Congreso 2020

Congreso 2020

Por alguna razón las encuestadoras han vuelto a las andanzas de los 90 y otras de reciente creación les siguen los pasos, desde irracionales resultados publicados ni empezada la campaña electoral, que nos recuerdan los actos preparatorios del fraude del 2000.

Entonces tuvimos que denunciar penalmente a sus responsables como a los propietarios de los medios de comunicación que se prestaron a encubrir la realidad, vendiendo su línea editorial, lamentamos verlos ir a la cárcel, solo queríamos sanear la vida política y social de nuestro país.

Hoy debemos reconocer que de nada sirvió la amarga experiencia de la dictadura de la corrupción de los 90, porque volvemos a andar por los mismos cursos de la historia, con distintos personajes, pero con el mismo desolador panorama.

No hemos aprendido de nuestros errores y cuando vemos a candidatos tan jóvenes hablando de ser la alternativa de cambio, en tanto defienden ideologías destructivas de la nación, advertimos el grave riesgo de que el Congreso 2020 esté integrado en su mayoría por gente inexperta en el trabajo legislativo, sin visión de país y adoctrinada ideológicamente para ser instrumentos de dominación de la organización internacional que dice estar ayudándonos a salir del subdesarrollo a través del Plan Programa País Perú del Club de París.

Escuchar los discursos entusiastas de los candidatos que parecen estar postulando a un viaje a Disneylandia, sin tener noción de la situación real que vive el Perú, nos produce desconcierto. Pareciera como si hubieran sido preseleccionados como los futuros congresistas perfectos de un Congreso castrado de poder para cumplir con sus funciones constitucionales.

Salvo honrosas excepciones, la mayoría de candidatos ofrecen cambiar el Perú con pintorescas y hasta inconstitucionales propuestas, pues escapan al ámbito de las funciones parlamentarias, desde eliminación de la inmunidad parlamentaria para ganar el voto del pueblo manipulado por la prensa que cumple la instrucción de generar rechazo popular a una inmunidad que hace que los congresistas puedan cumplir con sus funciones de legislar y fiscalizar como es debido, sin ser perseguidos con denuncias falsas, hasta pensiones para diferentes grupos sociales, que nadie sabe con qué recursos financiarán.

Algunos candidatos declaran sin tapujos su adoctrinamiento de género evidenciando con aires de soberbia estar seguros de su elección y demuestran haber sido infiltrados en los partidos que, sin bases, extrañamente aparecen en las encuestas como los más votados.

Defendamos la libertad y la democracia.