Biodesechos en la economía circular
Biodesechos en la economía circular
Desde 2021 diversos investigadores analizan las ventajas de determinadas partes de la vaca, como sus estómagos que contienen diversas bacterias capaces de descomponer ciertos tipos de plástico y que además su uso puede integrarse a la cadena de reciclaje.
El estudio realizado por investigadores de la Universidad de Viena y difundido en la revista Frontiers in Bioengineering and Biotechnology explica que el rumen (uno de los estómagos) de las vacas cuenta con enzimas y microbios capaces de descomponer el polyester que está presente en algunas plantas que forman parte de su alimentación (cáscaras de manzana y bayas) y estas bacterias harían lo mismo con plásticos como bolsas, botellas, textiles y empaques de alimentos. Ello gracias a que el rumen fermenta los alimentos ingeridos antes de que pasen al estómago.
Se debe recordar que el promedio mundial de plástico reciclado apenas llega al 9% y los desechos plásticos siguen acumulándose en ciudades y mares. Pese a que a las vacas se les responsabilizan por emitir gran parte del metano al aire, debemos apreciar la utilidad que brindan a la economía circular.
Además de las ventajas mencionadas del rumen, la industria del cuero ha puesto los ojos también en los estómagos para darles una nueva vida. Incluso diseñadores apuestan por un nicho de mercado moderno y sustentable. Una de esas experiencias ha tomado impulso en Países Bajos con el uso del omaso, conocido como librillo, que conjuntamente con los otros dos compartimentos reciben la comida y el último la procesa. Estos órganos cuentan con una infinidad de pelos y retículos que forman estructuras y sitios que llaman la atención por sus protuberancias en forma de hojas. El omaso tiene una forma más voluble, en tanto que el abomaso o cuajar -color rosa suave- es menos adecuado para la industria y es menos resistente.
Para los emprendedores, el reto significa una oportunidad para la creación de nuevos puestos de trabajo, pues este material debe pasar por todo un proceso de curtido, que requiere mucha mano de obra, y a la vez significa ingresar estos desechos a la cadena de la economía circular. Un negocio asegurado pues en Países Bajos se cuenta con casi 4 millones de vacas según datos de la Oficina Central de Estadística (2021).
Aunque el proceso puede ser poco agradable, el resultado es sorprendente, puesto que el color rosado o blanco del omaso puede ser cambiado a colores parecidos al cuero, dándole elegancia en su aspecto y por sus texturas se ganaría un nicho en el sector de marroquinería. Habría que recordar que el mercado de los bolsos está impulsado por las preferencias de los compradores y la creciente industria de la moda, especialmente entre los millennials que buscan artículos sustentables. A ello se une también la influencia en los consumidores de las redes sociales. Como se aprecia, con algo de imaginación se aprovechan biodesechos que crean puestos de trabajo y ayudan a contaminar menos el planeta.
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