Castillo entre la espada y la pared

Castillo entre la espada y la pared

Hace ya más de dos mil años, Sun Tzu, en su famoso libro El arte de la guerra, recomendaba no presionar a un enemigo acorralado, pues luchará con todas sus fuerzas.

Y es que cuando se está entre la espada y la pared, cuando no queda nada más que matar o morir, las acciones de quien se encuentra acorralado suelen pasar al irracional plano de la supervivencia pura.

Esta alegoría puede trasladarse, sin problemas, a distintos ámbitos, incluyendo la política. Y podría servir para entender el accionar del gobierno de Castillo los últimos días, ya que la Fiscalía avanza a raudales la investigación que le sigue por corrupción, y también va por personas de su entorno más cercano, que incluyen a su esposa, cuñada y sobrinos.

Nos encontramos en un escenario sui géneris, en donde quien detenta el cargo de presidente es investigado por el mismo Estado al que representa. Además, hay gran presión mediática y política para que el Ministerio Público tome acciones contra él.

Todo esto en el contexto de un gobierno con una alta desaprobación, manchado de escándalos de corrupción constantes, que tiene de contrapeso a un Congreso también desprestigiado y rechazado por la ciudadanía. La oposición en el Parlamento, crítica pero inocua, está dispuesta a negociar ciertas reformas que se aprueban con amplias mayorías, lo que mantiene en un limbo el accionar político, relajando las tensiones entre dos fuerzas proporcionalmente equiparadas.

A pesar del entrampamiento político, el accionar de la Fiscalía inclina la balanza, lo que ha desembocado en que, los últimos días, las redes sociales se encendieran con la posibilidad de que Castillo cierre el Congreso de la República en el marco de las Fiestas Patrias; esto debido a declaraciones del ministro de Justicia, quien, en un programa periodístico, no descartó esa posibilidad.

Sus declaraciones, muy probablemente, puedan entenderse como parte de la estrategia de polarización que viene manejando el Ejecutivo desde que se inició el Gobierno, pues surge la pregunta: ¿qué sentido tendría cerrar el Congreso, si este no es capaz de vacar ni suspender a Castillo, pues, a la fecha, la oposición no cuenta con los votos requeridos?

En caso se diera un alejamiento constitucional, lo más probable es que consista en un debilitamiento de la mayoría (si no de todas) las instituciones del Estado. El Ministerio Público sería el principal objetivo, y el Congreso, repudiado por casi todos, serviría de chivo expiatorio.

Sin embargo, puede asumirse que, dependiendo de quién gane la elección de la nueva mesa directiva del Congreso, se pueden esperar más o menos reacciones alejadas del orden constitucional: mientras más cercado se encuentre (o se sienta) Castillo, más radical podría ser. Un líder adecuado a la cabeza del Legislativo podría terminar con el punto muerto al que ha llegado la dinámica política los últimos meses y erigirse como el próximo presidente (momentáneo) de la República; algo que, por el momento, parece improbable.

El reciente cambio de ministro del Interior, tras solo quince días, y luego de que este designara a un equipo especial para capturar a los prófugos Bruno Pacheco, Juan Silva y Fray Vásquez, es una muestra de que Castillo empieza a sentirse acorralado.

En la medida en que la Fiscalía avance en las investigaciones y sume a más colaboradores eficaces, y en el Congreso se rompa el entrampamiento político capaz de blindarlo, es más probable que Castillo busque debilitar las instituciones del Estado para salir bien librado de los delitos a los que se le vincula, alejándose cada vez más de los valores democráticos y constitucionales.

Mira más contenidos siguiéndonos en FacebookTwitter Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.