Avancemos firmes a la derrota comunista
Avancemos firmes a la derrota comunista
Hemos entrado en un período absolutamente singular de la vida republicana. Tenemos a la primera presidente mujer y un Gabinete de Guerra que en apenas dos semanas ha empezado a devolver la paz y el orden a un país que parecía estar yéndose de la manos ante el ataque subversivo y terrorista lanzado por la izquierda vinculada tanto al MRTA cuanto a Sendero Luminoso.
Saludamos y apoyamos a nuestras Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional, pero estamos muy lejos de cantar victoria. La amenaza desestabilizadora continúa. El Perú enfrenta una guerra atípica que se realiza de alguna manera equivalente al “swarming”, es decir, desde células ocultas que se coordinan cibernéticamente para planificar y ordenar los ataques. De hecho hasta el momento no hay cabecillas definitivamente, solo vemos mandos medios como Cerrón, Bellido, Betssy Chávez y otros de su calaña, quienes cumplen la función de azuzamiento y agitación, aprovechando que son, al mismo tiempo, congresistas.
Los “generales” sediciosos no están a la vista del público. Operan clandestinamente y no solo desde dentro del territorio nacional y desde el extranjero. La injerencia neo imperialista y repudiable de México, Colombia, Argentina, Venezuela, Bolivia y Honduras demuestra que hay una conspiración internacional contra la que debemos reaccionar. La canciller ha dado pasos básicos y lógicos, pero sigue maniatada porque los asesores caviares de Boluarte no le permiten estructurar un frente internacional amplio; al punto que todavía sigue en Torre Tagle el personal político nombrado por Castillo.
Falta también ampliar las operaciones policiales y militares, porque después de un primer paso de contención y restablecimiento del orden se necesita dar golpes contundente a la red de partidos políticos, organizaciones de base, bandas narcotraficantes, sindicatos y grupos que fueron creados bajo el castillismo y financiados por dinero del estado. Lo que se ha hecho, por ejemplo, con JP es una muestra de cómo se puede destruir la red. Pero se requiere voluntad política del Ejecutivo, del Congreso y de una Defensoría del Pueblo que se ha convertido en defensoría de los criminales.
La lucha para recuperar a la patria será larga. Ojo que vienen momentos tensos y sangrientos, por lo tanto es menester imaginar estado de emergencia de 2 o 3 años. Limpiar al país de la escoria comunista no es fácil. Y mientras tanto, dejemos que solos se ahoguen con su patraña de elecciones adelantadas con asamblea constituyente. ¡Vamos firmes a la victoria anticomunista!
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