Batalla política por la cooptación de la Fiscalía de la Nación

Batalla política por la cooptación de la Fiscalía de la Nación

Se ha perdido el respeto por las instituciones oficiales, por el principio de separación de los Poderes del Estado, por la magistratura de jueces y fiscales, por la intangibilidad de la administración de Justicia por los poderes políticos, por la Democracia, y por la vigencia plena de la Constitución Política del Perú, en modo tan perverso, que los que están avasallándolos, declaran defenderlos.

Se ha desatado una batalla campal promovida por actores políticos de partidos con líderes investigados o procesados penalmente, que aunque no dan la cara en esta guerra, no pueden ocultar sus escandalosos intereses de controlar los organismos judiciales como el Ministerio Público y el Poder Judicial, y la instrumentalización de sus cuadros políticos para tomar control en principio de la Fiscalía de la Nación, con fines de impunidad y de asegurar el manejo de las investigaciones penales en el próximo proceso electoral.

El problema en esta lucha desigual, es que los políticos agreden a mansalva a jueces y fiscales que por su investidura deben guardar silencio y ponderación, estando prohibidos de efectuar declaraciones públicas.

Ver que magistrados que han tenido carreras fiscales o judiciales impecables, y que por haber tenido un criterio discutible para resolver un caso de connotación política, son vituperados, tildados de corruptos, vejados por las calles porque la población cree lo malo que dicen los políticos sobre ellos, demuestra lo bajo que ha descendido el ejercicio de la política en el Perú.

Cuando el objetivo es político: todo vale, según el pensamiento de la política destructiva que no tiene moral ni percepción ética de las cosas, y si para ganar con fraude las elecciones, es necesario barrer la Fiscalía de la Nación haciendo harapos de los Fiscales Supremos, no importando su impecable trayectoria, lo pretenden hacer de cualquier manera, a fin de colocar a sus “fiscales” que les aseguren el paraíso de la fraudulenta victoria y de la impunidad.

Que se esté denunciando jueces y fiscales por hacer o no hacer lo que dicta la mano política oscura que mueve la cuna, huele a putrefacción amoral y suena a quebrantamiento de la conciencia de los partidos políticos, serviles a sus falsos líderes como si fueran dioses.

Llegar a ser Fiscal o Juez Supremo no es fácil, tarda y cuesta una vida de consagración al servicio competente y honesto a la nación, no puede este sacrificio quedar librado a las fauces de la corrupción que ha visto la política como un medio de empoderamiento criminal y de cooptación del Estado.

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