Detrás de la guerra mundial de cuarta generación

Detrás de la guerra mundial de cuarta generación

En el mundo al revés que nos está imponiendo la elite globalista, hay que analizar la realidad que nos presentan, también al revés, para reconocer lo que nos están haciendo, un ejercicio de razonamiento es colocar las cosas en orden para identificar la verdad, pues su juego es presentar una secuencia de mentiras para producir confusión.

La confusión es el escenario perfecto para que ellos continúen con su plan siniestro de imponernos su imperio mundial, haciéndonos creer que se ocupan de conducirnos al desarrollo y a la paz.

El estallido de una pandemia de coronavirus desde la China parece simple mala suerte para la humanidad, el resultado de malas prácticas alimentarias de los chinos, con paladares seducidos por ratones, serpientes y murciélagos, difundidas en múltiples videos semanas antes de que brote la pandemia, solo nos conduce a comprobar que hemos sido víctimas de un psicosocial mundial, para justificar la pandemia como algo natural.

Científicos norteamericanos advirtieron en el 2017 de la construcción del laboratorio en Wuhan para estudiar patógenos peligrosos como el SARS y el Ébola. ¿Por qué sería peligroso, si no supieran que los fines no eran los correctos?

La posibilidad de que un virus escape del laboratorio de Wuhan debido a que la cultura china lo haría inseguro, como explicaron, dada la experiencia de un laboratorio en Pekín, en que el SARS “se escapó” varias veces, según la revista Nature, no parece suficiente razón, sino que en el mundo científico los que se dedican a este tipo de investigaciones se conocen y también se enteran de los que financian las investigaciones, de donde puede preverse los peligros de estas.

¿Por qué los principales financistas de la elite globalista patentarían (registrado como propios) los virus mutados y cruzados con otros en laboratorio? ¿Virus de SARS, TBC, coronavirus, neumonía atípica y VIH? Que nuestros hospitales han encontrado en el diagnóstico de los infectados y callan por no engendrar pánico colectivo.

Los gobiernos del mundo no quieren admitir que el mundo es víctima de una guerra de cuarta generación, la bacteriológica, provocada por la misma élite que nos promete desarrollo y paz, en tanto destruye a la humanidad.

Lo que no saben, los que nos hacen la guerra, es que todo el mal que está detrás de ellos no puede contra el BIEN que está en nosotros, y que, sin duda, VENCEREMOS.