Barcos chinos: ver para creer
Barcos chinos: ver para creer
Entre 2015 y 2019 ingresaron al Perú 881 embarcaciones pesqueras asiáticas para hacer labores logísticas, lo que les permitía operar cómodamente a 17,000 kilómetros de sus puertos. Informes como los de Global Fishing Watch (GFW), señalaban una reiterada conducta de naves de bandera china que manipulaban su Sistema de Identificación Automática (AIS): lo apagaban y dejaban de enviar sus posiciones, dejando un vacío en su transmisión de datos para no ser detectados, entrar a nuestro dominio marítimo y pescar pota ilegalmente.
En 2020 se publicó el DS 016-2020-PRODUCE que obliga a los barcos extranjeros que capturan especies transzonales en alta mar (como la pota), que accedan a puertos nacionales, tener operativo el dispositivo satelital del Ministerio de la Producción y transmitir su posicionamiento los últimos seis meses anteriores a su llegada. Esta norma, nos puso a la vanguardia en el control de la pesca ilegal y desalentó la incursión de esta flota a nuestras costas. En 2020 solo han ingresado a puertos peruanos, 36 de estos buques y entre enero de 2021 a mayo de 2022, apenas lo hicieron 11. Es de resaltar que los motivos registrados son “arribo forzoso” en 8 casos, y “otros - certificados”, en 3. De esta manera, las poteras han evitado la instalación del instrumento satelital que exige la norma.
En el combate a la ilegalidad no se puede ser ingenuo. La Autoridad Portuaria Nacional debería conocer que la embarcación LU RONG YUAN YU 668, que llegó al Callao en 2021, fue observada pescando ilegalmente el 28 de abril del año 2020 por la Prefectura Naval Argentina en las costas de ese país. Esta nave pertenece a la empresa Rongcheng Rongyuan Fishery, propietaria de los barcos LU RONG YUAN YU 606, LU RONG YUAN YU 688 y LU RONG YUAN YU 881 con historial infractor.
Otro buque que estuvo en Perú en 2021 fue el JING YUAN 601, que registró el apagado del equipo satelital AIS por 30 días, cerca a nuestro límite marítimo. Asimismo, la calamarera JING YUAN 626, fue detectada faenando ilegalmente en Argentina el 21 de febrero de 2018 y, mientras que las autoridades intentaron interceptarla, el potero JING YUAN 608, que también visitó nuestras aguas en 2021, participó haciendo maniobras para obstaculizar la labor de la Guardia Costera, lo que facilitó el escape del infractor.
Es claro que algunas flotas no quieren someterse a los controles del Estado peruano, y que van a mover sus poderosos hilos para derogar la disposición legal que frenó la extracción ilegal de pota en nuestro mar jurisdiccional, pero el sector pesquero en su conjunto está firme en la defensa del principal recurso hidrobiológico para consumo humano del país.
En alguna oportunidad China informó la suspensión autónoma de pesca de sus embarcaciones en zonas del Pacífico sudoriental para proteger el desove, y ofreció cooperación para promover la sostenibilidad del calamar gigante o pota. También comunicó que dejaría de lado el crecimiento extensivo y aplicaría el control del número de naves calamareras, pero no basta con declaraciones. Les daremos crédito cuando permitan que su flota lleve observadores independientes a bordo, acepten la prohibición de transbordos en alta mar y obliguen a sus armadores a instalar dispositivos de control satelital de los países ribereños. Eso aplicaría también para el Atlántico sudoccidental que hoy es el rincón del mar más descontrolado del planeta, donde la flota asiática actúa sin regulación ni control.
Dicen que quieren trabajar por una pesca que ayude a la sostenibilidad a largo plazo, pues al igual que Santo Tomás, el mundo necesita ver para creer.
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