El alcalde y Antauro
El alcalde y Antauro
El alcalde de Lima Rafael López Aliaga, un hombre inteligente y de buenas intensiones, ha propuesto una recaudación de firmas para presentar una iniciativa ciudadana para que el Congreso apruebe una ley que condene a los corruptos y sus delitos a cadena perpetua. La iniciativa es una garrafal equivocación y va contra la justicia y el sentido común. Se parece mucho a lo que propone Antauro Humala de fusilar a los corruptos de llegar al poder. Mientras en la iniciativa de López Aliaga se privaría de libertad de por vida a los que sean sentenciados por delitos de corrupción, la de Humala propone la muerte. Ambas son propuestas absolutamente demagógicas a las que me opongo radicalmente. Las sentencias contra los delitos de corrupción ya son bastante altos y se acumulan. Es más, es tan absurda la normativa actual que los delitos evidentemente mucho más terribles que la corrupción como por ejemplo el asesinato con premeditación y alevosía no pasan de 30 años. ¿Tiene esto sentido? El sistema normativo penal es un desastre donde reina una real anarquía en las penas a orden del humor ciudadano. Es obvio que fusilar o meter tras las rejas a alguien de por vida es una medida popular. Pero un estadista debe estar por encima de los vaivenes de la opinión pública porque los líderes están hechos para orientar y dirigir y no para seguirle la cuerda al humor ciudadano que carece de sentido común. La señora Villarán, por ejemplo, es una corrupta confesa, ¿pero su delito se puede comparar con un asesinato o una violación para que su condena sea a perpetuidad o fusilada? No tiene ningún sentido.
Si a esto agregamos la politización del Poder Judicial o la ineficiencia de los fiscales que no persiguen el delito sino a las personas qué garantías podrían tener los supuestos corruptos. Sólo en países antidemocráticos como en China se fusila a los corruptos pero, ¿cuáles son las garantías de la justicia allí? Cero. Esto es motivo para reflexionar sobre el inaudito caos que por pura demagogia del Congreso se imponen penas inverosímiles a delitos que no guardan ninguna proporción con el hecho punible. ¿Cadena perpetua por robar un celular es algo racional o solo una reacción desesperada para resolver un problema que debería tener otro corolario penal? Lo mismo sucede con la propuesta de López Aliaga o Antauro Humala. Lo insólito es que ambos están en los antípodas del pensamiento político o ideológico lo que corroboraría la especie que los opuestos se tocan. En suma no hagamos demagogia con algo tan vital como la libertad o la vida de las personas y menos en un país como el Perú donde la justicia ni la fiscalía ofrecen ninguna garantía.
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