Diplomacia en apoyo de la democracia
Diplomacia en apoyo de la democracia
Mi anterior artículo apareció en esta misma columna bajo el título “Diplomacia Efectiva y de Prestigio. Esto nuevamente se puso en evidencia la última semana. Junto con otras fuerzas públicas, quedó demostrada la fortaleza de la democracia y de la institucionalidad. La embajadora Ana Cecilia Gervasi, jefa del Servicio Diplomático, renunció inmediatamente en actitud ejemplar, apenas conocido el golpe. Ello en concordancia con la Ley del Servicio Diplomático, artículo 69, llamado Cláusula Democrática. Felizmente, el intento de Castillo no logró consolidarse, por la actuación inmediata del Parlamento,con el apoyo de las Fuerzas Armadas.
En el momento más oportuno y necesario, se obtuvo aplicando la Carta Democrática - una iniciativa de la diplomacia peruana- el pronunciamiento del secretario general de la Organización de Estados Americanos, rechazando tajantemente el acto sedicioso.
Esto último tiene especial importancia porque habiéndose pronunciado la OEA, cualquier declaración unilateral, como la de México y Colombia, que son parte de la organización, resultaba irrelevante.
Con gran acierto, estas opiniones extrañas fueron rechazadas por la Cancillería y calificadas como una intromisión en asuntos internos en el país. Nuevamente apareció la figura profesional de la embajadora Gervasi, quien acaba de ser nombrada Canciller de la República. Con ella, Torre Tagle ha ganado nuevamente su absoluta institucionalidad y fortalecido su prestigio
La Asociación de Funcionarios del Servicio Diplomático emitió oportunamente un comunicado resaltando el respeto al orden de acuerdo a la Constitución en que se llevó la transferencia del Poder en el Ejecutivo . Existen hoy hechos que resultan históricos que deben de conocerse y difundirse permanentemente en los que se resalte el valor de nuestro Servicio Diplomático y sus miembros en circunstancias especialmente críticas.
Esto resulta aún más necesario cuando se trata de dejar testimonio de logros de la diplomacia peruana en su conjunto. Fue el Fondo Editorial del Congreso de la República el que publicó mi libro testimonio titulado “Diplomacia por la Libertad”, que trata de uno de los logros más significativos en relación a los Derechos Humanos, las libertades individuales y la democracia
Considero que el Ministerio de Relaciones Exteriores, uniendo esfuerzos, podría crear para ello su propio Fondo Editorial. La Academia Diplomática, así como la Asociación de Funcionarios Diplomáticos, imprimen valiosas obras. Ambos han publicado también libros de mi autoría. No obstante, su distribución es limitada y esto puede ser mejorado. Para ello se podría recurrir a un convenio con una editorial internacional con el fin de coordinar un acuerdo de ventajas mutuas y lograr el propósito de cooperar en la distribución de obras a través de nuestras oficinas en el exterior, asegurando que lleguen a las principales bibliotecas y centros académicos de importancia en el Mundo. Así como a librerías de otros países.
La selección de autores y temas a publicar es sin duda una herramienta de prestigio para la Cancillería. Los libros constituyen un aporte sólido que permite en forma permanente concitar interés sobre conocimiento y cultura democrática, así como buenas relaciones entre naciones.
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