Bicameralidad y reelección parlamentaria
Bicameralidad y reelección parlamentaria
El jueves 16 de noviembre, el Pleno del Congreso de la República aprobó en primera votación, con 93 votos a favor, la reforma de la Constitución Política vigente a fin de cambiar, a partir de las próximas elecciones generales, el actual sistema unicameral por el bicameral. Se plantea la modificación de 42 artículos de la Carta Fundamental, los necesarios en tanto referidos, de lleno o tangencialmente, a una sola Cámara y agregarle 2 nuevos artículos.
He sido y soy partidaria de la Unicameralidad y he demostrado que en ella resultan perfectamente aplicables los mecanismos de amplio debate y reflexión que se atribuyen de principio a la Bicameralidad. Es más, tales mecanismos están previstos en la misma Constitución, así como en el Reglamento del Congreso, que hoy rigen. La Unicameralidad nos ha acompañado en los últimos 30 años en los que, incluido el marco constitucional elaborado por el Congreso Constituyente Democrático (CCD), el Perú ha alcanzado logros inimaginables en materia económica y social, pese a los vaivenes internacionales y los grandes desatinos de los gobiernos, sobre todo, del último quinquenio.
Tengo muy claro, sin embargo, que como toda materia jurídica y política, se trata de tema opinable y que los congresistas de la República, en tanto representantes elegidos por voto directo y expresamente autorizados por la Ley de Leyes, están investidos de plenos poderes para reformar ésta y optar por un sistema bicameral en vez de unicameral, más aún si identifican en ese cambio una oportunidad para mejorar el sistema democrático del país.
Pasar a la Bicameralidad supone corregir los defectos que tuvo mientras rigió, especialmente en cuanto a duplicidad de funciones entre la Cámara de Diputados y la de Senadores y establecer una clara división de tareas, para hacer más eficiente la institución parlamentaria.
Como parte necesaria de ese rediseño, se ha decidido recuperar la reelección parlamentaria, vigente en el Perú por casi dos siglos y en la gran mayoría de los Estados en el mundo. Cabe recordar que sin que la reelección parlamentaria fuera, ni por asomo, un problema, ya que la tasa de reelección no alcanza si quiera un 20%, el presunto delincuente apodado “Lagarto” la convirtió mañosamente en un distractivo para sus fechorías, en cuya campaña de convencimiento invirtió centenares de millones de soles del presupuesto nacional, induciendo a la población a manifestarse en contra de ella en referéndum realizado a fines de 2018.
De confirmarse la reforma en una segunda votación en la próxima legislatura ordinaria congresal, el Perú tendrá una nueva oportunidad institucional.
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