Cambio de patrones de consumo para terminar con el hambre en Perú
Cambio de patrones de consumo para terminar con el hambre en Perú
La seguridad alimentaria en Perú se enmarca en una política pública multisectorial e implica garantizar el acceso a alimentos suficientes, nutritivos y no dañinos para todos los individuos, de manera que puedan ser utilizados adecuadamente para satisfacer sus necesidades nutricionales.
La seguridad alimentaria es fundamental para el desarrollo infantil, que empieza desde la gestación. Una alimentación deficiente de la madre y del niño, desde la gestación hasta por lo menos los 24 meses de nacido, limita su crecimiento.
Perú es el país con la mayor inseguridad alimentaria de Sudamérica. La FAO estableció que, desde 2022, 16.6 millones de peruanos no consiguen alimentos suficientes (50% de la población). Asimismo, cuatro de cada diez niñas y niños de 0 a 3 años tienen anemia en el país, según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES 2023).
La anemia por déficit de hierro se estima a partir del nivel de hemoglobina en la sangre. “Es una carencia que a nivel nacional afecta al 43.6% de niñas y niños menores de tres años; es mayor en el área rural (50.7%) que en el área urbana (40.9%)”, según el informe ENDES (2023).
En enero de 2024, el gobierno aprobó el Plan Multisectorial para la Prevención y Reducción de la Anemia Materno Infantil, buscando reducir en 2030 la prevalencia de anemia a 37.2% en niñas y niños. La reducción apenas sería de 6.4%, un porcentaje muy bajo en un país lleno de posibilidades alimenticias (harinas, cereales andinos, pescado, entre otros).
El índice de pobreza monetaria en Perú creció hasta el 29% en 2023 (más de 9 millones de personas), un año en el que la economía cayó un 0.55%. Esto significa un incremento de 1.5 puntos porcentuales con respecto a 2022 (596.000 personas más), mientras que la pobreza extrema afectó al 5.7% (casi 2 millones) de peruanos.
El Perú, con su vasta diversidad geográfica y climática, se encuentra entre los países con una amplia variedad de recursos alimentarios. Sin embargo, a pesar de esta riqueza, el índice de anemia continúa en aumento, lo que plantea interrogantes sobre las causas de este fenómeno preocupante. De 2019 a 2023, aumentó de 40% a 43%.
Ante esta problemática, es esencial cambiar los patrones de consumo para fomentar la producción agrícola nacional y reducir las importaciones, que en el caso del trigo llegan al 80%.
Una propuesta viable es la sustitución de harina de trigo por harinas locales (papa, camote y yuca) fortificadas con cereales andinos como maca y quinua, que actualmente son utilizados por la NASA como alimento para astronautas. Además, los alimentos andinos son los insumos principales en los restaurantes más prestigiosos, como “Central”.
Para fomentar el cambio de los patrones de consumo, debería comenzarse por el programa Qali Warma. Sin embargo, en el presente año, al menos 400 mil escolares, de los 4 millones 100 mil niños programados, no están recibiendo los alimentos.
Por otro lado, en reuniones del APEC, el gobierno ha decidido abordar el problema de la inseguridad alimentaria incentivando el empleo y la productividad de la agricultura familiar. El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) impulsará, a partir de 2025, la rehabilitación de 120,000 hectáreas de andenes en sierra y ceja de selva para incrementar la productividad y reducir las condiciones de pobreza de más de un millón de campesinos dedicados a la agricultura familiar, hoy sin tecnología en su lengua nativa, lo que disminuye significativamente su productividad.
Entre 2019 y 2023, las tasas de anemia aumentaron con la reducción de las tasas de empleo. La alta inflación alimentaria limitó la adquisición de alimentos ricos en hierro (carnes rojas, hígado de res). El presupuesto para suplementos y consumo de hierro se redujo en 56%, y como consecuencia, hubo una menor cobertura de hierro y vitamina A para niños menores de 3 años.
Asimismo, Cusco, Junín y Pasco pasaron de estar en una situación de hambre “moderada” en 2021 a “grave” en 2022, de acuerdo con el último Índice Global del Hambre de la ONG Alliance 2015. Por su parte, Huancavelica y Apurímac están cerca de llegar a una situación semejante.
Una de las medidas que ha resultado eficiente en la lucha contra la anemia en regiones como San Martín y Lambayeque, según el Programa Mundial de Alimentos (PMA), ha sido que en programas sociales como Cuna Más y Qali Warma se haga uso del arroz fortificado con vitaminas y minerales como el hierro. Recordemos que el arroz solo no es suficiente.
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