Ministerio Público da un paso adelante y dos pasos para atrás [INFORME]
Quienes piensan que la crisis por la que atraviesa en los momentos actuales el Ministerio Público relacionada con la suspensión del cargo de quien fuera Fiscal de la Nación, la doctora Patricia Benavides, es solo un problema de coyuntura, en tanto que todo en dicha institución debe seguir discurriendo como si no hubiera pasado nada, están más que equivocados porque no tienen noción verdadera de lo que realmente está aconteciendo y se encuentra en juego.
Hablamos de conflicto institucional de proyecciones históricas de particular trascendencia y especiales proyecciones, que de continuar inmerso en una aparente lucha de poderes puede poner sobre el tapete la misma seguridad de la democracia y el estado de derecho como régimen o sistema de gobierno.
Lo de hoy es más negativo para el Ministerio Público
No es que no sea importante una suspensión, indagación, investigación y destitución, si en realidad se llega a comprobar que efectivamente se suscitaron hechos contrarios a la ley.
Estamos totalmente de acuerdo que la investigación debe llegar hasta las últimas consecuencias, respecto a que nadie debe estar libre de responsabilidad con mayor razón porque se trata de una labor de primer orden.
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Desde todo punto de vista es saludable que se investigue porque al final de cuentas más allá de los resultados, resulta favorecida la institución respecto a la imagen que refleja a la sociedad, en el sentido que todos los ciudadanos son iguales frente a la ley y deben responder por los actos que han llevado a acabo.
Sin embargo, lo que sucede ahora en el Ministerio Público es muy diferente; tiene otro matiz y modalidad, razón por lo que debe ser analizado desde otro punto de vista y óptica diferente.
Camino sin salida
La crisis por la que atraviesa en estos momentos el Ministerio Público es más negativa y más decepcionante de lo que nos podemos imaginar.
Es algo así como la sensación de haber elegido mal la vía y de haber recorrido un largo y dificultoso camino para llegar a comprobar que en su extremo actual se encuentra cerrado el camino y no nos permite llegar al destino que todos esperábamos que es la legalidad y el respeto por la ley.
Nos referimos a una institución clave para la democracia y que se encuentra en una situación aporética, que significa literalmente que se encuentra «sin camino» o con un «camino sin salida».
En el sentido figurativo, la aporía es entendida casi siempre como una proposición sin salida lógica, como una dificultad lógica que es insuperable.
La aporía podría, pues, ser llamada -y así afectivamente lo ha sido- antinomia o paradoja. Señalo lo que refiero, porque es una contradicción in entendible que una institución como el Ministerio Público, creada ex profesamente para defender los derechos de los ciudadanos, en la práctica frente a la realidad de los hechos, haya pasado a transformarse en una institución rectora y representativa que ella misma viola la legalidad y el estado de derecho, razones para los cuales fue justamente creada para defender por sobre todo el estado de derecho.
La crisis
Desde su creación el Ministerio Público, conforme a la Constitución Política del año 1979, los funcionarios que se desempeñaron como fiscales de la Nación siempre fueron objeto de todo tipo de controversias, incluso en casos individuales motivaron sanciones severas de contenido penal por sus vinculaciones con la corrupción en el poder.
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