El Honor, en estricto, es una cualidad moral que nos lleva al más severo cumplimiento de nuestros deberes respecto a nosotros mismos y de las demás personas. El 7 de junio de 1880 es un ejemplo donde 2,028 peruanos como nosotros; pero diferentes  en mística, compromiso y amor a la patria, hicieron de Arica una historia que muchos en el mundo, tienen como referente el cumplimiento del deber hasta agotar el último esfuerzo o morir por una causa justa como es la Dignidad y el Honor Nacional.

La injerencia política siempre fue un trago amargo para las operaciones militares y Arica no fue la excepción; Francisco Bolognesi y sus valerosos combatientes fueron abandonados a su suerte porque los refuerzos no llegaban.

“Apure Leyva, todavía es posible hacer mayor estrago al enemigo. Arica no se rinde y resistirá hasta el último sacrificio…” Mensaje que revela la resolución consciente de Bolognesi,  de defender Arica hasta las últimas consecuencias, no fue una decisión personal impuesta a sus subordinados, sino  fue un sentimiento expresado por todos,  excepto uno, Agustín Belaunde que huyó en las vísperas de la batalla, como lo manifiesta Gerardo Vargas, historiador, natural de Arica y autor de una crónica de esa acción.

Eran conscientes de que toda resistencia era imposible ya que la superioridad numérica y material era abrumadora,  la suerte que le deparaba a él y a los suyos era el sacrificio, que su destino era tal vez morir, pero el deber y el honor estaban primero.

Las naciones escriben y leen esta historia porque es un hecho trascendente, porque sirve de ejemplo para los hombres y mujeres que las integran, porque es una expresión colectiva que representa la experiencia, la congoja, la dignidad ante la derrota, de priorizar el honor nacional que la propia vida y que morir puede tener un valor más allá de lo dramático, cuando se muere en el momento y lugar indicado.

Hoy en día para los peruanos, el sacrificio de aquellos Titanes no debe quedar en el olvido, debiendo  ser una obligación moral recordarlos como muestra de gratitud, porque nuestra historia está vinculada a hechos como lo fue Arica, donde la improvisación, la desidia, la falta de compromiso, la traición de algunos y la poca sensibilidad por el prójimo, también se evidencia actualmente en el día a día.

Arica es un ejemplo que marcará la ruta de construcción de nuestra patria, donde el cumplimiento del deber sea hasta agotar el último esfuerzo, que la responsabilidad de nuestras acciones y el amor a nuestra patria  sustenten y se conviertan en la mejor consigna de nuestra vida que conlleva el amor a nosotros mismos, a nuestra familia y al Perú.

Por Gral Div EP Ronald Hurtado Jiménez 

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