Corredores bioceánicos
Corredores bioceánicos
Mientras China avanza con el proyecto del tren bioceánico Brasil-Perú para facilitar el comercio internacional entre Brasil y China, Chile impulsa otro corredor bioceánico de carreteras que uniría el sur de Brasil, el Chaco paraguayo, las provincias argentinas de Salta y Jujuy con los puertos chilenos en Antofagasta, Mejillones e Iquique.
El presidente Boric estuvo la semana pasada en Paraguay para promover este corredor. En el caso del tren bioceánico, partiría del puerto de Santos (Atlántico) y llegaría al estado de Acre, en la frontera con Perú (Pucallpa).
Sin embargo, aún no se ha definido oficialmente la ruta final, ya que no se sabe si pasará por Bolivia debido a los conflictos internos que podrían afectar el flujo continuo de la carga.
A pesar de que el proyecto bioceánico ha tenido diversas variantes en el tiempo, todo parece indicar que en esta oportunidad sí se concretará. Con el puerto de Chancay concluido, China no puede permitirse no tener una conexión directa con Brasil, su principal cliente. Mientras se ejecuta el tramo Acre-Chancay, la carga boliviana y brasileña podría llegar por cabotaje desde Matarani.
En cuanto al corredor bioceánico impulsado por Chile, es evidente que este país está presionando para que se reactive. Durante su visita a Paraguay, el presidente Boric destacó los avances de dicho país y enfatizó que espera que Brasil y Argentina cumplan con sus propios compromisos.
Es necesario considerar cómo podría afectar este proyecto a Corío si se decidiera iniciarlo. En un proyecto privado como Chancay (y Corío), se avanza mucho más rápido que en uno de cuatro países, donde las consideraciones políticas y las afinidades ideológicas juegan un papel importante.
Por ejemplo, en enero de 2020, el Gobierno peruano manifestó que el proyecto para construir un tren bioceánico que atraviese Bolivia estaba en el congelador debido a la falta de interés de Brasil. El ministro de Transporte y Comunicaciones, Edmer Trujillo, sostuvo que el gobierno de Bolsonaro estaba más interesado en su relación con el gobierno chileno de Sebastián Piñera que con Bolivia y Perú.
Un problema en el caso peruano es que el Gobierno no tiene un plan general ni planes específicos para los diferentes sectores. Mientras China sabe perfectamente qué quiere de Perú, nuestro país no tiene claro qué quiere de China.
Aunque COSCO Shipping Lines está terminando su proyecto en el tiempo previsto, toda la parte correspondiente al gobierno peruano, en infraestructura y planeamiento de la ciudad, está atrasada. Es preciso que el gobierno agilice la implementación de Zonas Económicas Especiales, mejore la conectividad y realice todo lo necesario para que Callao-Chancay se convierta en un clúster tecnológico que pueda fabricar componentes para las cadenas de valor internacionales. Para ello, es indispensable la estabilidad jurídica y política, y que la legislación e infraestructura avancen a la velocidad requerida.
El Estado debe lograr una ciudad competitiva al lado de un puerto competitivo, dotando a la primera de todo lo necesario para el personal que vivirá allí, rompiendo el desarrollo de ciudades a través de invasiones. Si el Estado no puede con estas tareas, debe delegarlas al sector privado.
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