Dina en Davos
Dina en Davos
Ni el ataque terrorista contra el local del Ministerio Público en la ciudad de Trujillo pudo lograr que la presidenta Dina Boluarte desistiera de su viaje ya programado a la ciudad de Davos (Suiza) para tomar parte en el encuentro anual del Foro Económico Mundial que concluyó ayer bajo el lema “Colaboración para la era inteligente”.
A juzgar por los comentarios en los medios de información y en las redes sociales, principalmente, este viaje de la mandataria resultó ser innecesario, puesto que sirvió para mostrar una realidad exageradamente optimista y muy lejos de la verdad del país, en su interés de captar la atención favorable de la opinión internacional.
La salida de la mandataria fue autorizada por el Congreso de la República el 27 de diciembre pasado. La mandataria no canceló su viaje, como hubieran deseado sus críticos, sino que, por el contrario, hizo maletas y viajó en compañía del canciller Elmer Schiale, el ministro de Economía, José Arista Arbildo, y otros altos funcionarios.
¿Qué consiguió? Sólo atizar más el fuego interno, sobre todo debido al momento más crítico que el país atraviesa por el crecimiento delincuencial más feroz que ha puesto en vilo no sólo a la población limeña, sino a muchas otras ciudades importantes, como es el caso de Trujillo, donde las autoridades, al parecer, brillan por su inexistencia.
A modo de justificación, las autoridades de Cancillería señalaron que se trataba de una oportunidad única para que el Perú se posicione como un socio clave en la comunidad internacional. Pero lo que la población reclama, en medio de esta violencia delincuencial, es que la presidenta se posicione en el cargo y asuma la conducción política para acabar con este flagelo, el más organizado de estas últimas décadas. Y es lo que no hace, lamentablemente, la jefa de Estado.
Mientras, las organizaciones criminales toman la iniciativa y no hay día en que la prensa no informe de asesinatos, presencia de sicarios, extorsiones, muertes contra indefensos choferes de empresas de transporte, pequeños emprendedores, trabajadores de mercados, etcétera.
Si esta espiral no es detenida, el accionar de la delincuencia se habrá empoderado en todos los sectores, siendo una amenaza muy peligrosa para la vida democrática en el país, teniendo en cuenta que este y el próximo año serán esencialmente años políticos frente a las elecciones generales que se avecinan y en las que cientos de candidatos deberán movilizarse por todo el territorio nacional buscando apoyo para ellos y sus organizaciones políticas. Es imaginable el riesgo que podrían correr si las actuales circunstancias de inseguridad no han sido combatidas a tiempo.
En el Foro Mundial de Davos, cinco fueron los temas principales, entre ellos reconstruir la confianza e invertir en las personas. En cuanto al primero, el Foro busca que las empresas, los gobiernos y la sociedad civil unan sus esfuerzos para identificar soluciones compartidas y tomar acciones concretas. En el segundo, aunque se estima que el 40% del empleo mundial corra el riesgo de ser impactado por la inteligencia artificial, “se espera que la mayoría de estos cambios mejoren las tareas laborales en lugar de reemplazar los empleos existentes”.
¿Qué hizo nuestra mandataria? Viajó para sostener que el Perú “ha recuperado su tranquilidad política, económica y social”. Sus críticos aquí se preguntaron de inmediato: ¿de qué país está hablando? La presidenta dijo que el nuestro “es un país en el cual se debe de confiar, no solo para la inversión nacional, sino para la internacional, que es la que nos interesa”. Fue al intervenir en una rueda de diálogo sobre la inestabilidad en América Latina.
Si bien aceptó que tenemos un problema de criminalidad organizada, afirmó, sin embargo, que esto no es exclusivo del país, sino que es un problema de dimensión global. Pero no podemos ignorar que las estadísticas nos muestran cifras que ya resultan alarmantes. Según datos del Sistema Informático Nacional de Defunciones (Sinadef), el 40% de fallecimientos por asesinato en el 2025 tuvieron lugar en la vía pública, el 30% feneció en establecimientos de salud, y el 12% fue en sus casas. Las regiones que concentran casi el 70% de homicidios son Lima y Callao, La Libertad, Piura e Ica.
Las estadísticas muestran que las muertes se incrementaron en los últimos tres meses del 2024 con 562 asesinatos registrados.
En lo que va de este año, ya se han registrado cerca de 26 atentados con explosivos en nuestro país, “dirigidos contra viviendas, negocios, entidades estatales y espacios públicos. Estos ataques, calificados como actos terroristas por expertos y autoridades, reflejan la escalada de violencia generada por bandas criminales vinculadas a economías ilegales como el narcotráfico y la minería informal”, según da cuenta, incluso, la prensa internacional.
Esta es la realidad sobre la que se debe actuar y no se quiere ver.
Por otra parte –y hay que reconocerlo como muy positivo– el Foro de Davos sirvió como escenario para que la presidenta Dina Boluarte se ratifique en el propósito de reconocer la elección legítima de Edmundo González Urrutia como presidente de Venezuela, exigiendo que el dictador Nicolás Maduro deje el poder que de manera ilegítima lo detenta. Llamó al pueblo venezolano a no permitir, una vez más, este fraude del dictador Maduro.
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