Desde Rusia con amor
Desde Rusia con amor
Según una investigación del FBI reproducida por The New York Times e Infobae, la Rusia de Vladimir Putin tiene una política de Estado para subvertir el orden mundial, no por razones ideológicas como piensan ingenuamente algunos comunistas en América Latina (Foro de Sao Paulo y Puebla), sino por razones estrictamente geopolíticas. El medio por el cual Rusia realiza sus planes es a través de las redes sociales vía influencers ya establecidos. En Estados Unidos, por ejemplo, Rusia financia copiosamente a medios e influencers conservadores y de extrema derecha creyentes en la familia tradicional, la agenda anti-LGTBI y antiaborto. Tal es el caso de Tenet Media, cuyos fundadores e influencers en Estados Unidos tienen predicamento y seguidores en las redes sociales, informaciones que luego se viralizan y son replicadas en X o en TikTok o YouTube. El FBI también afirma que lo mismo hace Rusia en Latinoamérica con una serie de influencers, ONG y medios de redes sociales de izquierda o extrema izquierda, en países como Nicaragua, Venezuela, Brasil, Bolivia, Perú y Chile. Tanto a ultraderechistas y conservadores como a comunistas y ultras de izquierda, Rusia los ha unido con una pseudofilosofía denominada “neocolonialismo”. La derecha la percibe como una imposición de la agenda 2030, mientras que a los comunistas y ultraizquierdistas los engatusa con los recuerdos de un marxismo que los mismos rusos saben que jamás volverá a ser un paradigma de lucha entre capitalismo y comunismo. Es curioso ver cómo ningún movimiento o vocero de conservadores o marxistas está contra Rusia por la guerra de agresión a Ucrania. Los unos se hipotecan al financiamiento ruso con tal de difundir su agenda conservadora, mientras que los otros aún creen que los rusos financian a través de ellos la “revolución mundial”. Se produce así una jugada maestra en que Rusia mantiene como aliados a la ultraderecha y a la ultraizquierda para sus propios intereses geopolíticos. A Rusia (como a China) les interesa exportar un modelo político autoritario y un modelo económico capitalista sin su correlato político liberal. Por eso es importante sincerar y hacer transparente la cooperación internacional a la que se oponen los caviares, porque ellos, si bien no reciben financiamiento de Rusia, sí lo hacen de los impulsores de la agenda 2030 de la ONU. Como soy un hombre de derecha, me permito darle un consejo a quienes, en afán de difundir sus creencias y doctrinas, terminan pactando con el diablo a sabiendas de lo que esto significa. Cuando los nazis arrasaron Francia en 1940 y esta se rindió, pactaron por coincidencias ideológicas contra el comunismo los conservadores. Crearon, con la anuencia de Hitler, un Estado en la Francia desocupada: la Francia de Vichy, presidida por el mariscal Pétain, héroe de la Primera Guerra Mundial. Muy pronto, el que en teoría sería un Estado independiente se convirtió en un Estado títere de la Alemania nazi. Otros conservadores como el general De Gaulle o el primer ministro británico Winston Churchill tomaron el camino contrario enfrentándose a los nazis hasta ganar la guerra. Al final, Pétain fue condenado a muerte y su pena conmutada por De Gaulle a cadena perpetua por traidor y colaboracionista. De Gaulle y Churchill regresaron al poder siendo fieles a sus ideas. Nunca se hipotecaron.
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