Dina, paz condicionada
Dina, paz condicionada
Soy firme partidario de que se le dé una tregua a Dina Boluarte para que la justicia dilucide todas las acusaciones subalternas, como el caso de los Rolex, al término de su mandato, a partir del 29 de julio de 2026, para que hoy se disipen las retorcidas amenazas de vacancia y se permita que el régimen gobierne realmente en temas urgentes.
No puede ser posible se abrume a la opinión pública con la cuestión de las joyas y la relación de Dina y su ‘wayki’ Oscorima, mientras los índices de delincuencia y criminalidad siguen disparándose en detrimento de la vida de los peruanos. Hemos llegado al extremo de que mientras la policía captura bandas criminales, como los extorsionadores de Cañete, la fiscalía los libera por consideraciones relacionadas con la corrupción institucional antes que con el debido proceso.
Y en casi todo el país ha pasado casi desapercibido el renacimiento del terrorismo y su clásico accionar de volar torres de alta tensión en lugares críticos de minería ilegal como Pataz, en la Libertad.
Además, en un extremo de rebeldía hemos quedado en shock ante las declaraciones rebeldes de la fiscal superior Marita Barreto, que acusa de venganza política la decisión del alto mando policial de separar al coronel Harvey Colchado del EFFICOP, tanto por no haber tenido planes de contingencia para el descerraje de la residencia presidencial como por haberse burlado de abusos matonescos en su propia torta de cumpleaños.
Si a todo eso le sumamos el aumento del crimen organizado, de la delincuencia común y la inoperancia policial por politización, falta de recursos logísticos y carencia de presupuestos, llegamos a la conclusión de que no ha servido de nada la remoción del anterior ministro del Interior Torres, quien se fue como perro apaleado por su ineptitud.
Hoy estamos en manos del nuevo titular Walter Ortiz Acosta, un oficial destacado pero que después de dos semanas en el cargo no da muestras de liderazgo en el cargo y no ha hecho un planteamiento coherente de estrategias sectoriales. Es decir uno más en la lista de mediocres del Gabinete Adrianzén.
Dina está con la soga al cuello, muchos –por interés de la gobernabilidad del país– queremos darle aire y bajarle la presión; pero la paz no es gratuita, si no hace nada por la seguridad ciudadana que esté segura de que se la llevará el diablo. ¡Los ciudadanos no aguantamos más!
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