APEC, Chancay y la Ruta Bioceánica en la geopolítica global

APEC, Chancay y la Ruta Bioceánica en la geopolítica global

La reciente Cumbre de Líderes y el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) 2024, realizada en Lima, Perú, llega en un momento crucial para el comercio internacional y la geopolítica global. Este foro no solo representa un espacio para fortalecer relaciones entre las 21 economías más dinámicas del mundo (que representan cerca del 60 % del PBI global y casi 50 % del comercio), sino también un escenario para que Perú se posicione estratégicamente como actor clave en la región Asia-Pacífico, para generar crecimiento, ahora con desarrollo; y donde Perú debe aprovechar las experiencias compartidas por las economías en materias como la informalidad, el pago de impuestos y la mejora de la competitividad.
El interés de potencias como Estados Unidos (Joe Biden) y China (Xi Jinping) en APEC subrayó la importancia del foro como plataforma para la diplomacia económica estratégica. En un contexto de tensiones geopolíticas globales, este evento representó un espacio donde ambos países tuvieron la oportunidad de debatir y compartir. Para América Latina, en particular Perú, representó una oportunidad para captar inversiones, mejorar la integración comercial y consolidar infraestructuras regionales que impulsen el desarrollo económico y social.
Perú, como anfitrión, asumió un rol protagónico en esta edición de APEC. El foro ha permitido al país mostrar su compromiso con el multilateralismo y atraer inversiones que refuercen su economía. Los medios peruanos han venido destacando que este evento posicionó a Lima como el epicentro de las discusiones sobre comercio global, especialmente en un momento donde las economías emergentes buscan diversificar sus relaciones comerciales y reducir su dependencia de las exportaciones tradicionales.
El proyecto del Puerto de Chancay comenzó a definirse en el Perú en 2010. Una década después, la empresa china Cosco Shipping Ports Limited (del Estado chino) adquirió la participación mayoritaria del proyecto. El puerto de Chancay, inaugurado el jueves pasado durante la semana de APEC, simboliza las aspiraciones de Perú de convertirse en un centro logístico clave en Sudamérica. Este megaproyecto, financiado mayoritariamente por capital chino y que permitirá el ingreso de los barcos más grandes del mundo, reducirá los costos (fletes) y tiempos de transporte entre Asia y América Latina, consolidando al país como un punto de entrada estratégico para las mercancías en la región. Además, se plantea generar una zona franca que, como en otros países, inicie con cero impuestos para que atraiga inversión internacional.
Otro proyecto que ha causado interés internacional es el tren bioceánico que conectaría el puerto de Chancay con Brasil, pasando por Bolivia. Este corredor ferroviario, que también contaría con financiamiento chino, buscará unir los océanos Atlántico y Pacífico, facilitando el transporte de mercancías entre Asia y Sudamérica. Este ambicioso proyecto promete revolucionar la logística comercial de la región, beneficiando a los países involucrados al mejorar la conectividad y reducir costos. Sin embargo, también plantea interrogantes sobre su viabilidad financiera y su impacto ambiental.
Si bien el Perú y Brasil ya se encuentran conectados por la carretera interoceánica, esta tiene una baja eficiencia comercial, por la falta de integración logística, altos costos de transporte, bajo intercambio comercial y problemas estructurales en la infraestructura.
La participación de China en estos grandes proyectos, que forman parte de su Iniciativa de la Ruta de la Seda, representa tanto una oportunidad como un desafío para América Latina; la inversión china en infraestructura puede ser un motor de desarrollo para países como Perú, que necesitan modernizar sus conexiones logísticas para competir en el mercado global; pues, como indicó el presidente de China, “De Chancay a Shanghái, hemos de construir un camino de desarrollo común que impulse el progreso y bienestar de nuestras naciones”.
Estados Unidos, tradicionalmente un socio comercial importante para América Latina, observa con recelo estas iniciativas, temiendo un desplazamiento de su influencia en la región, en la que en los últimos años no ha priorizado inversiones. Este contexto geopolítico hace que Perú potencie su independencia estratégica, lo que le permitirá equilibrar sus relaciones con ambas potencias, en la búsqueda de mejores oportunidades multilaterales.
La Cumbre de APEC 2024 no solo ha sido una ventana para que el Perú muestre sus fortalezas al mundo, sino también una oportunidad para reflexionar sobre el rumbo de América Latina en un contexto global complejo. La inauguración del puerto de Chancay y las discusiones sobre el tren bioceánico son ejemplos del enorme potencial del país para convertirse en un puente entre Asia y Occidente.

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