¿Chimpancés?
¿Chimpancés?
Leo un artículo en donde se lo grafica con un chimpancé. Es de Pablo Bustamante Pardo, director de la web de pensamiento y difusión Lampadia. Lleva por título “Malogrando el siglo XXI: Trump, Putin y Xi Jinping”. Hace un recuento bastante bucólico del primer cuarto de siglo del siglo XXI comparable a los primeros años del siglo XX donde el comercio, las ciencias y las artes florecían. El autor reconoce que pese a unos inevitables contratiempos muy negativos “como el de las Torres Gemelas, la guerra de Irak, la irrupción del Estado islámico, la invasión de Ucrania y el atentado terrorista de Hamas y sus secuelas; el mundo sigue superando sus crisis y avanzando”. Todo esto, según el autor, está en peligro por personajes como Donald Trump, Vladimir Putin y Xi Jinping, es decir los líderes de los países más importantes del planeta porque no se apegan a la receta de la globalización del libre comercio que ha sacado de la pobreza a cientos de millones en el mundo. Las ideas de la libertad y la democracia que aparejan al libre comercio, sin embargo, siempre han sido impulsadas por liderazgos fuertes y eficientes. El nivel de los líderes es fundamental para que cualquier concepción del mundo camine. Y lo cierto, lo concreto y lo real es que ningún líder occidental puede hacerle sombra a los tres mencionados que nombra Bustamante Pardo. ¿Cómo podemos comparar el liderazgo de Putin –independientemente de si es un canalla o no–con el de la plétora de “líderes” de la Alianza Atlántica? ¿Acaso no los ha enfrentado a todos ellos? Pongamos un caso. ¿Quién gobierna el Reino Unido? ¿Acaso una Thatcher? ¿Un Churchill? Pues lo gobierna un descendiente de indios de bajo perfil cuya antecesora en el cargo hundió la libra esterlina y tuvo que ser expectorada del cargo por incompetente. ¿Y Francia? ¿Tal vez un De Gaulle, un Pompidu o un Mitterand? No.
Lo gobierna el señor Macron que acaba de ser expulsado de Niger luego de una bravata y ahora se quiere medir con Rusia enviando tropas a Ucrania, llegando a decir que no debe haber “línea roja” con Moscú. ¿Si Napoleón ni Hitler en sus mejores momentos pudieron con la Rusia de los zares y de los comunistas, alguien se imagina que lo podrá hacer Macron? ¿Y Alemania quién la gobierna? Un transparente señor Scholz. Las cosas no están mejor en Norteamérica. No hay que tener mucha profundidad en el análisis para darse cuenta que entre un XI Jinping y un Biden hay una distancia de la tierra a la luna. Ni qué se diga de su segunda, Kamala Harris. Por eso es que Trump está a punto de regresar. El problema de fondo que no ve el señor Pardo Bustamante es que las democracias occidentales no están produciendo líderes que tracen una línea política y económica como las que quiere el autor. En otras palabras son liderazgos de pacotilla que al enfrentarse a grandes liderazgos quedan hechos añicos. La pregunta entonces es ¿por qué China, Rusia y Trump en Estados Unidos les hacen sombra a todos los demás. Y aquí ya ni estamos tocando la cuestión cultural woke por la que se decanta occidente y que es en gran parte responsable de los líderes que tiene. Los imperios y las culturas caen por la debilidad de sus líderes. Sucedió con la Unión Soviética en que, muerto Breznev, tuvo a un corolario de viejos como Chernenko, Andropov y débiles como Gorbachov y Yeltsin, mientras que en el otro lado había un Reagan, una Thatcher o un Juan Pablo II. Hoy la cuestión es a la inversa. Los chimpancés están del otro lado, nunca siendo más cierta la frase de Nietzsche de que no hay que ser monos de un ideal.
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