Yo soy un fiscal acusador, investigador. Si tengo que ir al Poder Judicial es por la plaza” (Radio Santa Rosa 22/1/19).

La guillotina veloz

Elocuente y despiadado como Maximiliano Robespierre, opera como el famoso verdugo de la Revolución Francesa, en casual coordinación con el Instituto de Defensa Legal Reporteros (IDL-R) que a la vez funge de guillotina.

El destape del Caso Cuellos Blancos (en el que el expresidente Martín “el Lagarto” Vizcarra, coordinaba con los fiscales del caso) sirvió para decapitar a Pedro Chávarry. IDL filtraba los audios, colocando la testa de los premiados, como el exfiscal de la Nación: “Favores entre Colegas” (19/7/18) y escamoteando la difusión de los audios de sus eventuales aliados: audio del vocal César San Martín pidiendo favores en la Corte del Callao y el audio del Ron Zacapa, de Antonio Camayo mencionando el favorito de Vizcarra.

Intempestivamente, el “Lagarto” Vizcarra desde Palacio de Gobierno abrió sus fauces: “el país necesita un Ministerio Público liderado por un fiscal de la Nación libre de cualquier duda o cuestionamiento” (2/10/18), lo que aprovechó el fiscal Pérez para pedir la cabeza de su superior desde México: “Hay cuestionamientos al fiscal de la Nación… no se puede dar una lucha contra la corrupción si todos los ciudadanos no estamos vigilantes de nuestras autoridades…” (13/10/18).

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IDL-R enfiló el obús: “Nuevas conversaciones sostenidas por Keiko Fujimori y congresistas…” (25/10/18) revelando que Rosa Bartra recomendaba: “sería temerario dejarse arrinconar ante las críticas” por el respaldo que le brindaban a Chávarry, y augurando decía: “es un asunto de supervivencia”. Pero, Pérez seguía implacable, tras haber conseguido la primera prisión preventiva contra Keiko, volvió a pedir la cabeza del magistrado: “Esto debe servir para que se reflexione sobre la continuidad de Chávarry como fiscal de la Nación” (31/10/18). Oportunamente, como una cereza, una encuesta telefónica indicaba: Fiscal Pérez tiene 67% de aprobación (IEP 27/11/18).

Envalentonado por el baño de masas, Pérez tuvo el desparpajo de notificar al propio fiscal de la Nación para interrogarlo (19/11/18), y luego lo denunció por encubridor (26/12/18). Aterrado Chávarry no se le ocurrió mayor despropósito que destituir a los fiscales Rafael Vela Barba y José Domingo Pérez (31/12/18). El “Lagarto” volvió presuroso desde el aeropuerto de Brasil sin acudir a la toma de Jair Bolsonaro. Una marcha navideña “No a Keiko” bajo el eslogan “con nuestros fiscales no te metas”, intimidó a Chávarry, que se comió el pavo de restituirlos. A estas alturas, era un pollo sin cabeza. Despiadado Pérez, se sacó la camisa de fuerza, allanando y descerrajando las propias oficinas del fiscal de la Nación (4/1/19) y finalmente, luego de la habitual masacre periodística de las waripoleras de turno, la cabeza del buen Pedro rodó en la canasta (8/1/19).

Toda repetición es una ofensa y toda supresión es un olvido

A la fiscal de la Nación, Patricia Benavides, la están sazonando con los mismos condimentos. IDL-Reporteros volvió a instalar la guillotina, al publicar no menos de siete artículos en su contra: “Orden y Firmeza” (26/8/22), “Títulos y Favores” (9/11/22), “Examen de realidad” (22/11/22), “Emma Benavides sentenció dos veces…” (28/11/22), “La Droga en la piedra” (30/9/22), “Crónica de una escandalosa absolución” (10/2/23) y “Construcción Opaca” (12/5/23). El primero de ellos, la especialidad de la casa: Estofado de Cuellos Blancos y como segundo plato, Alitas picantes con sabor a Tesis. En este segundo emprendimiento, el fiscal Pérez empezó más cauto, quizá como calibrando el diámetro del cuello de la magistrada, que podría recordarle al de Ana Bolena o al de María Antonieta. Sibilinamente, señaló: “hay actuaciones que no están dentro del marco de la legalidad”, aludiendo a la presencia de Benavides en la lectura de derechos de Alejandro Toledo. No tiene competencia, decía a sus áulicos.

Simultáneamente, un joven tuitero de izquierda, Gino Román (consejero de Indecopi en la Era Palacín), acusó al esposo de la fiscal de ser socio del ingeniero Segundo Rabanal, que es hermano de un oficial de la policía montesinista, confesando que “el periodista Viti, que trabajó para el diario La Prensa de Panamá en esa época, ha contribuido en estas investigaciones” (YouTube Ecos Latinos 25:42 14/2/23). Sin embargo, el Google no registra al misterioso Viti. Más bien, es de público conocimiento que Gustavo Gorriti laboró en aquel medio en la década del 90. Asimismo, lanzó una segunda denuncia ante el JNJ que preside la sempiterna Inés Tello Ñecco (8/3/23), por haber recibido una condecoración en el Día de la Mujer por parte de la Municipalidad de Lima, cuyo alcalde se encuentra investigado en la Fiscalía.

Si bien la potencia de fuego es menor, la puntería no es mala. Para reforzar, necesitaban otro aparatoso allanamiento. Esta vez, el Equipo Especial de fiscales descerrajó la Universidad Alas Peruanas (11/4/23), reviviendo un caso archivado contra el alcalde de Cajamarca Joaquín Ramírez, para buscar como locos “la tesis de magíster de la fiscal de la Nación para petardearla” según Wilber Medina, abogado de la universidad (Beto a saber 15/5/23).

Patricia no es Madame Roland, aquella revolucionaria francesa guillotinada en 1792, pero podría parafrasearla, gritando al viento: “Honestidad, honestidad, ¡Cuantos crímenes se cometen en tu nombre!”. Cualquier parecido con la realidad o con un complot para decapitarla es pura coincidencia.

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